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| Cobardes, gallinas, capitanes de la sardina, que no continuáis... |
Un cuento encadenado
Moderador: Ashling
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Ceinwyn
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Cein agarró a Hypathia del brazo. Ya se había cansado de formalidades:
- Deja de mirarlo así. En la vida hay que aceptar cuando se ha perdido, y a éste - dijo señalando a Ivánovich. Sus ojos expulsaban fuego y cenizas. Sentía celos- lo perdiste hace tiempo. Pero veo que has ocupado pronto su lugar.
Hypathia sentía ganas de estrangularla, pero en cambio sonrió, segura de sí misma, y contestó:
- Tengo muchos ases en la manga, y tú, la lengua muy larga. Las hay más zorras que yo.
Sam se adelantó. Estaba viendo cómo se caldeaba el ambiente, y un pellizco de miedo le atoró el estómago.
Decidió tomar la iniciativa:
- A ver. ¿Qué coño hacemos? - Dijo con mala cara, mirando a Cein e Ivánocich- ¿Vais a echa un cable o no? Tengo que quitarme ese alijo de encima como sea. Me están pisando los talones.
- Sí, la paliza de la otra noche lo confirma- reía Ivánovich- Pero no te pongas nervioso, pelele. En una de las habitaciones de arriba, te está esperando Moranis. Es un pez gordo, buena pieza. Él se encargará de distribuir tu mierda, aunque supongo que habrá algunas condiciones.
- Genial. Esto es un no se vayan todavía, que aún hay más. .
Agarró a Hypathia de la mano, y comenzáron a subir pesadamente los escalones...
- Deja de mirarlo así. En la vida hay que aceptar cuando se ha perdido, y a éste - dijo señalando a Ivánovich. Sus ojos expulsaban fuego y cenizas. Sentía celos- lo perdiste hace tiempo. Pero veo que has ocupado pronto su lugar.
Hypathia sentía ganas de estrangularla, pero en cambio sonrió, segura de sí misma, y contestó:
- Tengo muchos ases en la manga, y tú, la lengua muy larga. Las hay más zorras que yo.
Sam se adelantó. Estaba viendo cómo se caldeaba el ambiente, y un pellizco de miedo le atoró el estómago.
Decidió tomar la iniciativa:
- A ver. ¿Qué coño hacemos? - Dijo con mala cara, mirando a Cein e Ivánocich- ¿Vais a echa un cable o no? Tengo que quitarme ese alijo de encima como sea. Me están pisando los talones.
- Sí, la paliza de la otra noche lo confirma- reía Ivánovich- Pero no te pongas nervioso, pelele. En una de las habitaciones de arriba, te está esperando Moranis. Es un pez gordo, buena pieza. Él se encargará de distribuir tu mierda, aunque supongo que habrá algunas condiciones.
- Genial. Esto es un no se vayan todavía, que aún hay más. .
Agarró a Hypathia de la mano, y comenzáron a subir pesadamente los escalones...
Silba la calandria y nos sorprende en vela, amuchados, con ganas de seguir.
EDITO: POR DOS MINUTOS MORANIS SE HA ADELANTADO: DIGAMOS QUE LO QUE SIGUE ES UNA TOMA FALSA, QUE FALTABA EN ESTA HISTORIA:
… Mediada la escalera Hipathia se giró y con las mejillas contenidas de ira se dirigió a Cein:
- Tu lo que eres es una lagarta, con lo que yo he hecho por tí, que te conozco desde que eras así -dijo juntando los dedos indice y pulgar muy cerca de sus ojos.
- Lagarta tu –contestó Cein ante la atónita mirada de Ivanovich que, a decir verdad, se había quedado con ganas de gresca entre la Cein y la Hyp.
Al subir las escaleras les esperaba Moranis, un tipo alto, con la cara afilada, muy parecido a Marichalar.
… Mediada la escalera Hipathia se giró y con las mejillas contenidas de ira se dirigió a Cein:
- Tu lo que eres es una lagarta, con lo que yo he hecho por tí, que te conozco desde que eras así -dijo juntando los dedos indice y pulgar muy cerca de sus ojos.
- Lagarta tu –contestó Cein ante la atónita mirada de Ivanovich que, a decir verdad, se había quedado con ganas de gresca entre la Cein y la Hyp.
Al subir las escaleras les esperaba Moranis, un tipo alto, con la cara afilada, muy parecido a Marichalar.
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Ceinwyn
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Los invitó a pasar amablemente a la habitación número 42. Cuando Sam entró, se dió cuenta de que el hecho de que él hubiera conseguido el pase para el Victoria no era algo casual, ni un favor de su antigua amante, Pat, pues ésta se encontraba allí, de pie, cual lámpara, iluminando toda la habitación.
Arwen, a su lado, revisaba las salidas de emergencia en la pantalla del ordenador con cara de satisfacción.
- Todo está en orden, Jefe. - comentó a Moranis dicharachera.
Sam miró a los arrebatadores ojos verdes de Hypathia, y ésta comprendió que por un momento, todas las advertencias que ella le había hecho un rato antes, estaban pasando cual película de terror por su cabeza. Todos estaban juntos.
Sam se sintió derrotado, abatido, imbécil. Nada cuadraba pero todas las piezas del puzzle iban encajando. Le habían tendido una trampa.
Arwen, a su lado, revisaba las salidas de emergencia en la pantalla del ordenador con cara de satisfacción.
- Todo está en orden, Jefe. - comentó a Moranis dicharachera.
Sam miró a los arrebatadores ojos verdes de Hypathia, y ésta comprendió que por un momento, todas las advertencias que ella le había hecho un rato antes, estaban pasando cual película de terror por su cabeza. Todos estaban juntos.
Sam se sintió derrotado, abatido, imbécil. Nada cuadraba pero todas las piezas del puzzle iban encajando. Le habían tendido una trampa.
Silba la calandria y nos sorprende en vela, amuchados, con ganas de seguir.
Sóno el teléfono en la sala contigua. Una chica muy atlética entró en la habitación 42 Sr. Moranis, es para usted. Llaman de Japón, por las piruletas
Al levantarse el Sr. Moranis, Arwen dijo Sr. le hará falta el ordenador.
Está bien, venid conmigo. Le acompañaron Arwen y su hija.
Hacía calor, la calefacción estaba puesta. Sam notó un mareo que atribuyó a la alta temperatura de la sala. Se dio cuenta tarde, al desvanecerse, vio salir un humo verdoso de la rejilla de la calefacción.
Al levantarse el Sr. Moranis, Arwen dijo Sr. le hará falta el ordenador.
Está bien, venid conmigo. Le acompañaron Arwen y su hija.
Hacía calor, la calefacción estaba puesta. Sam notó un mareo que atribuyó a la alta temperatura de la sala. Se dio cuenta tarde, al desvanecerse, vio salir un humo verdoso de la rejilla de la calefacción.
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moranis escribió:Ni siquiera Sam sabía que Moranis y el padre de Pat eran la misma persona. Así que, probablemente, alguna de las cuatro personas que subían las escaleras no volvería a bajarlas, con vida.
| ¡Que bueno, yo también pensaba que Moranis y elpadre de Pat debían ser la misma persona! Se me ocurrió un modo de meter a Andrómeda... Vale, sigo leyendo...  |
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Ivan vió derrumbarse a Sam como una marioneta sin vida y enseguida notó un olor raro.
- "Algo huele a podrido en el estado de Dinamarca..."
- "Tú, Shakespeare y tu estilo hawaiano me pueden, Iván. ¿Cómo es que no nos pasa lo mismo?" - dijo Hyp mirando el cuerpo de Sam sobre la alfombra.
- "En mi caso son tapones, que algo alivian -se extrajo dos algodones de las fosas nasales-, en el tuyo... bah, igual son esos hongos raros de los que te alimentas."
- "Siempre fue una trola."
- "Ya. -Iván no dejaba de vigilarla- A otro perro con ese hueso...".
Pero Hyp no le escuchó. Se quedó inmovil, cerca de una puerta estrecha situada entre las estanterías que forraban la pared este de la habitación.
- "Andrómeda... -susurró-. Moranis tiene aquí a Andrómeda - dijo en voz alta mirando a Ivanovich-, noto sus sensores. Esa androide está en el edificio. ¿¡Es posible que en Harpagón Industries no acabaran con ella, después de su fabricación!?"
- "Algo huele a podrido en el estado de Dinamarca..."
- "Tú, Shakespeare y tu estilo hawaiano me pueden, Iván. ¿Cómo es que no nos pasa lo mismo?" - dijo Hyp mirando el cuerpo de Sam sobre la alfombra.
- "En mi caso son tapones, que algo alivian -se extrajo dos algodones de las fosas nasales-, en el tuyo... bah, igual son esos hongos raros de los que te alimentas."
- "Siempre fue una trola."
- "Ya. -Iván no dejaba de vigilarla- A otro perro con ese hueso...".
Pero Hyp no le escuchó. Se quedó inmovil, cerca de una puerta estrecha situada entre las estanterías que forraban la pared este de la habitación.
- "Andrómeda... -susurró-. Moranis tiene aquí a Andrómeda - dijo en voz alta mirando a Ivanovich-, noto sus sensores. Esa androide está en el edificio. ¿¡Es posible que en Harpagón Industries no acabaran con ella, después de su fabricación!?"
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Al abrir el pasadizo secreto la sorpresa fue mayúscula. Frente a ellos apareció una esbelta muchachita con trenzas:
- Que bueno que me liberasteis chicos, es la neta -dijo con acento de dixie o de pixie-, nesesito unos frijolitos bien echitoos con mis nachos y to' apresurense muchachos, que rebiennnnn que me siento si los tomo, andaleeee andaleeeee and an da le a n d l e grlgarbgrafafdsd.
Creo que debemos recargarla, el acento me sonó raro, poco auténtico -comentó Hyp.
- Que bueno que me liberasteis chicos, es la neta -dijo con acento de dixie o de pixie-, nesesito unos frijolitos bien echitoos con mis nachos y to' apresurense muchachos, que rebiennnnn que me siento si los tomo, andaleeee andaleeeee and an da le a n d l e grlgarbgrafafdsd.
Creo que debemos recargarla, el acento me sonó raro, poco auténtico -comentó Hyp.
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Ceinwyn
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Cein no sabía si ella estaba en la habitación o no, pero como no suele perderse una, se apuntó.
Vio a la androide y le dieron ganas de reir. Debía haberla diseñado Agata Ruiz de la Prada, cuanto menos. Bueno no, la había diseñado Ivánovich y a ella le gustaba Ivy y sus camisas Jawayanas, que la ponían como una moto. Cosas de la vida...
Quizás el androide al fin y al cabo tuviera un paso.
Lo que estaba claro es que allí olía fatal, y que iba a ser jodido pasar a la otra habitación sin que se rompieran los tacones de aguja entre tanto humo.
Vio a la androide y le dieron ganas de reir. Debía haberla diseñado Agata Ruiz de la Prada, cuanto menos. Bueno no, la había diseñado Ivánovich y a ella le gustaba Ivy y sus camisas Jawayanas, que la ponían como una moto. Cosas de la vida...
Quizás el androide al fin y al cabo tuviera un paso.
Lo que estaba claro es que allí olía fatal, y que iba a ser jodido pasar a la otra habitación sin que se rompieran los tacones de aguja entre tanto humo.
Silba la calandria y nos sorprende en vela, amuchados, con ganas de seguir.
(Ceinwyn estaba, pero aprovechando que se habían ido Moranis, Pat y Arwen, y Sam estaba K.O., se había ído a una rinconera donde había un buen surtido de mazapanes, bolitas de anís, peladillas y bebidas alcohólicas en cantidades industriales, y se había puesto un güisqui on the rocks y zampado un par de mazapanes, que le gustaban cosa mala.)
Así que estaba tan "contenta" que así se explica que:
Así que estaba tan "contenta" que así se explica que:
Ceinwyn escribió: Vio a la androide y le dieron ganas de reir. Debía haberla diseñado Agata Ruiz de la Prada, cuanto menos.
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Andromeda
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Mientras tanto, Andrómeda se encontraba algo triste por las circunstancias. Ya había escuchado que la llamaban androide ¡Ese par!! Lo que no se imaginaban es que ella era el auténtico amor de Ivanovich; su verdadera estrella, por sobre cualquier otra mujer.
Para aliviar el mal rato, decidió cocinar unos frijoles charros, ya que por lo visto, en el Club Victoria había espacio para todo, y además las peladillas ya la habían empalagado.
Mientras troceaba cuidadosamente el jitomate, la cebolla, los chiles, el chicharrón, y limpiaba cuidadosamente las legumbres, su mente voló a Catemaco (onde los hongos y las brujas), su lugar de origen, en el cual su abuela le había enseñado a elegir las mejores hierbas para atrapar el corazón de un hombre. Jamás lo haría, prefería mil veces cualquier desengaño al amor forzado. Sin embargo, su ancestral herencia no dejó de imprimirse en el puchero: mientras le daba vueltas rectificando el sazón y consistencia, gruesas lágrimas rodaron sobre sus tersas mejillas, yendo a parar algunas al fondo del humeante y espeso caldo. Poco después, al degustar dicho platillo, los demás se sentirían también desanimados. No se olvide que ese Realismo Mágico había nacido, como ella, al otro lado del mar.
Para aliviar el mal rato, decidió cocinar unos frijoles charros, ya que por lo visto, en el Club Victoria había espacio para todo, y además las peladillas ya la habían empalagado.
Mientras troceaba cuidadosamente el jitomate, la cebolla, los chiles, el chicharrón, y limpiaba cuidadosamente las legumbres, su mente voló a Catemaco (onde los hongos y las brujas), su lugar de origen, en el cual su abuela le había enseñado a elegir las mejores hierbas para atrapar el corazón de un hombre. Jamás lo haría, prefería mil veces cualquier desengaño al amor forzado. Sin embargo, su ancestral herencia no dejó de imprimirse en el puchero: mientras le daba vueltas rectificando el sazón y consistencia, gruesas lágrimas rodaron sobre sus tersas mejillas, yendo a parar algunas al fondo del humeante y espeso caldo. Poco después, al degustar dicho platillo, los demás se sentirían también desanimados. No se olvide que ese Realismo Mágico había nacido, como ella, al otro lado del mar.
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Ceinwyn
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- Ubicación: Donde da la vuelta el aire
A decir verdad, Andrómeda había sido programada por Laura Esquivel(1), y era importante resaltarlo.
A parte de ésto, les comentaré que, a veces, en las vidas de las personas, pasan cosas extrañas, como por ejemplo preparar unos frijoles para cenar en medio de un lugar en el que acaban de echar gases tóxicos, y en el que que la mayoría de los comensales están en serio peligro de muerte.
Pero así son las cosas, señores. La vida es un ciclo, y todo fluye, así es que les contaremos que Andrómeda, la bella y escultural(2) androide programada por Laura Esquivel, preparó un sabroso guiso de frijoles, y organizó una mesa realmente lujosa. Copas, cubiertos, mantel con hilo de oro, centro de florez exóticas, etc.
En el Victoria, no había miseria, señores.
Y esos siete, como podía haber dicho ocho, o seis comensales que en un principio iban a jugar al Black Jack acabaron dando buena cuenta de la estupenda cena.
Por el efecto de las lágrimas de Andrómeda lloraron y se deprimieron en extremo. El espectáculo fue demoledor: algunos, como Hyp o Morrison quisieron acabar con su vida cortándose las venas, otros, como Cein y Bonitas Medias Llevas se dieron martillazos en la espinilla hasta quedar afónicos (
), Ivy cantó a Sam canciones románticas al oido mientras lloraba amargamente (nótese la tortura exquisita a nuestro protagonista, Sam, quien probablemente muera por el efecto demoledor de las entonaciones de nuestro Jawayano... En fin. Eso ya lo veremos).
Lo cierto es que, una vez concluida la cena....
(1) Léase Como agua para chocolate.
(2) Hago notar la espectacular belleza de todas y cada una de las protagonistas femeninas de nuestro cuento, resaltando por encima de todas las demás la de la Doctora Ceinwyn, incluso habiendo sufrido los zafios intentos de Hyp por convertirla en una vaca burra a base de comer esos dulces que se fabrican sólo en la peor época del año.
A parte de ésto, les comentaré que, a veces, en las vidas de las personas, pasan cosas extrañas, como por ejemplo preparar unos frijoles para cenar en medio de un lugar en el que acaban de echar gases tóxicos, y en el que que la mayoría de los comensales están en serio peligro de muerte.
Pero así son las cosas, señores. La vida es un ciclo, y todo fluye, así es que les contaremos que Andrómeda, la bella y escultural(2) androide programada por Laura Esquivel, preparó un sabroso guiso de frijoles, y organizó una mesa realmente lujosa. Copas, cubiertos, mantel con hilo de oro, centro de florez exóticas, etc.
En el Victoria, no había miseria, señores.
Y esos siete, como podía haber dicho ocho, o seis comensales que en un principio iban a jugar al Black Jack acabaron dando buena cuenta de la estupenda cena.
Por el efecto de las lágrimas de Andrómeda lloraron y se deprimieron en extremo. El espectáculo fue demoledor: algunos, como Hyp o Morrison quisieron acabar con su vida cortándose las venas, otros, como Cein y Bonitas Medias Llevas se dieron martillazos en la espinilla hasta quedar afónicos (
), Ivy cantó a Sam canciones románticas al oido mientras lloraba amargamente (nótese la tortura exquisita a nuestro protagonista, Sam, quien probablemente muera por el efecto demoledor de las entonaciones de nuestro Jawayano... En fin. Eso ya lo veremos).Lo cierto es que, una vez concluida la cena....
(1) Léase Como agua para chocolate.
(2) Hago notar la espectacular belleza de todas y cada una de las protagonistas femeninas de nuestro cuento, resaltando por encima de todas las demás la de la Doctora Ceinwyn, incluso habiendo sufrido los zafios intentos de Hyp por convertirla en una vaca burra a base de comer esos dulces que se fabrican sólo en la peor época del año.
Silba la calandria y nos sorprende en vela, amuchados, con ganas de seguir.