El día de hoy en un libro (II)
Moderador: Ashling
Re: El día de hoy en un libro (II)
Volví unos días a casa hace un par de semanas, para Acción de Gracias. De nuevo en los Estados Unidos de América, donde hay honor e integridad y sabe Dios cuántas otras virtudes. Acabé confundida. El presidente Bush, y Clarence Thomas, y los movimientos contra el aborto, y el sida, y Duke y el crack y la gente sin techo. Y por todas partes, en la MTV, en los dibujos animados, los anuncios, las revistas: solo guerra, sexismo y violencia. En México por lo menos se te cae un bidón de cemento de un andamio en la cabeza, no hay Uzis ni nada personal.
Manual para mujeres de la limpieza, de Lucia Berlin (traducido por Eugenia Vázquez Nacarino)
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Re: El día de hoy en un libro (II)
Cuando estudió cálculo, un poco más adelante, llegó incluso a idear una fórmula en la que intervenían el porcentaje de alcohol de las diversas bebidas —el vino ronda tan sólo el catorce por ciento de alcohol, por ejemplo—, el tiempo transcurrido desde la primera copa, si mamá había comido, y cuánto pesaba. Entonces comparaba el resultado con el de otra cogorza, más o menos así: «En Acción de Gracias consumió al menos ciento veinte mililitros de alcohol al cuarenta y tres por ciento por hora durante cuatro horas; pesaba cinco kilos menos y sin embargo apenas se desmadró. Por supuesto, había comido mucho...»
El club de los mentirosos, de Mary Karr (traducido por Regina López Muñoz)
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Re: El día de hoy en un libro (II)
A este paso, antes de que acabe el año comenzamos nuevo hilo.
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Ayer: Grito nocturno. Borja González
Los asesinos del emperador. Santiago Posteguillo
Hoy: Hoy es un buen día para morir. Colo
Soberbia. William Somerset Maugham
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Re: El día de hoy en un libro (II)
Rajiv dimitió el 29 de noviembre de 1989: «Las elecciones se ganan y se pierden... el trabajo de una nación nunca termina. Quiero agradecer al pueblo de la India el afecto que me ha dispensado con tanta generosidad.» Eran palabras que evocaban las del testamento de su abuelo, en el que Nehru había afirmado sentirse conmovido por el cariño que todas las clases de indios le habían profesado. Eran palabras que sonaban a despedida. La cita que Rajiv Gandhi tenía con el destino se acercaba inexorablemente.
El sari rojo, de Javier Moro
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Re: El día de hoy en un libro (II)
El último día de noviembre llegó un mensaje de Cayo Mario convocando reunión del Senado al día siguiente en la Cuna Hostilia. En esta ocasión, la agitación del Foro no impidió que los padres conscriptos acudieran a la sesión, porque todos estaban deseando ver cómo se encontraba Mario. La cámara estaba al pleno y los senadores se personaron antes del alba en las calendas de diciembre para llegar antes que él, haciéndose toda clase de especulaciones mientras aguardaban su aparición.
El primer hombre de Roma, de Colleen McCullough (traducido por Francisco Martín Arribas)
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Re: El día de hoy en un libro (II)
En todas partes los hombres caen en la lascivia, la promiscuidad, el libertinaje, el vicio, la corrupción y el desenfreno. El mundo entero está afectado por una enfermedad llamada Kufr, el rechazo de la unicidad del Creador, la negativa a reconocer las infinitas bendiciones del Creador. Y este día, primero de diciembre de mil novecientos noventa y dos, yo doy fe de que no hay nada digno de adoración más que el solo Creador, que no tiene igual. En el día de hoy, ya deberíamos saber que aquel a quien el Creador ha guiado no puede extraviarse, y aquel a quien ha extraviado del camino recto no volverá a él hasta que el Creador guíe su corazón y lo conduzca a la luz.
Dientes blancos, de Zadie Smith (traducido por Ana María de la Fuente)
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Re: El día de hoy en un libro (II)
El falso Adrián Gallardo se sumó a un coro de sonrisas con pocas ganas. El viaje le inquietaba más que nunca desde que, el primer día de diciembre, Clara le invitó a comer muy lejos de Horcher para explicarle los detalles. El lujo, en aquella ocasión, no tuvo que ver con la excelente comida casera que les sirvieron en una taberna de la calle Blasco de Garay, sino con la noticia de que iban a viajar en avión y no en barco, como él había creído siempre.
Los pacientes del Doctor García, de Almudena Grandes
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Re: El día de hoy en un libro (II)
—¡El Senado ha decretado dos triunfos y dos triunfos se celebrarán! —replicó Catulo César, tembloroso.
—Sí, podéis insistir, Quinto Lutacio, pero no estará bien, ¿no creéis? Elegid: o vos y yo hacemos un único desfile triunfal o vais a quedar en ridículo. Punto.
Y así fue. La carta de Mario llegó al Senado y éste decretó un solo triunfo para el primer día del mes de diciembre.
El primer hombre de Roma, de Colleen McCullough (traducido por Francisco Martín Arribas)
—Sí, podéis insistir, Quinto Lutacio, pero no estará bien, ¿no creéis? Elegid: o vos y yo hacemos un único desfile triunfal o vais a quedar en ridículo. Punto.
Y así fue. La carta de Mario llegó al Senado y éste decretó un solo triunfo para el primer día del mes de diciembre.
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Re: El día de hoy en un libro (II)
Cayo Mario y Quinto Lutacio Catulo César celebraron su triunfo el primer día de diciembre. El desfile conjunto fue un dechado de genialidad, porque no cabía duda de que Catulo César, a la zaga del carro del primer cónsul, era el segundón. El nombre de Cayo Mario estaba en todas las bocas, y hasta hubo una carroza, ideada por Lucio Cornelio Sila, que se encargó, como de costumbre, de organizar el desfile, en la que se representaba a Mario consintiendo en que los soldados de Catulo César tomaran los treinta y cinco estandartes cimbros, dado que los suyos ya habían capturado muchos en la Galia.
El primer hombre de Roma, de Colleen McCullough (traducido por Francisco Martín Arribas)
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Re: El día de hoy en un libro (II)
Pero el día primero de Diciembre comenzaron a circular desde muy temprano rumores gravísimos acerca de la derrota del general San Juan en Somosierra. Echose todo el mundo a la calle en averiguación de lo ocurrido, y corriendo de boca en boca las nuevas, exageradas por la ignorancia o la mala fe, bien pronto llegó a decirse que los franceses estaban en Alcobendas, y hasta alguno aseguró haberlos visto paseándose en el Campo de Guardias.
Napoleón en Chamartín, de Benito Pérez Galdós
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Re: El día de hoy en un libro (II)
El sitio donde se habían levantado obras más considerables era la puerta de Recoletos, monumento que ha durado hasta ayer y que no necesito designar topográficamente, con su costanilla de la Veterinaria ni su convento de Agustinos, porque los mozuelos barbilampiños los han conocido. Pero volvamos a los Pozos, puerta destinada a ser teatro de nuestro heroísmo, y empecemos diciendo que en la noche del primero de Diciembre nos situamos allá, tan convencidos de que íbamos a ser atacados que estuvimos largas horas sobre las armas, dispuestos a vender caras nuestras vidas.
Napoleón en Chamartín, de Benito Pérez Galdós
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Re: El día de hoy en un libro (II)
1 de diciembre de 2006, New York City
—Doug, ¿puedes hacer más mojitos?
Detrás de la encimera de mi cocina, Douglas, cubierto con un delantal que representaba un cuerpo de mujer desnuda, lanzó un aullido de lobo, agarró una botella de ron y la vació en una coctelera llena de hielo picado.
La verdad sobre el caso Harry Quebert, de Joël Dicker (traducido por Juan Carlos Durán Romero)
—Doug, ¿puedes hacer más mojitos?
Detrás de la encimera de mi cocina, Douglas, cubierto con un delantal que representaba un cuerpo de mujer desnuda, lanzó un aullido de lobo, agarró una botella de ron y la vació en una coctelera llena de hielo picado.
La verdad sobre el caso Harry Quebert, de Joël Dicker (traducido por Juan Carlos Durán Romero)
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Re: El día de hoy en un libro (II)
Amaneció el 2 de Diciembre, y a favor de las primeras luces del día se distinguieron fuertes columnas de caballería francesa en los cerros del Norte. Ya estaban allí, y no eran pocos ciertamente. Aquella mañana fue muy alegre para nosotros, porque sin motivo alguno que lo justificara, nos sentíamos tan animados, que no nos cambiáramos por los sitiadores. El peligro había acallado por el momento todas las discordias, y nuestro patriotismo nos achicaba las circunstancias desfavorables, aumentando considerablemente las ventajosas.
Napoleón en Chamartín, de Benito Pérez Galdós
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Re: El día de hoy en un libro (II)
Era lo bastante sensata para descansar siempre que podía; y, con un poco de prudencia, esperaba superar aquella temporada agotadora. Una mañana (era el dos de diciembre, y la llegada de un nuevo mes, aunque no propiciara el menor cambio en las circunstancias ni en el tiempo, supuso cierto alivio; diciembre traía buenas nuevas en sí mismo), una mañana gris y oscura, después de mirar el reloj al salir del cuarto de Nancy y de comprobar que aún no eran las cinco y media, y, sabiendo que tanto su madre como Nancy estaban dormidas, Maggie decidió tumbarse y descansar una hora antes de encender las chimeneas.
La casa del páramo, de Elizabeth Gaskell (traducido por Marta Salís Canosa)
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Re: El día de hoy en un libro (II)
—Estoy asombrado, porque nunca he visto dos cosas que tanto se parezcan como este país a otro muy distante donde me encontraba hace tres años a esta misma hora, en la madrugada del 2 de diciembre. ¿Es mi imaginación la que me reproduce las formas de aquel célebre lugar, o por arte milagroso nos encontramos en él? Gabriel, ¿no hay enfrente y hacia la derecha unos grandes pantanos? ¿No se ven a la izquierda unos cerros que terminan en lo alto con un pequeño bosque? ¿No se eleva delante una colina en cuya falda blanquea un pueblecillo? Y aquellas torres que distingo al otro lado de dicha colina, ¿no son las del castillo de Austerlitz?
Bailén, de Benito Pérez Galdós
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