Copio un último fragmento que me ha emocionado, ojala se pudiera viajar en el tiempo, me hubiera gustado estar allí en ese momento y verlos a los dos juntos —aunque algunos dicen que esta historia es falsa—, conversando.
Roma victoriosa escribió:Diez años antes, mientras Aníbal residía en la corte de Antíoco, había llegado una embajada de Roma. Entre los senadores que la formaban se hallaba Escipión Africano. Los antiguos rivales se entrevistaron cordialmente. En cierto momento, Escipión preguntó a Aníbal: «¿Quién crees que ha sido el mejor general de la historia?». «Sin dudarlo, Alejandro Magno», respondió Aníbal. «¿Y el segundo?», «Pirro, rey del Epiro». «¿Y el tercero?». «Yo», contestó Aníbal. «¡Por todos los dioses! ¿Qué habrías dicho entonces si me hubieses derrotado a mí?», preguntó Escipión. «En ese caso, me habría colocado a mí el primero, por delante de todos los demás generales».
La respuesta era una forma de reivindicarse y al mismo tiempo halagar a Escipión. Tito Livio interrumpe aquí la anécdota, pero me imagino a aquellos dos generales, los mejores de su tiempo y dignos de figurar en todos los libros de táctica y estrategia, chocando sus copas y brindando por los viejos días de gloria.
Hay un montón de imágenes sobre la clemencia de Escipión, pero la siguiente me gusta especialmente: