Re: Berlín, la caída: 1945 - Antony Beevor
Publicado: 15 Sep 2013 20:13
A la espera de tu comentario Aben, debo decir que he conseguido terminar el libro a duras penas, y no me refiero a las calamidades que narra. Para mí no ha tenido ningún interés. Comencé animado y he terminado escarmentado. No me explico el relativo éxito que ha tenido.
Como resumen: si consultamos la entrada “Batalla de Berlín” en la Wikipedia, encontraremos prácticamente la misma información que nos da Beevor, o incluso más. Él sólo añade unas citas sobre todo de testimonios recogidas en otras fuentes, y unas cuantas opiniones suyas, que en conjunto me parecen lamentables. En mi anterior comentario hablaba de su hipótesis de un Hitler pederasta. Después el autor sigue erre que erre con sus fijaciones. Cuando describe la última visita al búnker de Speer “(…) su Führer y su mecenas, seguía experimentando una responsabilidad egoísta por su extraordinaria amistad, que algunos han calificado de homosexual”. En ningún momento dice quiénes son esos “algunos” calificadores. Penoso.
Otra. Unos soldados rusos estaban ebrios festejando la victoria alrededor de la columna del Tiergarten. Según Beevor “En su desesperada búsqueda de alcohol, los soldados habían tomado barriles de metal que habían encontrado en las cercanías y que contenían disolventes industriales. Tardaron al menos tres días en morir”. A mí estas cosas me suenan a leyenda urbana.
El problema no es la vulgaridad de esos comentarios, sino que te hacen dudar de las demás aseveraciones –pocas- que se saca este hombre de la manga, con lo cual el libro se te va cayendo de las manos. Tampoco la redacción es una maravilla. La traducción parece buena pese a algunos errores, Mussolini “boca abajo” en lugar de “cabeza abajo”…
Un paréntesis. Recordemos la escena de Hitler condecorando a los niños. En el libro se indica que aquello tuvo lugar el día de su cumpleaños, y que hacía un tiempo espléndido, “el clima del Führer”. Es una información contrastada. Sin embargo, en las imágenes Hitler lleva abrigo y las solapas subidas. Ya, ya sé que la procesión iba por dentro. Pero tiene pinta de un tiempo desapacible. Lo apunto porque se me ha ocurrido y a lo mejor interesa a alguien versado en teorías conspirativas.
Que yo sepa, el libro no da un solo dato que no sea sobradísimamente conocido. Los testimonios con que lo adorna dejan enseguida de interesar. Todo son violaciones, falta de disciplina, barbaridades y el sálvese quien pueda.
Pues bien, creo que de lo que más peca el libro es –para mí- de “irrespetuoso”. Es lo que más me molesta. Y no lo digo por las lindezas que se gasta con Hitler. Aparentemente los soldados rusos –muy brutos ellos- pelean únicamente por el botín y por “beneficiarse” a las alemanas, los alemanes luchaban por inercia, los de las SS por fanatismo, y los americanos porque sí, casi por filantropía. Eisenhower inocentón, Stalin pérfido, y Himmler, Goebbels, Bormann y compañía, fieles al tópico. Churchill es el que queda retratado de forma un poco más compleja. Pero vamos a ver, ¿Cómo se puede escribir –y menos leer- algo así de maniqueo a esas alturas? Una buena parte de los que combatieron lo hicieron por unos ideales, por sus familias, por un sentido del deber, etc y no por los sentimientos primarios que se han tipificado en las películas. Y los dirigentes no movían todo aquello con esa zafiedad. Insisto que hoy por hoy, no comprendo lo de los últimos días de Berlín. Así sigo tras leer el libro.
Otro paréntesis. Hará cuatro años vi de casualidad en la Feria del Libro, “Armas secretas de Hitler” de editorial Nowtilus. El autor estaba firmando, me pareció curioso y lo compré. Pues bien, sin ser el súmmum, el libro aporta infinidad de información para mí novedosa, otros puntos de vista, y unas fotografías que daba gusto. No hablo de las compuestas con Photoshop, ojo. Yo no tenía la más mínima afición por los aviones, y ese libro me creó cierto interés y ganas por profundizar en los prototipos a reacción que desarrolló Alemania y los “ases” que se jugaron la vida cuando la guerra estaba más que perdida. Digo esto porque, cada vez con más frecuencia, un libro sin mayores pretensiones, y que no aspira a best seller, da mil vueltas a “ensayos” aparentemente avalados por la crítica.
Para más INRI, doy por hecho que Beevor se ha pateado Berlín. Pues no existe ninguna descripción de la ciudad. Nunca se sabe si están próximos o no la Cancillería, el Reichstag, Tempelhof, etc. Todo es extremadamente confuso. Y la cosa tiene delito cuando se trata de una ciudad tan ordenada e interesante.
Ya puse que no entendía el par de líneas que dedica al Gustloff, o al Goya, pero es que apenas menciona el aterrizaje y despegue de Anna Reisch o la defensa de Tempelhof.
Repito. Para saber de la batalla de Berlín, opino que la Wikipedia es una alternativa infinitamente mejor que este libro. Es así de triste, pero creo que el tiempo está para otras lecturas.
Como resumen: si consultamos la entrada “Batalla de Berlín” en la Wikipedia, encontraremos prácticamente la misma información que nos da Beevor, o incluso más. Él sólo añade unas citas sobre todo de testimonios recogidas en otras fuentes, y unas cuantas opiniones suyas, que en conjunto me parecen lamentables. En mi anterior comentario hablaba de su hipótesis de un Hitler pederasta. Después el autor sigue erre que erre con sus fijaciones. Cuando describe la última visita al búnker de Speer “(…) su Führer y su mecenas, seguía experimentando una responsabilidad egoísta por su extraordinaria amistad, que algunos han calificado de homosexual”. En ningún momento dice quiénes son esos “algunos” calificadores. Penoso.
Otra. Unos soldados rusos estaban ebrios festejando la victoria alrededor de la columna del Tiergarten. Según Beevor “En su desesperada búsqueda de alcohol, los soldados habían tomado barriles de metal que habían encontrado en las cercanías y que contenían disolventes industriales. Tardaron al menos tres días en morir”. A mí estas cosas me suenan a leyenda urbana.
El problema no es la vulgaridad de esos comentarios, sino que te hacen dudar de las demás aseveraciones –pocas- que se saca este hombre de la manga, con lo cual el libro se te va cayendo de las manos. Tampoco la redacción es una maravilla. La traducción parece buena pese a algunos errores, Mussolini “boca abajo” en lugar de “cabeza abajo”…
Un paréntesis. Recordemos la escena de Hitler condecorando a los niños. En el libro se indica que aquello tuvo lugar el día de su cumpleaños, y que hacía un tiempo espléndido, “el clima del Führer”. Es una información contrastada. Sin embargo, en las imágenes Hitler lleva abrigo y las solapas subidas. Ya, ya sé que la procesión iba por dentro. Pero tiene pinta de un tiempo desapacible. Lo apunto porque se me ha ocurrido y a lo mejor interesa a alguien versado en teorías conspirativas.
Que yo sepa, el libro no da un solo dato que no sea sobradísimamente conocido. Los testimonios con que lo adorna dejan enseguida de interesar. Todo son violaciones, falta de disciplina, barbaridades y el sálvese quien pueda.
Pues bien, creo que de lo que más peca el libro es –para mí- de “irrespetuoso”. Es lo que más me molesta. Y no lo digo por las lindezas que se gasta con Hitler. Aparentemente los soldados rusos –muy brutos ellos- pelean únicamente por el botín y por “beneficiarse” a las alemanas, los alemanes luchaban por inercia, los de las SS por fanatismo, y los americanos porque sí, casi por filantropía. Eisenhower inocentón, Stalin pérfido, y Himmler, Goebbels, Bormann y compañía, fieles al tópico. Churchill es el que queda retratado de forma un poco más compleja. Pero vamos a ver, ¿Cómo se puede escribir –y menos leer- algo así de maniqueo a esas alturas? Una buena parte de los que combatieron lo hicieron por unos ideales, por sus familias, por un sentido del deber, etc y no por los sentimientos primarios que se han tipificado en las películas. Y los dirigentes no movían todo aquello con esa zafiedad. Insisto que hoy por hoy, no comprendo lo de los últimos días de Berlín. Así sigo tras leer el libro.
Otro paréntesis. Hará cuatro años vi de casualidad en la Feria del Libro, “Armas secretas de Hitler” de editorial Nowtilus. El autor estaba firmando, me pareció curioso y lo compré. Pues bien, sin ser el súmmum, el libro aporta infinidad de información para mí novedosa, otros puntos de vista, y unas fotografías que daba gusto. No hablo de las compuestas con Photoshop, ojo. Yo no tenía la más mínima afición por los aviones, y ese libro me creó cierto interés y ganas por profundizar en los prototipos a reacción que desarrolló Alemania y los “ases” que se jugaron la vida cuando la guerra estaba más que perdida. Digo esto porque, cada vez con más frecuencia, un libro sin mayores pretensiones, y que no aspira a best seller, da mil vueltas a “ensayos” aparentemente avalados por la crítica.
Para más INRI, doy por hecho que Beevor se ha pateado Berlín. Pues no existe ninguna descripción de la ciudad. Nunca se sabe si están próximos o no la Cancillería, el Reichstag, Tempelhof, etc. Todo es extremadamente confuso. Y la cosa tiene delito cuando se trata de una ciudad tan ordenada e interesante.
Ya puse que no entendía el par de líneas que dedica al Gustloff, o al Goya, pero es que apenas menciona el aterrizaje y despegue de Anna Reisch o la defensa de Tempelhof.
Repito. Para saber de la batalla de Berlín, opino que la Wikipedia es una alternativa infinitamente mejor que este libro. Es así de triste, pero creo que el tiempo está para otras lecturas.