La arquitectura en un fragmento literario

Un lugar donde podamos dar rienda suelta a la creatividad en todos sus aspectos: fotografía, pintura, escultura, arquitectura...

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Gretogarbo
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La arquitectura en un fragmento literario

Mensaje por Gretogarbo »

Caminan despacio y pensativos por el andén de la estación de Francia, a lo largo del tren parado y entre la gente, hasta llegar al primer vagón, y allí él se vuelve elevando una mirada triste hacia el reloj de lo alto de la pared, pone un pie en el estribo, gruñe su estómago vacío mientras escucha las instrucciones que Montse le repite:...
La oscura historia de la prima Montse. Juan Marsé.

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La Estación de Francia fue construida por los arquitectos Pedro Muguruza y Fernando Gallego Herrera (el vestíbulo fue obra de Raimon Duran i Reynals) e inaugurada en 1929. Es un edificio con una estructura de hierro en estilo modernista. Fue una de las últimas estaciones de Europa edificadas en ese estilo y es actualmente la única en la ciudad de Barcelona que destaca por su carácter histórico y artístico.
Los edificios envuelven las vías en forma de "U" y están fabricados con materiales considerados de lujo como mármol y bronce con vidrieras decorativas. Las 12 vías y sus andenes situados dentro de la "U" están cubiertos por dos marquesinas metálicas de 29 m de alto y 195 m de longitud.
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Gretogarbo
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Re: La arquitectura en un fragmento literario

Mensaje por Gretogarbo »

En algún momento Montse había deslizado veinte duros en su bolsillo, ahora la mano de él tropieza con el billete en Vic, al apearse y preguntar por el Centro parroquial. La ciudad se recoge bajo la noche estrellada con un íntima frustación o malhumor. En la cafetería de la Plaza del Mercado hay cierta animación; bocadillo de jamón y un clarete muy bueno con repique de campanas en la Catedral.
La oscura historia de la prima Montse. Juan Marsé.

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La Catedral de San Pedro de Vic atraviesa en sus estilos gran parte de la historia arquitectónica europea, desde el románico, hasta el neoclásico, pasando por el gótico pleno, el tardío y el barroco.
La catedral inicial fue construida durante el episcopado del obispo Oliba de Vic (1018 y 1046) en estilo románico. De esta etapa se conservan la torre del campanario y la cripta, cuyos capiteles pertenecen a un templo anterior.
El claustro data del siglo XIV y es de un marcado estilo gótico. A este estilo pertenece también el retablo mayor, aunque de un gótico más tardío, ya que data del siglo XV. Ya en el barroco se incluye la capilla de San Bernardo.
La mayor ampliación se produce entre 1781 y 1803, período en el que se realiza la remodelación del templo a manos de Josep Moretó i Codina quien le dio su actual carácter neoclásico. De esta etapa data la actual portada de la catedral.
En 1931 la catedral fue declarada Monumento Histórico Artístico.
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Aben Razín
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Re: La arquitectura en un fragmento literario

Mensaje por Aben Razín »

¡Muy interesante, gretogarbo :60: este hilo que has abierto! :wink:

Las novelas nos llevan a los lugares que hemos visitado en algún momento de nuestra vida y que conocemos :D
Pasado: Los perdedores de la Historia de España de Fernando García de Cortázar.

Presente: La deseada de Maryse Condé.

Futuro: Adiós muchachos de Sergio Ramírez.
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Gretogarbo
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Re: La arquitectura en un fragmento literario

Mensaje por Gretogarbo »

O que no conocemos, Aben Razín.

Anímate y participa.
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cometa azul
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Re: La arquitectura en un fragmento literario

Mensaje por cometa azul »

LAS PUERTAS TEMPLARIAS. Javier Sierra.

Hugo de Payns, en efecto, a eso de la hora tercia de aquel mismo día, celebró una reunión extraordinaria del capítulo en la antigua mezquita de Al Aqsa, donde su majestad Balduino II había tenido instalada su escuálida corte hasta hacía bien poco. El era un hombre calculador, que disimulaba su ansiedad con un verbo pausado, padre de una gran familia y extraordinariamente leal a los suyos. No se anduvo, pues, con rodeos. En el interior de al Aqsa, rodeado de columnas de mármol desnudas de casi seis metros de altura, y al amparo del eco de sus muros vacíos, informó a sus hombres de que el conde de Champaña, otro Hugo de ilustre linaje que había financiado los primeros momentos de la nueva Orden de los Pobres Caballeros de Cristo, estaba próximo a llegar a Jerusalén para unirse a su cruzada secreta.
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En su forma actual, esta mezquita puede albergar a unas tres mil personas y se encuentra en la parte más meridional de las faldas del Monte del Templo.

Un edificio original pero tosco fue derruido en el 709 para dejar espacio a una estructura más importante, terminada por al-Walid. De esta mezquita sólo se conservan fragmentos de arquerías de la parte sur, ya que el resto se perdió durante las numerosas ampliaciones y alteraciones que constituyen su accidentada historia. En conjunto, la mezquita ha sido sustancialmente reconstruida seis veces, y ha sufrido reparaciones considerables en tres ocasiones más.

En muchos aspectos se parece a su contemporánea, la mezquita aljama de Damasco; gráciles arquerías sobre columnas formaban una nave central en el eje de la qibla, que terminaba en una cúpula delante del mihrab. Esta concepción aún se conserva en la mezquita actual, aunque en época abasí se amplió la longitud del edificio y se redujo su anchura; entonces las arquerías de columnas fueron sustituidas por pilares y bóvedas de crucería.

Su utilización como mezquita cesó bajo la ocupación de Jerusalén por los cruzados, y entonces se le añadieron dependencias con bóveda de cañón y un pórtico gótico. El constructor mameluco Aybak al-Musrif dio por fin al edificio su forma actual en 1345-1350, ampliando y completando su extremo oriental. En 1940 y 1945 se realizaron otras reconstrucciones. Carece de alminar completo.
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Campanilla
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Re: La arquitectura en un fragmento literario

Mensaje por Campanilla »

Greto, Cometa :60: :60: :60: cuanto bueno por aquí!!!!!!

Y que buena idea el hilo Greto :D
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caris
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Re: La arquitectura en un fragmento literario

Mensaje por caris »

Como veo que os gusta tanto este hilo os dejo aquí el enlace del hilo original que abrió pfanner en Mundo de Letras.

Con esto no quiero quitarle mérito a greto :lengua: ya que gracias a él lo estáis descubriendo :lol: :60:
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Pseudoabulafia
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Re: La arquitectura en un fragmento literario

Mensaje por Pseudoabulafia »

El péndulo de Foucault - Umberto Eco.
KETER (capítulo1)

Fue entonces cuando vi el Péndulo.

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La esfera, móvil en el extremo de un largo hilo sujeto de la bóveda del coro, describía sus amplias oscilaciones con isócrona majestad.
Sabía, aunque cualquiera hubiese podido percibirlo en la magia de aquella plácida respiración, que el período obedecía a la relación entre la raíz cuadrada de la longitud del hilo y ese número “pi” que, irracional para las mentes sublunares, por divina razón vincula necesariamente la circunferencia con el diámetro de todos los círculos posibles, por lo que el compás de ese vagar de una esfera entre uno y otro polo era el efecto de una arcana conjura de las más intemporales de las medidas, la unidad del punto de suspensión, la dualidad de una dimensión abstracta, la naturaleza ternaria de él, el tetrágono secreto de la raíz, la
perfección del círculo.
[...]
¿Cómo habría Girado si el punto hubiese estado sujeto en el ápice de la cúpula del Templo de Salomón? quizá los Caballeros también habían probado allí. quizá el cálculo, el significado final, hubiera permanecido inalterado. quizá la iglesia abacial de Saint Martin-des-Champs era el verdadero Templo. En cualquier caso, el experimento sólo habría sido perfecto en el Polo, único lugar en que el punto de suspensión se sitúa en la prolongación del eje de rotación de la Tierra, y donde el Péndulo consumaría su ciclo aparente en veinticuatro horas.
Pero no por aquella desviación con respecto a la Ley, prevista por lo demás en la Ley, no por aquella violación de una medida áurea se empañaba la perfección del prodigio. Sabía que la Tierra estaba girando, y yo con ella, y Saint Martin-des-Champsy toda París conmigo y que juntos girábamos bajo el Péndulo, cuyo plano en realidad jamás cambiaba de dirección, porque allá arriba, en el sitio del que estaba suspendido, y en la infinita prolongación ideal del hilo, allá en lo alto, siguiendo hacia las galaxias más remotas, permanecía, eternamente inmóvil, el Punto Quieto.
[...]
El coro de Saint-Martin-des-Champs sólo existía porque, en virtud de la Ley, podía existir el Péndulo, y éste existía porque existía aquél. No se elude un infinito, pensé, huyendo hacia otro infinito, no se elude la revelación de lo idéntico eludiéndose con la posibilidad de encontrarse con lo distinto.

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[...]
Así es como se entra, en efecto, al Conservatoire des Arts et Métiers en París; después de haber atravesado un patio del siglo XVIII, penetramos en la vieja iglesia abacial, engastada en edificios más tardíos como antes lo había estado en el primitivo priorato. Nada más entrar nos deslumbra la confabulación entre el universo superior de las celestes ojivas y el mundo atónico de los devoradores de aceites minerales.
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Sobre el piso se extiende una procesión de vehículos automóviles, bicicletas y coches de vapor, desde arriba amenazan los aviones de los pioneros, en algunos casos los objetos están íntegros, aunque desconchados, corroídos por el tiempo, y, en la ambigua luz, en parte natural y en parte eléctrica, se presentan todos cubiertos por una pátina, un barniz de violín viejo; en otros casos sólo quedan esqueletos, chasis, desarticulaciones de bielas y manivelas que amenazan indescriptibles torturas, y uno se imagina ya encadenado, inmovilizado en esas especies de lechos donde algo podía empezar a moverse y a hurgar en nuestra carne, hasta arrancarnos la confesión.
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Más allá de esa secuencia de antiguos objetos móviles, ahora inmóviles, el alma herrumbrada, puros signos de un orgullo tecnológico que ha querido exponerlos a la reverencia de los visitantes, entre la vigilancia de una estatua de la Libertad, modelo reducido de la que Bartholdi proyectara para otro mundo, por la izquierda, y una estatua de Pascal por la derecha, se abre el coro, donde el Péndulo oscila coronado de la pesadilla de un entomólogo enfermo, caparazones, mandíbulas, antenas, proglotis, alas, patas, un cementerio de cadáveres mecánicos que de pronto podrían volver a funcionar todos al mismo tiempo; magnetos, transformadores monofásicos, turbinas, grupos convertidores, máquinas de vapor, dínamos, y al fondo, más allá del Péndulo, en la girola, ídolos asirios, caldeos, cartagineses, grandes Baales de vientre antaño incandescente, vírgenes de Nuremberg con el corazón descubierto, erizado de clavos, los otrora poderosos motores de aviación, indescriptible corona de simulacros postrados en adoración del Péndulo, como si los hijos de la Razón y de las Luces hubieran sido condenados a custodiar eternamente el símbolo mismo de la Tradición y de la Sabiduría.

Los turistas aburridos, que pagan sus nueve francos en la caja y los domingos entran gratis, pueden pensar que unos viejos señores decimonónicos con la barba amarillenta por la nicotina, el cuello de la camisa ajado y mugriento, la levita impregnada de olor a rapé, los dedos ennegrecidos por los ácidos, la mente agriada por las envidias académicas, fantasmas de caricatura que se llamaban cher maitre unos a otros, pusieron aquellos objetos bajo aquellas bóvedas por virtuoso espíritu didáctico, para satisfacer al contribuyente burgués y radical, para celebrar los destinos de esplendor y de progreso. Pero no, no, Saint-Martin-des-Champs había sido concebido primero como priorato y después como museo revolucionario, como florilegio de archisecretos arcanos, y aquellos aeroplanos, aquellas máquinas
automóviles, aquellos esqueletos electromagnéticos estaban allí para mantener un diálogo cuya fórmula aún se me escapaba.


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caris
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Re: La arquitectura en un fragmento literario

Mensaje por caris »

Torre de Pisa - Bonanno Pisano (1173) :arrow: Los hombres que no amaban a las mujeres - Stieg Larsson (2005)

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Encontró varios sobres con fotos que, evidentemente, fueron hechas por el propio Greger Vanger. Instantáneas de diferentes personas y encuentros familiares, así como típicas fotos de vacaciones: unas pescando en la montaña y otras durante un viaje a Italia con la família, donde visitaron, entre otros lugares, la torre inclinada de Pisa.
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Pseudoabulafia
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Re: La arquitectura en un fragmento literario

Mensaje por Pseudoabulafia »

El Péndulo de Foucault. GEBURAH (Capítulo 5)
[...]
--El autor de este libro debería recordar que Piazzi Smyth descubre las medidas sagradas y esotéricas de las pirámides en 1864. Permítanme ustedes que sólo dé números enteros, a mi edad la memoria empieza a fallar... Es singular que su base sea un cuadrado de 232 metros de lado. Originariamente, su altura era de 148 metros. Si lo expresamos en codos sagrados egipcios, tenemos una base de 366 codos, que es el número de días del año bisiesto. Según Piazzi Smyth, la altura multiplicada por diez a la novena da la distancia entre la Tierra y el Sol: 148 millones de kilómetros.

Que era una buena aproximación para la época, ya que actualmente esa distancia se calcula en 149 millones y medio de kilómetros, y nada nos asegura que los modernos estén en lo cierto. La base dividida por el ancho de una de las piedras da 365. El perímetro de la base es de 931 metros Si se divide por el doble de la altura da 3,14, el número ¿Deslumbrante verdad?
[...]
Ahora bien, del ápice a la base, la medida de la Gran Pirámide, en pulgadas egipcias, es de unas 161.000.000.000. ¿Cuántas almas humanas han vivido en la tierra desde Adán a nuestros días? Una buena aproximación se situaría entre las 153.000.000.000 y las 171.900.000.000.
(Piazzi Smyth, our Inheritance in the Great Pyramid, London, Isbister, 1880, p. 583)

--Supongo que su autor sostiene que la altura de la pirámide de Keops es igual a la raíz cuadrada del número que expresa la superficie de cada uno de los lados. Desde luego, las medidas deben tomarse en pies, unidad más afín al codo egipcio y hebraico, y no en metros, porque el metro es una medida abstracta inventada en la época moderna. El codo egipcio equivale a 1,728 pies. Por lo demás, si no conocemos las alturas exactas, podemos remitirnos al pyramidion, que era la pequeña pirámide situada,en el ápice de la gran pirámide y que constituía su punta. Era de oro o de otro metal que brillase al sol. Pues bien, coja usted la altura del pyramidion, multiplíquela por la altura de toda la pirámide, multiplíquelo todo por diez a la quinta potencia y tendrá la longitud de la circunferencia ecuatorial.

Eso no es todo, si coge el perímetro de la base y lo multiplica por veinticuatro al cubo dividido por dos, obtiene el radio medio de la Tierra. Además, la superficie cubierta por la base de la pirámide multiplicada por 96 por diez a la octava da ciento noventa y seis millones ochocientas diez mil millas cuadradas, que corresponden a la superficie de la Tierra. ¿Es así?
[...]
--Estimados amigos --dijo--, cuando un señor, cuyo nombre no conozco, se lanza a escribir sobre el misterio de las pirámides, sólo puede repetir lo que ya saben hasta los niños. Me hubiese sorprendido si hubiera dicho algo nuevo.

--O sea --aventuró Belbo--, que este señor se limita a decir unas verdades comprobadas.

--¿Verdades? --rió Aglie, mientras volvía a abrirnos su caja de puros artríticos y deliciosos--. “Quid está veritas”, como decía un conocido mío hace tantísimos años. En parte se trata de un cúmulo de tonterías. Para comenzar, si se divide la base exacta de la pirámide por el doble exacto de la altura, calculando incluso los decimales, no se obtiene el número sino 3,1417245. La diferencia es pequeña, pero importante. Además, un discípulo de Piazzi Smyth, Flinders Petrie, que también fue quien midió Stonehenge, dice que cierto día sorprendió al maestro limando los salientes graníticos de la antecámara real, para que sus cálculos encajaran... Quizá-no fueran más que habladurías, pero lo cierto es que Piazzi Smyth no era un hombre que inspirase confianza, bastaba ver cómo se hacía el nudo de la corbata. Sin embargo, entre tantas tonterías también hay algunas verdades incontestables.
¿Quieren tener la bondad, señores, de acompañarme a la ventana?

La abrió de par en par con gesto teatral y nos invitó a asomarnos, nos mostró a lo lejos, en la esquina de su calle y la avenida, un kiosquito de madera donde debían de venderse billetes de lotería.

--Señores --dijo--, les invito a que vayan a medir aquel kiosco. Verán que la longitud del entarimado es de 149 centímetros, es decir la cien mil millonésima parte de la distancia entre la Tierra y el Sol. La altura posterior dividida por el ancho de la ventana da 176/56 = 3,14. La altura anterior es de 19 decímetros, que corresponde al número de años del ciclo lunar griego. La suma de las alturas de las dos aristas anteriores y de las dos aristas posteriores da 190 x 2 + 176 x 2 = 732, que es la fecha de la victoria de Poitiers. El espesor del entarimado es de 3,10 centímetros y el ancho del marco de la ventana es de 8,8 centímetros. Si reemplazamos los números enteros por la letra alfabética correspondiente tendremos C0 H8, que es la fórmula de la naftalina.

--Fantástico --dije--. ¿Lo ha verificado?

--No. Pero un tal Jean-Pierre Adam lo hizo con otro kiosco. Supongo que estos kioscos tienen más o menos las mismas dimensiones. Con los números se puede hacer cualquier cosa. Si tengo el número sagrado 9 y quiero obtener 1.314, fecha en que quemaron a Jacques de Molay, una fecha señalada para quien como yo se considera devoto de la tradición caballeresca templaria, ¿qué hago? Multiplico por 146, fecha fatídica de la destrucción de Cartago. ¿Cómo he llegado a ese resultado? He dividido 1.314 por dos, por tres, etcétera, hasta encontrar una fecha satisfactoria También hubiera podido dividir 1.314 por 6,28, el doble de 3,14, y habría obtenido 209. Que es el año en que ascendió al trono Atalo I, rey de Pérgamo. ¿están satisfechos?
[...]
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Re: La arquitectura en un fragmento literario

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Cúpula de los Inválidos - Jules Hardouin- Mansart (1706) :arrow: Los miserables - Victor Hugo (1862)

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En este momento miraba la cúpula de los Inválidos, visible desde las ventanas de Bombarda.
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Re: La arquitectura en un fragmento literario

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Capilla Sixtina - Giovanni d'Dolci (1471-84) :arrow: Los miserables - Victor Hugo (1862)

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Su criada era también una variedad de la inocencia. Era una pobre vieja y virgen. Su gato Sultán, que hubiera podido maullar el Miserere de Allegri en la capilla Sixtina, había llenado su corazón, y bastaba para la cantidad de pasión que tenía. Ninguno de sus pensamientos había llegado al hombre; nunca había podido ir más allá de su gato, y tenía como éste, bigotes. Toda su gloria se cifraba en sus papalinas blancas. Empleaba el tiempo los domingos, después de misa, en contar la ropa blanca en su baúl, y en extender sobre su cama vestidos en corte que compraba, y no se hacía nunca. Sabía leer, y el señor Mabeuf la llamaba la tía Plutarco.
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Re: La arquitectura en un fragmento literario

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Val-de-Grâce -François Mansart (1645) :arrow: Los miserables - Victor Hugo (1862)

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Una mañana, pues, de octubre, atraídos por la perfecta serenidad del otoño de 1831, habían salido, y estaban al amanecer cerca de la barrera del Maine. No era aún la aurora, era el alba; momento encantador y sombrío: algunas constelaciones esparcidas por el azul pálido y profundo, la tierra toda negra, el cielo todo blanco, las yerbecillas trémulas, en todas partes el misterioso sobrecogimiento del crepúsculo. Una alondra, que parecía mezclarse con las estrellas, cantaba a una altura prodigiosa y hubiérase dicho que aquel himno de la pequeñez al infinito calmaba la inmensidad. Al oriente el Val-de-Grâce perfilaba en el horizonte, iluminado con una claridad acerada, su oscura masa; el planeta Venus, deslumbrante, subía por detrás de esta iglesia y parecía un alma que sale de un edificio tenebroso.
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Re: La arquitectura en un fragmento literario

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Big Ben - Londres (1854) :arrow: La reina en el palacio de las corrientes de aire - Stieg Larsson (2004)

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(...) Tanto Semíramis de Nínive, que fundó el imperio asirio, como Boudica, que encabezó una de las más sangrientas revueltas británicas realizadas contra el Imperio romano, son buena muestra de ello. A esta última, dicho sea de paso, se le erigió una estatua junto al puente del Támesis, frente al Big Ben. Salúdala amablemente si algún día pasa por allí. por casualidad.
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Re: La arquitectura en un fragmento literario

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Panteón de Hombres Ilustres - Fernando Arbós y Tremanti (1892-99) :arrow: El documento Saldaña - Pedro de Paz (2008)

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Vassiliev y Varela cruzaron la verja de hierro que daba acceso al pequeño jardín que circundaba el Panteón de Hombres Ilustres. El ruso observó el lugar con un ligero desencanto. Esperaba encontrarse con algo más digno, más majestuoso, algo similar al panteón que había tenido ocasión de visitar durante una de sus estancias en París. Sin embargo, y a pesar de la intrínseca belleza de las dos cúpulas bizantinas que presidían la fachada principal, las diminutas dimensiones del lugar le resultaron decepcionantes. Recorrieron el breve camino de tierra que los separaba de la entrada al monumento y traspasaron el umbral de su pórtico. Ambos agradecieron la suave penumbra del recinto. El sol ya horneaba las calles con tórrida intensidad anunciando el rigor de los calurosos y típicos días de verano de Madrid.
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