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Siglo XVI, en el contexto de la Contrarreforma. Una poderosa familia española reside en Nápoles, en el fuerte de San Telmo. Ana y Miguel son los hijos del gobernador Don Álvaro. Son dos jóvenes que han crecido muy unidos amparados por el cariño de su madre, Doña Valentina, que les inculcó desde pequeños la lectura de los clásicos, como Platón y Séneca; y con una figura paterna distante e indiferente. La muerte prematura de Doña Valentina rompe su equilibrio, desencadenando una historia de amor y dolor llevada al extremo.
Título original Anna, soror...
Editorial : Aguilar
Edición: 1995
Tapa blanda : 80 páginas
ISBN-10 : 840360260X
También está editado en una recopilación de novelas cortas en el subforo de Cuentos y comentado allí, pero como está editado de forma independiente y no es tan corto como otros muchas novelas que tienen hilo propio, le he abierto este apartado.
Anoche lo empecé y esta noche lo remato. No ha hay sorpresas: Yourcenar es a la novela histórica lo que el caviar a las pringues que se untan en el pan.
Abstenerse quienes no gusten de rollos introspectivos.
Casi me ha gustado más el epílogo que la propia novela. Yourcenar comenta como gestó en su juventud Ana, soror... y lo que supuso esta novela para el resto de su obra por llegar. Da un repaso a los mitos y leyendas que han tratado sobre el incesto entre hermanos y las principales obras de la literatura universal que lo han reflejado. Intresante la comparación que hace con otros tabúes, concluye que éste ha sido desde siempre el menos superado socislmente.
Un comentario de la autora que pone verde de envidia a cualquiera:
He saboreado por primera vez con Ana, soror… el supremo privilegio del novelista, el de perderse por completo en sus personajes, o el de dejarse poseer por ellos.
ratonB escribió: ↑26 Jul 2021 11:12
No ha hay sorpresas: Yourcenar es a la novela histórica lo que el caviar a las pringues que se untan en el pan.
Muy buena metáfora, aunque la haría extensiva a otras novelas cortas no históricas.
ratonB escribió: ↑27 Jul 2021 16:49
Casi me ha gustado más el epílogo que la propia novela.
Envidias me da, pero yo no tengo ese prólogo, puesto que la estoy leyendo como parte de Como el agua que fluye, que contiene dos textos más.
ratonB escribió: ↑27 Jul 2021 16:49
Un comentario de la autora que pone verde de envidia a cualquiera:
He saboreado por primera vez con Ana, soror… el supremo privilegio del novelista, el de perderse por completo en sus personajes, o el de dejarse poseer por ellos.
En menor grado, también podemos hacerlo como lector si logramos empatizar bien con un personaje.
@jilguero Si lo permiten los derechos de no se quién, puedo copiar aquí ese epílogo, son 7 u 8 páginas de pdf, no sé si sería muy largo. Esta edición es fácil encontrar en digital.
Había olvidado del todo mis impresiones de este título, y esas comparaciones gastronómicas
ratonB escribió: ↑18 Abr 2022 22:58
@jilguero Si lo permiten los derechos de no se quién, puedo copiar aquí ese epílogo, son 7 u 8 páginas de pdf, no sé si sería muy largo. Esta edición es fácil encontrar en digital.
Había olvidado del todo mis impresiones de este título, y esas comparaciones gastronómicas
ratonB escribió: ↑18 Abr 2022 22:58
@jilguero Si lo permiten los derechos de no se quién, puedo copiar aquí ese epílogo, son 7 u 8 páginas de pdf, no sé si sería muy largo. Esta edición es fácil encontrar en digital.
Había olvidado del todo mis impresiones de este título, y esas comparaciones gastronómicas
@ratonB tienes una sugerencia en tu buzón foril.
Ya. No olvides comentar aquí ese epílogo y así me ahorras releerlo, que tengo mucha tarea. Aunque no sé que será más tocho, el epílogo en sí o tu comentario
ratonB escribió: ↑27 Jul 2021 16:49
Casi me ha gustado más el epílogo que la propia novela.
Te diría que es un magnifico complemento a la lectura de la novela.
ratonB escribió: ↑27 Jul 2021 16:49
Yourcenar comenta como gestó en su juventud Ana, soror... y lo que supuso esta novela para el resto de su obra por llegar. Da un repaso a los mitos y leyendas que han tratado sobre el incesto entre hermanos y las principales obras de la literatura universal que lo han reflejado. Intresante la comparación que hace con otros tabúes, concluye que éste ha sido desde siempre el menos superado socislmente.
No necesito imitar a Greto, basta con citar tu excelente resumen del contenido del epílogo.
ratonB escribió: ↑27 Jul 2021 16:49
Un comentario de la autora que pone verde de envidia a cualquiera:
escribió:
He saboreado por primera vez con Ana, soror… el supremo privilegio del novelista, el de perderse por completo en sus personajes, o el de dejarse poseer por ellos.
Añado otras citas del epílogo que son ilustrativas del pensar/sentir de la autora.
De la relación del autor con los personajes: Todo parece indicar (empleo esta fórmula dubitativa porque creo que las motivaciones de sus personajes a veces deben permanecer ocultas para el mismo autor: sólo a ese precio conservan su libertad) que Valentina,
De por qué una escritora sin mucha experiencia se puede meter en la piel de los personajes: Probablemente el fenómeno es más simple de lo que parece: todo ha sido ya vivido y revivido miles de veces por los seres que llevamos en nuestras fibras, del mismo modo que llevamos en nosotros mismos a los que seremos un día.
Del cómo el autor puede condicionar los sentimientos del lector: ...le corresponde al autor hacernos sentir que inocencia y crimen son nociones relativas.
Del incesto, tema central de al novela: Que el incesto existe en estado de posibilidad omnipresente en la sensibilidad humana, atrayente para unos, repugnante para otros, lo prueban los mitos, las leyendas, el oscuro curso de los sueños, las estadísticas de los sociólogos y los sucesos que aparecen en las gacetillas [...]Sólo el incesto sigue siendo inconfesable, y casi imposible de probar allí donde sospechamos que existe. La ola siempre se lanza más violentamente contra el acantilado más abrupto.
El cierre del epílogo, que me parece muy poético: El incidente sirve para recordar la extraña condición inherente a toda existencia, donde todo discurre como el agua que fluye, pero donde sólo los hechos que cuentan, en vez de depositarse en el fondo, emergen a la superficie y van a dar con nosotros a la mar.
He ido recordando poco a poco al leerte. Ya sabía yo que te iba a gustar el epílogo. Es que es verdad, cuando leí esa frase parecía que estuviese grabada sobre mármol:
He saboreado por primera vez con Ana, soror… el supremo privilegio del novelista, el de perderse por completo en sus personajes, o el de dejarse poseer por ellos.
Yo creo que esa frase encierra la mejor definición de ensoñar, y ese supremo privilegio no es sólo del novelista, es de cualquiera que sienta placer fantaseando. La diferencia está en que el novelista tiene la capacidad y el atrevimiento de compartir sus sueños.
Tengo que leer más a Yourcenar. Creo que sus dos grandes novelas eclipsan el resto de su obra.
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