Igual de ágil que el primero se lee rápido y no pierde ni un punto de interés.
No va a quedar ni el apuntador...todos me caen mal...y a ratos, pasan a caerme bien...el autor sabe dar esa ambigüedad que hace a los personajes reales, humanos, con sus debilidades...pero al que odio con todas mis fuerzas es a
Luis, el rey...¡¡qué ser tan odioso!! , lo que le hace a su propia hija, espero que se quede solo ; por contra el único que se ha ganado (un poco) mi simpatía es su hermano Felipe que, al menos, parece más comedido... |