CV7 - Nuevos mundos, nuevos heraldos - Sinkim (2º)

[kassiopea]

Nuevos mundos, nuevos heraldos



¡Por fin! Después de años de persecuciones, el último bastión rebelde había caído. Detrás su casco negro, Darth Vader sonreía mientras las llamas de las explosiones se reflejaban en su armadura.

Había sido necesario masacrar a los miles de habitantes del pueblo para asegurarse la completa extinción de la Resistencia y sus cabecillas. Ahora ya nada interferiría en el camino del Imperio. El orden se impondría en todas las galaxias y los soldados imperiales se asegurarían de que la paz fuera respetada en todos los planetas. Siempre había tenido muy claro que, a veces, miles de personas tienen que morir para que millones puedan vivir.

De pie, en medio de la devastación, Vader rememoraba los últimos años. La facilidad con la que había descubierto todos los refugios de la Resistencia y lo rápido que los había limpiado de la escoria rebelde. Todo comenzó cuando, tras luchar contra su hijo Luke, presenció hierático como el Emperador lo asesinaba con sus rayos de la Fuerza. Tenía que reconocer que, por un momento, había dudado y le había faltado poco para acudir en su ayuda y enfrentarse a Darth Sidious, pero su entrenamiento Sith se impuso y recordó que Anakin Skywalker llevaba años muerto. Él era Darth Vader.

Inmediatamente después, el Emperador ordenó que se activara el generador que había mandado construir en secreto en el otro extremo de Endor. Era su plan de reserva en previsión de que algo fallara en la trampa que había preparado y los rebeldes destruyeran el generador principal. Con el escudo de la Estrella de la Muerte completamente operativo de nuevo fue solo cuestión de minutos derribar todas las naves de la Resistencia y diezmar sus fuerzas y su moral. Acto seguido, varias decenas de lanzaderas fueron enviadas a Endor para ejecutar a los pocos rebeldes que quedaban con vida y exterminar a esos osos de peluche tan molestos.

Vader reía mientras recordaba como los ewoks saltaban por los aires con los disparos de las naves imperiales y, de repente, un relámpago de dolor le atravesó la cabeza dejándolo casi inconsciente. Aún estaba de rodillas recuperándose del impacto cuando recibió una transmisión del Emperador:

—¿Lord Vader, lo ha notado? Una perturbación en la Fuerza de una magnitud como nunca había sentido antes. Ni siquiera cuando destruimos Alderaan y acabamos con sus dos mil millones de habitantes se produjo una onda de tal intensidad. He localizado las coordenadas del origen del fenómeno y me dirijo con la Estrella de la Muerte hacia allí. Te las acabo de enviar, ven lo antes posible.

Media hora más tarde, tras dejar a los soldados imperiales acabando la limpieza de la zona, la lanzadera de Vader salía del hiperespacio para encontrar algo que nunca hubiera podido imaginar.

Ante él se encontraba la Estrella de la Muerte a punto de disparar su hiperláser con el que se podían destruir planetas, pero eso era algo a lo que ya estaba acostumbrado. Lo sorprendente es el objeto contra el que iba a disparar. La estrella de la Muerte se podía considerar casi una pequeña luna por sus novecientos kilómetros de diámetro, sin embargo, su tamaño palidecía al lado de la otra nave que dominaba el firmamento. Con forma de cinta de Moebius empequeñecía a los planetas cercanos, nunca se había visto nada de ese tamaño en el universo. Es imposible que semejante nave fuera de la Resistencia. Ninguna raza conocida habría podido construir algo así y menos aún sin que se enterara el resto de la galaxia. Su poder tenía que ser casi ilimitado. Ni la Estrella de la Muerte tendría posibilidades contra ella… La Estrella de la Muerte… Iba a disparar, ¿por qué? No puede ser que el Emperador se haya dejado dominar por el miedo y haya actuado sin pensar…

Los pensamientos de Vader volaban a toda velocidad y mientras lo hacían el hiperláser disparó. El rayo, verde y mortal, cruzó el espacio e impactó de lleno sobre su objetivo, y, para su sorpresa, no ocurrió nada. El rayo, simplemente, fue absorbido por la nave. Un par de segundos después, cuando aún se estaba preguntando qué había sucedido, el rayo verde volvió a salir por el mismo punto por el que había desaparecido y regresó a su lugar de origen.

La explosión fue impresionante, y durante un segundo la negrura del espacio se iluminó como si hubiera surgido un nuevo sol. Cuando recuperó la visión Vader comprobó que, donde un minuto antes se encontraba la mayor arma del Imperio, ahora solo quedaban pequeños trozos de metal flotando en el vacío infinito.

Todavía impresionado por el poder destructor de la ciclópea estructura tardó un momento en darse cuenta de que se estaba moviendo. Había sido atrapado por un rayo tractor y por mucho que lo intentó los motores no tenían la potencia necesaria para escapar. Parece que iba a conocer a los nuevos vecinos antes de lo que hubiera deseado.

A medida que se acercaba pudo comprobar la inmensidad y el tamaño inhumano del navío. El rayo tractor cada vez le aceleraba con más fuerza, y cuando ya pensaba que su destino iba a ser estrellarse contra las paredes, una sección de la nave empezó a deslizarse. Dos Estrellas de la Muerte podrían entrar juntas por la compuerta que se había abierto para dejarle pasar.

Una vez dentro su velocidad fue en aumento, cosa que agradeció porque las distancias que estaba recorriendo se escapaban de toda lógica. Sus ojos no podían creer todo lo que estaba contemplando y mucho menos reconocer la mayoría de ello. Al rato se dio cuenta de que, aunque había visto una ingente cantidad de robots, no se había cruzado con ningún ser viviente o, por lo menos, que él pudiera reconocer como tal. Empezaba a preguntarse si acaso no sería la propia nave un ser vivo y los robots los encargados de su mantenimiento y cuidado.

Tras varias horas de viaje su vehículo empezó a frenar hasta detenerse en un espacio tan inmenso que varios destructores imperiales podrían aparcarse dentro y aún sobraría espacio. De todas formas, no fue el tamaño de la maquinaria e instrumentos que ocupaban gran parte de la habitación lo que le impactó sino el hecho de encontrar, por fin, al capitán de la nave.

Vader salió de su lanzadera y alzó la mirada ante el gigante de doce metros de altura que recorría la habitación de un lado a otro. Manipulaba lo que parecían los paneles y controles de la cabina de mando e ignoraba completamente a su invitado.

El extraño ser vestía una armadura azul y morada junto con un yelmo morado con dos cuernos que hacía su presencia aún más imponente y majestuosa.

Desairado ante su indiferencia y dejándose llevar por el miedo y la ira desenfundó su sable laser y atacó al coloso. Para su infinito asombro el sable rebotó en la armadura del pie dejando únicamente una ligera marca de polvo que se limpió al instante. Frustrado hizo uso de toda su furia y del poder de la Fuerza para intentar desplazarlo, sin conseguir moverlo ni un milímetro.

Extenuado, el Sith cayó de rodillas impotente ante semejante poder. Por fin el extraño ser terminó lo que estaba haciendo y le miró.

Vader empezó a flotar hasta llegar a la altura de los ojos dorados, sin pupilas, que lo observaban sin emoción. Cuando habló su voz llenó la estancia.

—Yo soy Galactus, el devorador de mundos, una de las fuerzas primordiales de la creación. He leído en tu mente que no sabes quién soy, lo que confirma lo que ya sospechaba. Éste no es mi universo. Hace varios ciclos, navegando por el espacio me topé con una brecha en el tejido del espacio-tiempo, mi curiosidad científica pudo con mi sensatez y la crucé con mi nave, Taa II. Me ha costado un poco analizar el espacio cercano y compararlo con el mapa estelar para confirmar que ninguna estrella está donde debería. Y el análisis de la tecnología de la nave esférica que me atacó solo confirmó lo que ya había imaginado. Por cierto, lamento su destrucción, he visto en tu mente que la considerabas tu hogar. Desafortunadamente, Taa II estaba en modo automático y se defendió antes de que me diera cuenta de que estábamos siendo atacados con armas tan primitivas.

Para compensarte tengo una propuesta que hacerte. Yo soy la fuerza equilibradora del universo, mi deber, mi destino, es alimentarme y para eso necesito planetas. Extraigo su energía vital y me alimento de ella, soy la punta de la pirámide alimenticia. Cuanta más vida tenga el planeta más me saciará y más tiempo podré resistir hasta el siguiente. Hace tiempo descubrí que es un gasto inútil de energía desplazarme buscando planetas que me alimenten así que empecé a nombrar heraldos, sirvientes que poseen parte de mi poder y que buscan planetas para que pueda devorarlos. A su elección queda qué tipo de planetas me ofrecen y por ende el tiempo que van a tener para ellos entre una búsqueda y la siguiente. Una cosa que todo heraldo tiene que tener claro es que mi hambre no puede ser negada, la única vez que sucedió el ansia fue tan brutal que devoré dos galaxias enteras para saciarla.

—¿Me estás ofreciendo que trabaje de mensajero para ti? —preguntó Vader con la ira a duras penas contenida.

—No, te estoy brindando el poder de un dios, he visto lo que este universo puede ofrecer y te aseguro que serás infinitamente superior a cualquier otro ser viviente que te puedas encontrar. Descubrirás que eso que llamas la Fuerza palidece frente al auténtico poder.

La duda se instaló en la mente del Sith, había sido testigo de una parte ínfima de lo que Galactus era capaz de hacer y, aun así, era muchísimo más de lo que había imaginado nunca. Antes de que el miedo dictara sus acciones decidió aceptar.

—Buena elección, heraldo —Galactus había vuelto a leer sus pensamientos y con su hierática voz selló su destino.

Las manos de Galactus envolvieron el cuerpo de Vader y éste pudo sentir como la energía radiaba su cuerpo, lo atravesaba, lo cambiaba y lo llenaba de una potencia nunca vista que quemaba su viejo yo y hacía renacer algo nuevo.

Cuando todo acabó seguía flotando, pero sus nuevos sentidos le decían que ya no era Galactus el que le hacía levitar, sino que lo hacía por su propio deseo. El poder cósmico corría por sus venas, sus sentidos se habían amplificado a unos niveles que no creía posible. Veía el baile de los átomos ante sí, podía tocarlos y moverlos a voluntad, de la nada creo agua, hierro, fuego, solo con desearlo el conocimiento llegaba y con él la posibilidad de hacerlo. Galactus tenía razón al decir que iba a ser un dios, no había nada que no se sintiera capaz de hacer. Comprobó su conexión con la Fuerza y descubrió que la Fuerza de toda la galaxia estaba a su disposición, la transformación había aumentado su poder a un nivel casi infinito.

Volvió sus sentidos hacía sí mismo y se asombró al ver que su cuerpo estaba completamente regenerado y que Galactus había fusionado su armadura negra con su cuerpo convirtiéndola en una segunda piel, una piel inmune al frío, al fuego, la radiación… Una piel impenetrable e indestructible pero que a la vez podía volverse tan sensible como para notar cada uno de los fotones que la golpeaba. Su metabolismo también había evolucionado, el oxígeno y la comida ya no eran algo necesario, la radiación cósmica que desprendían las estrellas era suficiente para recargarle.

El sable de luz descansaba todavía sobre su cadera, pero, incluso sin activarlo, ya sabía que llamarlo sable de luz era un insulto a aquello en lo que se había convertido. Decir que podía cortarlo todo no empezaba ni a definir de lo que era capaz. Algo que iba a tener que investigar a fondo en cuando tuviera una oportunidad.

Extendió la mano y un rayo de pura energía cósmica brotó de su palma y atravesó la pared de la habitación y, por lo que pudo ver, las paredes de las siguientes veintitrés salas antes de perderse en el espacio.

—Por favor, heraldo, si quieres probar el alcance de tus poderes tienes todo un planeta ahí abajo para hacerlo, además te vendrá bien para que observes cómo me alimento pues he decidido que es lo suficientemente nutritivo para satisfacerme.

Vader contempló el planeta por el ventanal gigante que ocupaba uno de los laterales de la cabina de mando. Y se volvió a sorprender ante la trascendencia de los cambios que había sufrido, aun a esa distancia podía ver a los habitantes del planeta, eran una raza casi sin evolucionar. La mayoría todavía vivían en cavernas y si alguna vez miraban al cielo era con el temor de que alguno de los dos soles no volviera a aparecer.

Lo más asombroso es que su cerebro sabía exactamente la composición química del planeta, así como el valor nutricional que tendría para Galactus una vez extraída toda su energía vital, suficiente como para durarle casi un año. Es decir, en cuanto le encontrara el siguiente planeta tendría casi un año para ir a dónde quisiera, probar el verdadero alcance de su poder y hacer lo que se le antojara. Empezaba a gustarle la idea de ser su heraldo.

Atravesó el ventanal sin romperlo, había visto como la Taa II regeneraba todas las paredes instantes después de que él las hubiera agujereado. Nunca es inteligente hacer enfadar innecesariamente a una nave capaz de destruir la Estrella de la Muerte casi sin pretenderlo.

Una vez sobre la superficie del planeta experimentó un poco con sus nuevos poderes destruyendo en segundos varias montañas con sus rayos de energía y volviéndolas a reconstruir hasta el último grano de polvo con el poder cósmico.

Sus sentidos le avisaron del descenso sobre el planeta de una serie de pilares que fueron repartiéndose de forma equidistante por la superficie del mismo. Acto seguido, Galactus descendió. Si en la nave le había parecido gigante ahora era inconmensurable, solo sus nuevos sentidos pudieron confirmarle que medía 20´736 km. Tenía que ser visible desde todos los puntos de ese hemisferio y, aún sin saberlo, los nativos que lo vieran comprenderían que el fin de su mundo había llegado. Extendió sus brazos que cubrieron todo el firmamento y la energía del planeta fue canalizada a través de los pilares hacía sus manos.

Vader se elevó para comprobar el efecto que causaba y no se sorprendió al descubrir que, poco a poco, el planeta se iba secando hasta quedar convertido en una esfera yerma y completamente muerta de la que jamás volvería a brotar una semilla de vida.
Sin mirar atrás Vader, que llegaría a ser conocido como «el heraldo oscuro», partió a la búsqueda del siguiente planeta para alimentar el hambre insaciable de Galactus. Recordando que a veces millones tienen que morir para que billones puedan vivir.

[Gavalia]

Vaya peliculón te has montado con el trasfondo galáctico de Lucas. Un Vader, ya de por si malísimo, se convierte en algo peor todavía, que dios nos pille confesados.
Me suena el personaje de Galactus, supongo que lo habrás sacado de alguna otra película o historia de ficción conocida de todos los aficionados al cifi; vengadores, guardianes, etc...
Creo que lo has mezclado todo bien aunque quizá te havquedado algo forzado porque estos personajes son de madres y padres muy distintos. Cuesta olvidar el final real de Vader, pero por qué no. Total es un fantics.
Buena suerte.

[raumat]

Yo, de mayor, quiero ser como el gigante Galactus.
Imponente, majestuoso, invencible, devorador de mundos.
Un relato muy bien escrito, entretenido y rebosante de acción. Me ha gustado.
Gracias al autor por compartirlo y suerte en el concurso.

[Jarg]

Debo confesar que cuando he empezado a leerlo he pensado "Oh, no, otro fanfic de Star Wars", pero me ha sorprendido muy agradablemente.

Para empezar, está bien escrito, nada que añadir a eso. Además, me gusta el punto de vista que se plantea de Vader. No es tanto el de un villano malísimo como el de un político en una guerra que está convencido de hacer lo mejor "para la mayoría". Además, la ucronía que planteas respecto a la historia original es muy interesante.

De Galactus sé poco, quitando lo de que es del universo Marvel, pero lo integras bien en este relato. Lo curioso es que, ahora que Marvel y Star Wars son propiedad de Disney, igual algún ejecutivo de la compañía decide hacer una peli con tu idea

¡Buena suerte!

[Ginebra]

Se nota una imaginación activa y una prosa excelente. Creo estar ante uno de los grandes del foro No soy muy fan de Star Wars, pero aún así tu relato me ha gustado mucho. Está muy bien escrito y mantiene el interés hasta el final. Suerte

[Sinkim]

Me ha encantado la idea de este relato, por fin Galactus tiene un heraldo digno de su nivel y no los típicos buenazos como Estela plateada Me parece que está bien escrito y que has conseguido describir a los personajes lo suficiente para que sus motivaciones sean entendibles incluso para aquellos que no les conocen

[Megan]

Autor/a, no podía faltar Star Wars, sino me muero
Como no sé nada acerca de esos antihéroes cósmicos, voy a suponer que existió alguna serie con el tal Galactus y que te habrá cautivado de niño. Anexarlo para el protagónico ante el mismísimo Darth Vader es genial, me gusta como empieza, aunque me duela la muerte de los adorables ewoks. Muy bueno que la estrella de la muerte haya sido destruída, pero claro, el precio es carísimo para el que fuera Anakin, tendrá que ser sirviente de el tal "malvado" de doce metros que come nada más ni nada menos que: planetas. Vaya historia que nos contás, pero creo que lo más grave del tema es que Vader ahora tenga más poderes aún, dependiendo de su jefe, pero igual es muy peligroso.
Me gustó mucho el tema, muy bien narrado y, como te dije, esto de los temas espaciales no es lo mío, pero elegiste la única saga del espacio que no me perdí y me encantó, entonces debo decirte que tu relato está muy bueno.

Suerte y gracias por compartirlo

[pmarsan]

La verdad es que el universo Star Wars me pilla una pizca lejos, pero hasta Darth Vader llego. Terrible la idea del devorador de planetas. Vaya imaginación tienes. Bien escrito para mi gusto. Por poner un pero mínimo, el emperador le habla a Darth Vader de tú y de usted en el mismo párrafo. ¡Mucha suerte!

[Iliria]

Una historia interesante y bien escrita que nos acerca Star Wars a los mas reacios. El personaje de Galactus me gusta, es un puntazo muy acertado. Y que decir de Darth Wader...

Gracias y suerte

[kassiopea]

Nunca había oído hablar de este personaje de Marvel, pero tras leer tu relato me parece que Galactus y Darth Vader son tal para cual Al devorador de mundos no le importa aniquilar planetas para saciar su hambre infinita, del mismo modo que a su nuevo heraldo solo le importa ser poderoso. Y, gracias a Galactus, el Sith termina convertido en un dios

Si lo he entendido bien, en el relato presentas un futuro alternativo para Darth Vader. Todo cambia en el momento en el que el Emperador asesina a Luke Skywalker y Vader, su padre, no mueve un dedo para impedirlo, con lo que el futuro no es el mismo que se muestra en las películas. Creo que has tenido una idea muy interesante y ha sido un gran acierto introducir el personaje de Galactus.

Me he quedado con la boca abierta cuando esa nave gigantesca, Taa II, destruye la Estrella de la Muerte en un santiamén, ¡y a causa de una respuesta automática! Vamos, que casi lo hace sin querer Todas las descripciones de la nave me han encantado, son muy imaginativas, se nota que te lo has pasado muy bien mientras escribías y has dado rienda suelta a la creatividad. Lo de que la nave se regenere es un puntazo.

Detrás su casco negro, Darth Vader sonreía mientras las llamas de las explosiones se reflejaban en su armadura.

Aquí pondría: "Tras su casco negro..."


Espero que tengas mucha suerte en las votaciones

[Megan]

¡Muchas felicidades dragoncito, merecido premio!
Te di puntitos con mucho gusto, me encantó tu relato

[Iliria]

Felicidades, Sinkim
Un buen relato que ha quedado en un buen lugar. Un placer haber participado contigo

[Jarg]

Enhorabuena, Sinkim. Fuiste mi primera opción en los votos. Como ya dije en mi comentario, me encantó la ucronía respecto al final del Retorno del Jedi y el modo en el que describes las sensaciones de Vader al adquirir nuevo poder. No podías no quedar entre los tres primeros

[Sinkim]

¡Muchas gracias por vuestros comentarios tan entusiastas y por tantos votos!

No me esperaba que gustara tanto teniendo en cuenta que la gran mayoria de la gente no conoce a Galactus



Clic para ver en grande

La idea para el relato empieza con una antigua serie de tebeos llamada "What if" en la que durante cada tebeo se exploraban distintas realidades alternativas en las que algo había cambiado respecto a lo que sucedía en el tebeo original








A raiz de esta serie de tebeos la gente se dedicó a crear portadas falsas de historias que le hubiera gustado leer, y una de esas portadas fue ésta:




En cuando la vi me enamoré de la historia y de las posibilidades que traía consigo

Como curiosidad, Vader es un personaje que ha dado mucho juego en eso de las portadas falsas, se nota que es un personaje que ha calado muy hondo entre los aficionados a los comics y la CiFi












Kass, es gracioso eso que comentas de "Tras, detras" porque al principio había puesto "tras" pero lo cambié porque había varios "tras" más en el relato y alguno estaba muy seguido

[Gavalia]

Enhorabuena Sin. Qué imaginación la tuya. Tal que en la película, oiga.