Al hilo del debate y de lo que comentáis, ¿dónde situamos novelas como las que integran la trilogía sobre la Britania artúrica de Bernard Cornwell o la trilogía sobre Troya de David Gemmell?
Son novelas que parten de un concepto muy parecido. Situar estos personajes e historias más cerca de la "realidad" y menos de los "mitos" artúrico o troyano, aunque obviamente se nota de dónde viene cada autor. Pero pienso que no podrían encajar estrictamente en un concepto "purista", por decirlo de algún modo, de novela histórica.
Yo las considero a grandes rasgos novela histórica, y de hecho aquí están en el subforo de novela histórica, y normalmente te las encuentras así en las tiendas (al menos cuando todavía las encontrabas de forma habitual). También en la página de Hislibris parece que las consideran novela histórica.
Pero ¿lo son realmente? ¿no encajarían mejor como novelas que -simplemente- tienen una inspiración histórica?
De hecho, Edhasa no las ha publicado bajo su sello de narrativa histórica. Lo ha hecho a través de Marlow, donde también publica novelas más fantásticas.
Yo he disfrutado una barbaridad con estas novelas, tanto las de Cornwell como las de Gemmell, y las recomiendo absolutamente a todo el mundo. Si tuviese que elegir entre las dos obras, no podría, porque la de Gemmell, pese a ser menos conocida y estar todavía inconclusa en español, me encantó. Me lo pasé bomba con su lectura. Personajes como el de Ulises, por ejemplo, me parecieron realmente geniales -y profundamente humanos-.
Todos los personajes en realidad, la ambientación, el marco histórico...
Pero insisto ¿son realmente novelas históricas? Y, mirando un poco más allá, ¿importa realmente?
Son unas novelas estupendas y pienso que eso es lo realmente importante. Más que su rigor histórico o su respeto a la obra de Homero, por ejemplo.
Para mí es ahí donde Roa da en el clavo. Una novela esa una novela, por encima de cualquier otra consideración. Es ficción, y la parte más dramática debe fluir libremente, a veces en detrimento de otros elementos que también pueden ser importantes, como el rigor histórico, o incluso llegando a prescindir de él.
No obstante, lo mejor de todo es que cada escritor y cada lector tiene su propia forma de ver cuestiones como esta, y por eso todos podemos disfrutar de los libros que nos gustan. Son debates que quizás no lleven a nada, pero a mí me parecen interesantes y disfruto con ellos. Por eso participo aquí.