Querido autor/a,
Al principio me ha ocurrido un poco como a Raúl: se me hace cuesta arriba leer cosas sobre Ucrania, no porque me haya insensibilizado ya a algo tan trágico, sino por el hartazgo de hipocresías, postureos e informaciones sesgadas con las que nos bombardean en medios de comunicación y redes sociales un minuto sí y otro también. La realidad, sin embargo, es que el relato ha conseguido interesarme. La narración tiene ritmo, avanza sin trompicones y nos lleva, como dice jarg, a la reflexión. Todo hasta aquí son puntos a favor. Me atrevo a decir que empatizo más con la causa ucraniana a través de un relato como el tuyo que con mil noticias en el telediario.
También tengo la impresión de que falta un poco de conflicto interior en los personajes. Está claro que no quieren ir a la guerra, solo faltaba, pero desde el primer párrafo tengo la sensación de que ya sé cómo va a acabar todo, porque, dentro del sacrificio que supone, parece que todos van a favor de obra. Algún giro inesperado le habría venido bien: no sé, algo del tipo de un hijo adolescente que tiene una novia italiana y que no quiere ir a la guerra porque cree que en Ucrania no se le ha perdido nada (ahora que lo pienso, incluso se podría contar todo el relato desde su perspectiva). Como lector, un nudo de esas características me habría suscitado más interés, más ganas de saber qué pasaba al final, más curiosidad por ver como tú, autor, salías de ese enredo de una manera sorprendente.
Pero bueno, son cosas de uno. Muchas gracias por compartirlo y suerte en el concurso.
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