Los jardines de luz - Amin Maalouf

En este foro se hablará de novelas históricas.

Moderador: ciro

Avatar de Usuario
1452
Vivo aquí
Mensajes: 12046
Registrado: 22 Sep 2007 12:36
Ubicación: Entre tus brazos...

Re: Los jardines de luz - Amin Maalouf

Mensaje por 1452 »

Me está gustando mucho :P, a ver si puedo terminar de leerlo hoy.
Yo te recomendaría que lo leyeras, Aben, quizás, como a los demás que han leído más obras de Maalouf, te parezcan mejores otros, pero este creo que te gustaría mucho también.

Un abrazo.
1
Avatar de Usuario
Aben Razín
Vivo aquí
Mensajes: 57456
Registrado: 19 Feb 2009 14:28
Ubicación: Al lado del Torico.

Re: Los jardines de luz - Amin Maalouf

Mensaje por Aben Razín »

¡Muchas gracias, 1452 :60: por tu recomendación!

Un abrazo también para tí :D
Pasado: Los perdedores de la Historia de España de Fernando García de Cortázar.

Presente: La deseada de Maryse Condé.

Futuro: Adiós muchachos de Sergio Ramírez.
Avatar de Usuario
1452
Vivo aquí
Mensajes: 12046
Registrado: 22 Sep 2007 12:36
Ubicación: Entre tus brazos...

Re: Los Jardines de Luz - Amin Maalouf

Mensaje por 1452 »

A una excelente narración se une una historia fascinante, una lectura fantástica.
Sigo preguntándome todavía cuánto de interés y cuándo de afecto real había de parte de Sapor hacia Mani, quiero creer que aunque existía un interés claro el afecto era mayor, cosa que parece probarlo el hecho de que lo llamara en su lecho de muerte, aunque Mani no tuviera conocimiento de esto hasta que fue demasiado tarde.

Qué triste el final de Ormuz, ¿qué habría sido del maniqueísmo si a Ormuz no lo hubieran asesinado? Da que pensar.

Imagen
La última mirada a Palmira de la reina Zenobia - Herbert Schmalz

"En esta etapa del recorrido de Mani debe abrirse un paréntesis. Enigmático en si mismo, pero quizá la clave de un antiguo enigma.

Érase una vez una reina... ¿No es así como se cuentan las leyendas? Bella, rica, culta, sumamente ambiciosa y dotada de una brillante inteligencia, pero minada por un mal que ningún remedio conseguía curar. Un día se quejó a su hermana, quien le contó los relatos de los caravaneros sobre los prodigios de un médico del país de Babel. La reina expresó su deseo ardiente de conocerle y aquella misma noche, durante el sueño, vio su imagen y oyó su voz. Cuando se despertó, estaba curada... y convertida.

Ésta es la historia consignada en los escritos maniqueos. Mil milagros similares salpican el recorrido de los profetas y, a veces, se propagan los mismos relatos sobre diferentes personajes, como si los mitos pertenecieran a un fondo común de donde se sacaran de un siglo a otro, de un pueblo a otro y de una creencia a otra. Pero a veces se encuentra en ellos una pequeña parte de verdad, el reflejo embellecido de un acontecimiento real.

Hoy se sabe que la reina se llamaba Zenobia, que su reino era Palmira, que abrazó la fe de Mani y acometió la empresa de difundirla hacia Egipto e incluso más allá. ¿Se sabrá alguna vez qué encuentro la impulsó a ello? Sea como fuere, otros misterios se han disipado. Así, durante mucho tiempo el mundo se preguntó cuáles podrían ser las creencias de la gran dama del desierto, ya que acogía en su corte a los filósofos, a los judíos, a los nazarenos, y dejaba que se honraran en los templos de su capital a las divinidades de todas las naciones. Este soplo de tolerancia era el de Mani.

Palmira era en su siglo mucho más que una rica ciudad caravanera. Tenía la ambición de convertirse en la metrópoli universal y, por el espacio de una década, estuvo a punto de eclipsar a Roma y a Ctesifonte. Por lo tanto, en la persona de Zenobia, Mani había ganado para su causa a la rival común de los emperadores de Oriente y de Occidente. Reina libre de una ciudad libre, sucumbiría, al final de su vida, a la ley de los dos colosos.

Pero su nombre ha permanecido, más luminoso que el de los vencedores.

Algunas semanas separaron la caída de Zenobia de la desaparición de Sapor. Si Moni hubiera tenido que elegir alguna vez entre dos lealtades, el dilema habría estado resuelto.

Corría el año 272. El hijo de Babel tenía entonces cincuenta y seis años. ¿Se sentía cansado, débil, herido? Su entusiasmo estaba intacto".

* * *

Imagen
Mani, fundador del maniqueísmo

"Contempladme, saciaros de mi imagen, ya que no me volveréis a ver bajo esta apariencia".

"Han oído de mi boca las verdades que estaban en ellos. Jamás se escucha otra voz que la propia".
Los Jardines de Luz escribió:¿Deformaron su nombre?
¡Si no fuera más que eso!
De sus libros, objetos de arte y de fervor, de su fe generosa, de su búsqueda apasionada, de su mensaje de armonía entre los hombres, la naturaleza y la divinidad no queda ya nada.
De su religión de belleza, de su sutil religión del claroscuro sólo hemos conservado estas palabras: «maniqueo», «maniqueísmo», que en nuestras bocas se han convertido en insultos. Y es que todos los inquisidores de Roma y de Persia se aliaron para desfigurar a Mani, para destruirle. ¿En qué era tan peligroso para tener que perseguirle así hasta en nuestra memoria?
1
Responder