Gonzalo Torrente Ballester

[madison]

Siempre es un lujo comentar la obra de Torrente Ballester, gracias a este hilo leí Don Juan

[Gretogarbo]

Siempre es un lujo comentar la obra de Torrente Ballester

Mi musa misteriosa ha sentado cátedra; subscribo (esta vez con b intercalada) lo dicho.

[Dr. Schön]

Habida cuenta de la venereción que despierta Torrente Ballester en determinada
comunidad del foro, me gustaría que me recomendárais alguna lectura más allá
de los títulos que ya he leído: La saga/fuga de J.B. , Fragmentos del Apocalipsis, La isla de los narcisos cortados, Las islas extraordinarias y
alguna otra novela cuyo título no recuerdo.

Gracias por adelantado.

[Gretogarbo]

Dr. Schön, es difícil recomendar algo de un autor del que se aprovecha todo, hasta las gafas.
Sin duda alguna, de don Gonzalo yo me quedo con La saga/fuga de JB.
Pero puestos a recomendar:
- la obra más conocida del abuelo: la trilogía de Los gozos y las sombras,
- muy divertida y rápida de leer es La crónica del rey pasmado,
- y más compleja pero magistral es Don Juan.

[Dr. Schön]

Muchas gracias por responder. La Crónica del rey pasmado la leí,
y la de Don Juan me la ha recomendado Turangalila, así que
leeré ésta. ( Los gozos y las sombras no acaba de interesarme ).

[Hypathia]

El año que viene se cumple el 10º aniversario de su muerte. ¿Sabéis si se va a hacer algo especial?

[Gretogarbo]

¿Y si lo organizamos nosotros?

[Hypathia]

Pues no sería mala idea.

[Gretogarbo]

Bueno, esto debería haberlo dicho ya el martes pasado pero se me pasó totalmente y no me lo perdono.
Ese día se cumplieron diez años del fallecimiento de uno de los autores en lengua castellana más rompedores del siglo pasado. Y, más importante todavía, una persona excepcional que sabía conversar con la gente sin mirarla por encima del hombro.
Creo que jamás conoceré a otra persona que merezca más que él el tratamiento de don. Así que... ¡larga vida a la literatura de don Gonzalo Torrente Ballester!

[Gretogarbo]

Publicado en la edición digital de El Mundo.
La biblioteca municipal Torrente Ballester de Salamanca recuerda con una exposición el décimo aniversario de la muerte del escritor gallego, afincado en Salamanca, Gonzalo Torrente Ballester, que falleció el 27 de enero de 1999 a la edad de 88 años en la capital charra, donde residía desde 1972 impartiendo su magisterio hasta su jubilación en el instituto Torres Villarroel.
Gonzalo Torrente Ballester, que nació en El Ferrol en 1910 y que fue enterrado en la localidad coruñesa de Serantes, falleció a las 5.30 horas de la madrugada del 27 de enero de 1999, víctima de una parada cardiaca en su domicilio aunque desde 1994 sufría una cardiopatía isquémica crónica, que le había llevado a estar ingresado en hospitales gallegos y de Salamanca.
Coincidiendo con el décimo aniversario de su muerte y durante toda la semana, el hall de la biblioteca que lleva su nombre en Salamanca mostrará diversas fotografías y textos alusivos a la obra y vida del novelista. El Ayuntamiento, que le había otorgado la Medalla de Oro de la ciudad, ha elaborado una pequeña guía de lectura con su obra y marcapáginas conmemorativos que serán distribuidos por toda la red municipal de bibliotecas.
Tanto la exposición, como las otras iniciativas municipales, recomiendan a los visitantes la lectura de textos como la trilogía de "Los gozos y las sombras", que empezó a publicar en 1957, "Crónica del rey pasmado" (1989), "Las Islas extraordinarias" (1991), "La muerte del decano" (1993), "La boda de Chon Recalde" (1995) o "Los años indecisos" (1997).
Entre sus numerosos reconocimientos, Torrente Ballester, que fue pregonero vitalicio de la Feria del Libro de Salamanca, fue distinguido con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras (1982), compartido con Miguel Delibes, Premio "Cervantes" (1985), Premio Planeta por "Filomeno a mi pesar" (1989), premio "Unión Latina" de las lenguas romances, Premio Azorín por "La novela de Pepe Ansúrez" (1994) y Premio Castilla y León de las Letras (1995).

[Gretogarbo]

Publicado por Víctor Corcoba el 27.01.09 en ideal.es
Magnífico alegato a la obra de don Gonzalo.

EL SEÑOR DE LAS PALABRAS: DIEZ AÑOS DE AUSENCIA
Recordado como uno de los grandes novelistas del pasado siglo, Gonzalo Torrente Ballester, siempre presencia y presente entre los bebedores de las buenas letras, renombrado por Víctor García de la Concha como el Señor de las Palabras, cumple diez años de ausencia física entre nosotros, que no de vacío -vuelvo a insistir-, pero la nostalgia bien es verdad que nos puede. Desde que vio la luz por primera vez, la vida le injertó el verbo apasionado de narrar hechos, haciéndolo con la valentía de utilizar un lenguaje claro, directo y libre, en confluencia con el lirismo y la realidad que a todos nos circunda. Las vivencias de un tiempo, irrepetible como todos los tiempos, cuajado de gozos y sombras, rubrican la madera literaria de este gallego con alma de poeta. Su modelo de novelar es único, es él mismo, junto al realismo impregnado en el escritor, fruto del esfuerzo intelectual e idealista que lleva consigo, como sombra que camina con el caminante.
Las palabras, sus palabras, y el señor Torrente siguen vivas, y algunas son obras que se popularizaron como la trilogía Los gozos y las sombras, constituida por El señor llega (1957, premio de Novela de la Fundación Juan March), Donde da la vuelta el aire (1960) y La Pascua triste (1962). A partir de las gestas reales tuvo la dicha de inventar conceptos con vida, almas con corazón, mundos diversos y espacios distintos. Nada le ha sido indiferente a la búsqueda y al hallazgo del literato, a este singular cronista del amor, de los mitos, del poder; su fe en el poder de la palabra como cimiento le ha crecido, como estilista de formas y fondos literarios singulares. Persona inquieta, un escritor ha de serlo siempre, puso el acento en la humanización de los autómatas y acentuó la ironía a sorbos, como deben saborearse las innatas lecciones que la vida nos entrega por capítulos.
La literatura se aposentó -ha escrito el propio Torrente Ballester- en sus entrañas como un virus contra el que no caben defensas ni se ha inventado aún la vacuna. El arte de la palabra le absorbió y, así lo confiesa, sin tapujos y a pecho descubierto: «me poseyó y me posee con esa entereza de algunos amores y de algunas mujeres, no me ha soltado jamás, no me ha dejado libre, pero me ha exigido serlo ante el resto de las cosas reales para poder dominarme más a modo. ¿Qué voy a hacerle? Es mi felicidad y mi dolor, y todas cuantas parejas contradictorias se me puedan ocurrir ahora, vida y muerte, y las demás. Le he sido fiel, pues mis limitadas y mínimas traiciones con las teteras y los magnetofones no llegaron a afectar la sustancia de mi lealtad, sino más bien la completaron. El amor a los libros también va implícito» (texto recogido GTB por GTB, currículum, en cierto modo-1981). Se dice que la patria de un escritor son sus recursos lingüísticos, la vida misma prendida al abecedario de cada uno. El escritor, que pensaba en gallego y escribía en castellano, se halló en las letras sin que nadie le enseñase nada. Con la única honda observación al libro de la naturaleza, le fue suficiente para poder contar y cantar estéticas vestidas de razón. Y así surgió el crítico, que fue a la vez creador irrepetible a pesar de su humildad; un creador que, por serlo en verdad, fue un excelente crítico literario de los que hoy no abundan. ¡Cuánta cátedra en sus comentarios literarios! Y también, ¡cuánto ingenio en sus hijos literarios! Tanto monta, monta tanto.
En cualquier caso, para entender la obra literaria de Torrente Ballester, por cierto primer novelista español galardonado con el premio Cervantes, antes hay que familiarizarse con sus atmósferas a través de la lectura sosegada, abrir bien los ojos de la sabiduría, es un escritor intelectual cien por cien, y poner el oído en lo qué dice y en cómo lo dice, algo propio de un hombre de vastísima cultura, que siempre ha dicho lo que quería decir. Diremos que sus obras literarias son un claro ejemplo de rebelión y revolución, de revuelta y respeto, dentro de los cánones literarios. En Javier Mariño, hay un joven en busca de su destino; en Don Juan, la rebeldía hacia unas normas impuestas; en El golpe de estado de Guadalupe Limón, la desmitificación del mito político; en Off-side, dificultades para tomar el tren de la modernidad después de una incivil contienda; en Ifigenia, pasión, celos, juegos de interés, humanidad; en La saga/fuga de JB, historias milenarias alrededor de una reliquia. Todas ellas tejidas y sustentadas a base de recuerdos y aprendizajes, de tener mundo y de tener vida, tan percatada como vivida. No en vano hace literatura según escucha. El aval de sus palabras, no dejan duda al respecto: «La imaginación, que es un trabajo sobre la experiencia, da las grandes obras de la literatura. Hace falta la experiencia, el material sobre el que trabaje la imaginación».
También la obra dramática del ferrolano Torrente Ballester tiene las vertientes humorística e imaginativa, que tanto le caracterizan. El viaje del joven Tobías, El retorno de Ulises, El casamiento engañoso, Atardecer en Longwood, Lope de Aguirre, República barataria...; son obras rompedoras, vanguardistas e irónicas, donde las vidas de los personajes se enfrentan a sí mismo, sobre el escenario de este pintor de palabras al que, seguramente, le faltó valor, que no valía, para seguir cultivando el teatro. Ensayos, recopilación de artículos periodísticos, forman y conforman el universo literario del Señor de las Palabras, del genial Torrente Ballester; profesor, novelista, crítico, autor dramático, periodista, literato encuadrado en la Generación del 36. También tuvo una intensa relación con el séptimo arte, no sólo como espectador, sino también en la realización de algunas películas. Para el cine, El rey pasmado (Imanol Uribe, 1991) y para la televisión Los gozos y las sombras (1982). Justo ahora que se cumplen diez años de su ausencia, tras la muerte en su casa de Salamanca la noche del 27 de enero de 1999, sería un buen motivo para volver a su creación y escenificar cualquiera de sus obras dramáticas o novelísticas. Es pues, Torrente Ballester, un talento literario al que todavía hay que seguir descubriendo y describiendo.

[Gretogarbo]

Publicado en elmundo.es el 26.01.09

TORRENTE BALLESTER, EL "SEÑOR DE LAS PALABRAS" (1)
Su prosa era tan delicada que durante años apenas hizo ruido. Como los pequeños placeres, las obras rubricadas por Gonzalo Torrente Ballester pertenecían al exclusivo universo del detalle sibarita, apreciadas solamente por un reducido círculo de "connoisseurs". Y aunque sus libros fuesen fuego, haría falta encender una cerilla para arrojar luz definitiva sobre la evidencia. Reconocido actualmente como uno de los grandes narradores españoles del XX, y bautizado por García de la Concha como "el Señor de las Palabras", este martes se cumplen 10 años desde que falleciera GTB, prolífico ensayista, dramaturgo y autor de títulos imprescindibles como Los gozos y las sombras o La saga/fuga de J.B..
Torrente Ballester nació en 1910 en la aldea coruñesa de Serantes, en Ferrol. Su padre era marino y pasaba largas temporadas lejos del hogar. El futuro escritor se crió por tanto en casa de sus abuelos y rodeado de mujeres. Su madre, su abuela y sus muchas tías le dibujaron una infancia sumergida en relatos fantásticos, sembrando en Torrente la semilla de la imaginación y la introspección costumbrista que luego dominarían alguna de sus novelas más memorables.
La creatividad y la mirada crítica hacia la realidad circundante fueron aspectos potenciados en los años tiernos de Torrente Ballester. Cuando su padre echaba el ancla para pasar una temporada en casa, llevaba a Gonzalo a conciertos y teatros, y logró convertirlo en un devorador de literatura. Gracias a ese apetito por los libros, Torrente Ballester había leído a todos los clásicos españoles y a gran parte de los europeos antes de terminar el bachillerato. Como contrapartida, una colosal miopía en eterno crecimiento desde que no era más que un crío. En su edad adulta, el grueso cristal de sus gafas procuraba dar nitidez a las tinieblas tejidas por sus casi 30 dioptrías.
Licenciado por la Universidad de Santiago de Compostela en Filosofía y Letras (más tarde también estudiaría Derecho), Torrente fue anarquista en su juventud, y colaboró con el periódico 'La Tierra'. En 1934 también figuraba como afiliado del Partido Galleguista. Sin embargo, sus inclinaciones políticas mutarían con el inicio de la Guerra Civil. El alzamiento lo había sorprendido en París, donde preparaba su tesis doctoral en La Sorbona. Regresó preocupado por la situación de su familia, temiendo venganzas y fusilamientos. Y para disipar las suspicacias en torno a sus simpatías, optó por afiliarse a la Falange.
En este nuevo clima sociopolítico, Torrente forjaría amistad con intelectuales como Pedro Laín Entralgo, Luis Felipe Vivanco, Antonio Tovar o Dionisio Ridruejo. Con este último colaboraría en la revista 'Escorial'. En 1947 abandonaría su puesto de profesor en Santiago para trasladarse a Madrid, donde obtuvo una plaza docente en la Escuela de Guerra Naval. Compaginaría esa nueva ocupación con su papel de crítico teatral en RNE y en el diario 'Arriba', eminentemente vinculado al franquismo.
Su faceta como literato no le había deparado sin embargo el favor del público. Su primera novela, Javier Mariño (1943), fue además secuestrada por la Censura, a pesar de que Torrente era un hombre del régimen. El libro contaba la historia de un hombre que buscando su destino se enamora de una militante comunista, con los consiguientes dilemas sentimentales, políticos y religiosos.
''El señor llega'', primera parte de Los gozos y las sombras, recibió una fría acogida tras su publicación. Sin embargo, la obra se alzó con el Premio de Novela de la Fundación Juan March. Ello motivó a Torrente para completar la trilogía con ''Donde da la vuelta el aire'' (1960) y ''La Pascua triste'' (1962). La saga, ambientada en una imaginaria villa marinera, es un soberbio retrato de la sociedad gallega de preguerra. Las intrigas y las luchas de poder que narra se erigen como metáfora de esos fútiles cambios tras los que todo sigue igual. No obstante, la obra sólo obtuvo la repercusión merecida un cuarto de siglo más tarde, con el estreno en TVE de la serie inspirada en los libros.
Frustraciones literarias aparte, Torrente gozaba de una respetable situación profesional. Era profesor y ejercía asimismo como periodista y como crítico, uno de los más temidos y venerados en Madrid. Sin embargo, su compromiso social fue una tentación irresistible que terminaría poniendo en jaque su holgada situación económica. Y es que en 1962, el autor gallego firmó un manifiesto de repulsa por la represión contra las huelgas de los mineros asturianos. Aquel gesto subversivo determinó su expulsión de la Escuela de Guerra Naval y la privación de sus colaboraciones en prensa y radio.

[Gretogarbo]

Publicado en elmundo.es el 26.01.09

TORRENTE BALLESTER, EL "SEÑOR DE LAS PALABRAS" (2)
Torrente Ballester recurre entonces a la cátedra de instituto que había ganado en 1947 (curiosamente fue profesor de Manuel Fraga), y solicita el reingreso en la enseñanza pública. Regresa a Galicia en 1964, aunque tarda poco en volver a marcharse, esta vez por una oferta irrechazable. Acepta un puesto como profesor de literatura española en la Universidad de Albany (Nueva York), donde explicará los enigmas literarios de Don Quijote y residirá durante varios años rumiando su aparente fracaso como escritor.
Durante su estancia en la Gran Manzana, Torrente esboza la que será su obra maestra: La saga/fuga de J.B.. A propósito de esta novela, estéticamente perfecta, el Nobel portugués José Saramago afirmaría: "hasta ahora había una silla vacía a la derecha de Cervantes, que acaba de ser ocupada por Gonzalo Torrente Ballester".
La saga/fuga de J.B. es un prodigio experimental, de rasgos al borde del cubismo. En él se narra la historia de Castroforte del Baralla, una ciudad imposible y conmocionada por la desaparición mil años atrás de una reliquia del Cuerpo Santo. Con su espíritu fantástico y su amibición renovadora, La saga/fuga de J.B. inauguraba una nueva época en la novela española. Consagrado e indiscutido, a Torrente por fin se le reconoce como el genial literato que siempre había escondido tras sus gruesos lentes. Su nombre aparece unido al de otros ilustres como Martín Santos, Delibes o Martín Gaite en el catálogo de innovadores de la narrativa.
Torrente Ballester era un auténtico patriarca. Con su primera esposa, fallecida en 1958, engendró cuatro hijos. Otros siete le daría su segunda mujer, con la que contrajo matrimonio en 1960. Que los más pequeños de esa extensa prole se sentaran a la mesa hablando inglés fue el detalle que impulsó a la familia a dejar Nueva York y regresar a España. Aunque la morriña le cosquilleaba las entrañas, Torrente no pudo regresar a Galicia, al no encontrar una casa lo bastante amplia como para albergar a todo el clan y la biblioteca de 12.000 volúmenes que lo acompañaba.
Salamanca fue el destino de Torrente Ballester en su retorno. Impartió clase en el instituto Torres Villarroel, cuyos alumnos le regalarían por su jubilación un ejemplar de El Quijote manuscrito por ellos mismos. Continuó escribiendo y en 1977 publicó Fragmentos de Apocalipsis, que prolongaría su éxito, tan tardío como soberbio, y que le depararía comparaciones con el mismo Jorge Luis Borges.
Torrente Ballester también dejó su impronta en el cine y la televisión. Fue un estrecho colaborador del cineasta José Antonio Nieves Conde, para el que firmó el guión de Surcos (1951). Sus obras literarias también servirían de inspiración para diferentes producciones, como la serie televisiva de Los gozos y las sombras, protagonizada por Eusebio Poncela, Carlos Larrañaga o Charo López, ex alumna suya en Salamanca. En 1991, Imanol Uribe llevaría a la gran pantalla El rey pasmado, en la que Gabino Diego interpreta a Felipe IV.
La vejez gloriosa y descreída de Torrente Ballester estuvo jalonada de premios y alabanzas. Son innumerables los galardones que cosechó a lo largo de su trayectoria, pero algunos de los más destacados fueron el Premio Nacional de Literatura, el Premio de la Crítica Literaria, el Planeta por Filomeno a mi pesar, o el Príncipe de Asturias en 1982, ex aequo con Miguel Delibes. Recibió varios homenajes en el extranjero, especialmente en Francia y Portugal, donde su obra se había traducido casi íntegramente. Además, en 1980 fue condecorado con la Cruz de Alfonso X el Sabio, en 1977 ocupó un sillón en la Real Academia Española de la Lengua, y en 1985 fue el primer novelista español en recibir el Cervantes.
Todas esas muestras de admiración no pudieron aliviar el frágil estado de salud de Torrente Ballester. En su última década de vida, el escritor gallego alternaba su dedicación a la escritura con frecuentes visitas a los hospitales. La llama literaria que ardía en su interior se esfumó definitivamente el 27 de enero de 1999. Era el final de un trayecto fantástico, de un viaje por los laberintos mágicos y fascinantes de la mejor novela española. O acaso fuese solamente su huida del mundo tangible para continuar pintando metáforas por encima de las nubes. En una entrevista realizada por miembros de Alianza Editorial, con ocasión de la publicación de sus obras completas, Torrente afirmaba que "la realidad no fue más que el lugar donde se hallan y donde se encuentran los materiales". Y apostillaba: "Seguiré investigando".

[Sunrise]

Ay, mi Torrentín del alma, que maravilla encontrarte aqui !!! Ahora mismo estoy con "Yo no soy yo, evidentemente" y al igual que el resto de su obra, genial. Lo estoy pasando en grande con los "golpes" habituales que mete en su escritura y que hace que sus libros se te pasen volando, amenos y siempre metiendo notas de su peculiar humor. Tiene casi quinientas páginas y en tres días me he leido doscientas ochenta, no veo el momento de llegar a casa y seguir leyendo. Estoy de acuerdo en que es un escritor quizás injustamente un poco olvidado, creo que mereció llevarse más de un premio que también injustamente (valga la redundancia) le otorgaron a otros que sin menospreciar a nadie, se lo merecían menos. Leeré en cuanto vuelva todo lo que habéis puesto por aqui, estoy segura de que será muy interesante.

[Aben Razín]

En mi biblioteca, tengo libros de Gonzalo Torrente Ballester y nunca me he decidido a leerlos

este año de contención de gasto de libros puede ser el suyo...

...

El verano que estuve en Galicia me encantó la casa en Santiago de Compostela, pero siempre he pensado que la sombra de Camilo José Cela no le ha dejado desarrollar toda su figura en la narrativa contemporánea española...

Me encantaría saber qué pensáis los que habéis leído a este autor...