CV10 - Teoría y práctica del juego - Snorry

Relatos que optan al premio popular del concurso.

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kassiopea
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CV10 - Teoría y práctica del juego - Snorry

Mensaje por kassiopea »

TEORÍA Y PRÁCTICA DEL JUEGO



Es una tarde cualquiera, de un día anónimo. La película de la ciudad se proyecta ante ti de forma nítida, sin matices sepia como en otras ocasiones. El sabor reposado y tibio de la tarde te recuerda a un vaso de agua directa del grifo. Hay un manto de serenidad sobre todas las cosas. Pero la calma es el preludio de la tormenta, piensas, en una línea de razonamiento sazonada en la modorra, mientras te rascas la coronilla por puro placer. Y ese mismo cliché es el que te ha puesto parcialmente en alerta, pues bien conoces la sutil estrategia de la anticipación. ¿Y si esta vez…?

Es la hora en que los colegios abren sus puertas y hordas de niños sanguinarios abordan las aceras a caballo del desbarajuste, como puedes observar a través de las ventanas del autobús. Viajas en el 53, asido con apática firmeza a la abrazadera. Ha pasado un tiempo considerable desde la última vez, es cierto, y deseas en balde, de nuevo, que esta flor de pensamiento no se abra en la forma de un vaticinio. Maldito fario.

Pero con abotargado desconcierto te das cuenta de que el taumaturgo ha obrado un nuevo prodigio. Los cubiletes han sido una vez más permutados. Eres tú, pues, una vez más, la bola roja, el jugador y la apuesta. Todos pierden, todos ganan, el colmillo venerable reverbera como un relámpago, una carcajada de luz hiela tu nervio óptico y el dolor te petrifica. Y aunque estás más que prevenido, ya que eres un jugador veterano, nunca deja de causarte una profunda angustia.

Y entonces te fijas en el hombre que baja del autobús justo delante de ti. Un tipo sin particularidades destacables, sin sombras en el rostro que delaten congoja. Es, por tanto, el rostro de póker de un jugador experimentado. Tienes el convencimiento de que entregarlo al tráfico criminal de la avenida de un seco empujón no serviría de nada, puesto que todo está vencido de manera inexorable. Y, en efecto, seguirlo con pasos mudos es una innecesaria maniobra; pero, imantado, no puedes reorientar tu rumbo. Y lo ves detenerse en el soportal del bloque de viviendas número 10 de la calle A*, que no es otro que el bloque de viviendas donde vives. El hombre saca un manojo de llaves que conservan todavía el calor de tu bolsillo, las agita para seleccionar la dorada pequeña, que es la que abre la puerta acristalada que da paso al inmueble. Gira el tambor de la rifa, crujen los viejos fundamentos. El colmillo del tahúr destella en los semáforos, en los faros de los coches. Hagan sus apuestas, amigos.

Cruzas a la acera de enfrente, te apoyas en el buzón de Correos y aguardas en la luz irreal del atardecer. Haces visera con la mano y miras hacia el balcón por el que asoma una acacia un tanto mustia. Entonces, el hombre que has visto bajar del autobús sale al balcón y se inclina sobre una mancha imprecisa y móvil que no es otra cosa que tu perro, quien al principio ladra y retrocede, pero luego accede sin ambages a la nueva sintonía, y entonces lame tu rostro con fruición, el rostro del otro que ahora ocupa tu lugar. Aparece en escena también una mujer con una bata dorada y acaricia el pelo del hombre, ese pelo entrecano que una vez fue el tuyo. Se besan.

Pero el juego sigue.

Y normalmente deambulas por la calle, cabizbajo en primer instante y pateando una lata vacía, estoico más tarde, puede que el pajarillo de la esperanza se pose más tarde sobre tu caído hombro, pues todo tránsito es un retoñar. Aunque esta noche que comienza no quieres, no puedes ser dócil, te rebelas, pataleas estúpidamente, alzas el puño contra la moribunda luz, blasfemas a viva voz.

Desvías tu recorrido, tensando el lazo invisible del destino. Entras en un bar. Fácilmente distingues tu aura iridiscente en el espejo, tras la barra, entre las botellas de licor. Pides un whisky con hielo, solo un par de hielos, por favor, en un vaso amplio y chato, que haces oscilar centrifugando el licor ámbar con un tic de falso sumiller. El viejo boxeador con la nariz demolida quiere amistarse. La fraternidad entre borrachos es la más sincera y fortuita. Pero tú aún estás sobrio. Bebes a grandes tragos que queman tu garganta, poco acostumbrada al fuego espirituoso. El boxeador te habla de los robellones, de los níscalos, ¿es que no son lo mismo?, le dices, y él diserta sobre ese asunto rociándote con el metanol de su aliento. Ves en la cólera festiva de sus ojos que no es un jugador, al menos no uno antiguo, tampoco su aura lo delata. Imaginas al titán desbrozando la espesura del bosque con sus manos imposibles, en busca de su fúngico botín. Un hombre manco, bañado en anís, cuenta un chiste sobre su amputación. Todos reís sabiendo que es una verdad tan ridícula como cruel.

Pero cuando estás orinando en el sórdido wáter, concentrado en que el chorro acierte en la cuenca del inodoro, vuelves a notar de sopetón que el taumaturgo agita los cubiletes una vez más, que tú eres la bola, roja o del color que sea, el jugador y la apuesta. Y el colmillo venerable reverbera como un relámpago, una carcajada de luz hiela tu nervio óptico y el dolor te petrifica. Y al regresar a la barra del bar ves al hombre de las gafas de pasta, de rosto de cera, de jugador antiguo, que está apurando tu whisky, ahora suyo, el borde del vaso aún tibio de tus propios labios. Porque no se engaña al taumaturgo, no se evita el juego. Dispones de un tique no canjeable para el pasaje del azar.

Pero esta noche eres un insensato como hacía tiempo que no lo eras, y huyes del bar, y corres por las calles oscuras. Los neones son risas, murmullos de histeria. Cruzas la calle con el semáforo en rojo para los peatones, con los ojos cerrados, buscando en vano una resolución algebraica imposible.

Te detienes sobre el puente que se eleva sobre las vías de tren. La vieja catedral es tan hermosa que casi te hace recordar la sensación lenitiva del llanto. La cruz de hierro que domina la construcción, en la cúspide, está algo vencida, produce en ti un furor de entereza. Lo que ni la tormenta doblega, lo que ni el huracán desgaja, eso debe ser definitivamente el espíritu. Pero un viento raro quiere difuminarte como si estuvieras hecho de arena, abortar tu proyecto. Entonces, trágicamente decidido, te encaramas al balaustre de piedra, porque ves avanzar el ojo del tren sobre el que vas a arrojarte en el momento preciso.

Arqueas las temblorosas piernas, abres los brazos de hito en hito como un pájaro herido, y en el vigor estático de esta actividad te apercibes de que una carcajada de luz hiela tu nervio óptico y el dolor te petrifica. Te giras y ves al hombre del maletín y la perilla colorada a tu lado, sobre el pretil. Lo ves caer como un trapo grande bajo los sólidos engranajes del tren, su aura iridiscente ha dejado un bello rastro estroboscópico, de libélula.

No se puede engañar al taumaturgo. No se puede evitar el juego. No se puede postergar el vaivén de los cubiletes. Y normalmente deambulas por la calle, cabizbajo en un primer instante, estoico más tarde, puede que el pajarillo de la esperanza se pose luego sobre tu caído hombro, pues todo tránsito es un retoñar, y tus pasos imantados te llevan a un soportal, en el número 25 de no sabes bien siquiera qué calle, no aún. Y haces girar la llave gorda y levemente oxidada…

Entras en una casa ajena, que ahora es tu hogar. Un olor acre te resulta molesto, pero al mismo tiempo te parece acogedor. Al fondo del pasillo hay luz. Una mujer de gesto blando y bondadoso viene a tu encuentro con expresión preocupada, ¿dónde has estado?, te dice, que ya la tenías preocupada. Sus ojos son enormes, luminosos y dulces. En una postura un tanto ridícula, dejas caer tu cabeza sobre su pecho mullido, que rezuma una fragancia a jabón artesanal. De reojo ves el cuarto de los niños. Una mano cálida te recorre la espalda, te reconforta.
De tus decisiones dependerá tu destino.


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Gavalia
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Re: CV10 - Teoría y práctica del juego

Mensaje por Gavalia »

Tercera vez que lo leo y sin novedad en el frente, :hombros: .
Quizá en una próxima relectura le coja el hilo. He estado a puntito, palabrita del niño Jesús... 8)
Hasta entonces. Saludos.
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--- No entiendo... tan sólo me estoy cagando.
--- Corre raudo, pues...
--- ¡Por los dioses! ¡¡¡Necesito un diccionario!!!
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Jarg
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Re: CV10 - Teoría y práctica del juego

Mensaje por Jarg »

A nivel de estilo es un relato muy sugerente, un relato de emociones. Se nota que su autor/a ha colocado cada palabra con mimo y cuidado. La narración da pinceladas y el resultado es un cuadro con muchos matices. Lo único es que no consigo encajar las piezas que lo componen, al igual que la presencia y acciones del taumaturgo. Pero eso será cosa mía, así que lo releeré para ver si lo pillo. Gracias por compartirlo y buena suerte ;)
Yo amo a la humanidad. Es la gente lo que no soporto.
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Isma
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Re: CV10 - Teoría y práctica del juego

Mensaje por Isma »

Humm. Yo lo interpreto a través del ambiente. Se narra la historia de un ser hastiado, angustiado tal vez, que imagina, en lo que él llama flores de pensamiento, vidas alternativas. Mientras el yo habitual sube a su casa y da otra vuelta a la ruleta de la rutina, el yo alternativo se queda en un bar donde se empapa de alcohol e historias absurdas para luego poner fin a su vida en las vías del tren. Hasta que los dados vuelvan a girar y su mente (supongo que el taumaturgo) imagine una nueva fuga potencial, un escape a una existencia de la que parece estar cansado.

Es divertido pero encuentro algo que lo lastra. Creo que abusas un poco de los peros y las yuxtaposiciones. El ritmo se convierte en monótono. Pero... y entonces... Pero... y entonces... No funciona bien. Los peros niegan en la cabeza del lector lo anterior: véase la primera frase de este párrafo.

Por el lado positivo, me gusta que te dirijas al lector en segunda persona. Es difícil. Creo que viene bien aquí. Así también queda en evidencia que el protagonista se desdobla. El lector se convierte en el Otro.

pd. Editorial: "de rosto de cera"
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isuhefu
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Re: CV10 - Teoría y práctica del juego

Mensaje por isuhefu »

Este es el primer relato que he leído y la sensación casi inmediata es que el autor/a es veterano escribiendo. No lo por la posible edad, claro :D por la experiencia que transmite. Algo parecido a lo que demostró Rulfo en sus menos de 300 páginas de literatura que escribió en total (@Isma, ¿así? :wink: )

He tenido que releerlo, eso sí. Lo que no acabo de entender es el motivo de que el protagonista se vea a sí mismo en ese otro que sale al balcón y tal. Seguro que el autor/a nos lo explicará. Podría ser todo una alucinación porque resulta obvio que está perturbado mentalmente.

Un texto muy depurado y cuidado. Quizás me resulta algo cargante tanto adjetivo y palabra rebuscada, pero es algo subjetivo. Su nivel es muy alto.

Siendo el primero pensaba que todos los relatos serían así, muy excelsos, por decirlo algún modo.

Suerte al autor/a y gracias por compartir tu saber hacer.
Una tarde, Kafka me visitó y atravesó impensadamente una pieza donde estaba recostado mi padre. Este se despertó y Kafka murmuró al pasar:
— Le ruego, considéreme un sueño.

Max Brod.
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Isma
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Re: CV10 - Teoría y práctica del juego

Mensaje por Isma »

isuhefu escribió: 18 Jul 2023 13:31 Este es el primer relato que he leído y la sensación casi inmediata es que el autor/a es veterano escribiendo. No lo por la posible edad, claro :D por la experiencia que transmite. Algo parecido a lo que demostró Rulfo en sus menos de 300 páginas de literatura que escribió en total (@Isma, ¿así? :wink: )
Jajaja :lol:. Perfecto, perfecto. Prosiga :mrgreen:.
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Re: CV10 - Teoría y práctica del juego

Mensaje por Snorry »

Muy de acuerdo con los comentarios de los compañeros. Supongo que la voz en segunda persona obedece a un acercamiento a como podría sonar en runrún en una cabeza de alguien con una enfermedad mental. Hay dos problemas en ello, uno es la dificultad para que el texto sea cadencioso y elegante, además de la pifia a la que apunta acertadamente Isma; el otro es que la misma forma lo aleja de una posible vertiente fantástica: en este caso el tono da lugar al contenido. Estaría bien poder creerse más que el sujeto tiene una condena sobrenatural y de tanto en tanto se ve abocado a vivir una vida ajena, a permutar su vida; pero habría que enfocarlo de otra manera.
Una pregunta, el título es un guiño a Final del juego, de Cortázar? Ya nos dirás.

Entretenido, sin más.
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Berlín
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Re: CV10 - Teoría y práctica del juego

Mensaje por Berlín »

Vaya por delante que el relato me interesa mucho -la muestra es que lo he leído varias veces-, pero echo de menos que me des más armas para completarlo. Lo primero que me ha venido a la cabeza es que es un castigo de algún tipo, una penitencia que puede venir de la mano de Dios o más bien del Diablo, no lo tengo muy claro, aunque me decanto más por este último, por lo del maletín y la perilla roja, no sé, tiene más pinta demoniaca, o por las carcajadas de luz. Sin acabar de entenderlo -ojalá que algún compañero con más luces se acerque a la solución- confieso que el tono oscuro de película hollywoodense me ha llamado mucho la atención.

Sin más ya te digo que me ha gustado y sin entenderlo, que ya es mucho.
Si yo fuese febrero y ella luego el mes siguiente...
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Re: CV10 - Teoría y práctica del juego

Mensaje por Isma »

Snorry escribió: 19 Jul 2023 11:28 Hay dos problemas en ello, uno es la dificultad para que el texto sea cadencioso y elegante, además de la pifia a la que apunta acertadamente Isma; el otro es que la misma forma lo aleja de una posible vertiente fantástica
Bueno, no lo llamaría yo una pifia...
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isuhefu
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Re: CV10 - Teoría y práctica del juego

Mensaje por isuhefu »

El relato está genial por lo ambiguo. Muy bien analizado por Isma ahora que me fijo más en su comentario. Yo sigo dando vueltas y cuando el autor/a lo explique seguro que lo sabré valorar mejor.

Estoy muy verde en esto, creo que más adelante daremos puntos. Si es así, a este le voy a dar muchos.
Una tarde, Kafka me visitó y atravesó impensadamente una pieza donde estaba recostado mi padre. Este se despertó y Kafka murmuró al pasar:
— Le ruego, considéreme un sueño.

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Re: CV10 - Teoría y práctica del juego

Mensaje por Rey Tomate »

Aguántame el cubata un segundo:

Un juego de videoconsolas. El prota va cambiando de personaje al antojo de la IA.
#ramonslifematters.

No me ralles.
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Re: CV10 - Teoría y práctica del juego

Mensaje por Rey Tomate »

Como no consigo entenderlo no puedo decir si me gusta o no. Aunque creo que cuando sepamos la explicación del autor me convencerá bastante.
#ramonslifematters.

No me ralles.
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Re: CV10 - Teoría y práctica del juego

Mensaje por isuhefu »

Yo sigo pensando. Creo que es el relato más ambicioso de todos. No lo entendemos, cierto, pero me imagino al autor/a intentando darlo todo. Eso hay que recompensarlo. No es que esté sacando partido a sus apuntes de historia o que intente usar un estilo depurado, es que intenta hacer el lío al lector. Yo eso lo valoro.
Una tarde, Kafka me visitó y atravesó impensadamente una pieza donde estaba recostado mi padre. Este se despertó y Kafka murmuró al pasar:
— Le ruego, considéreme un sueño.

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Re: CV10 - Teoría y práctica del juego

Mensaje por isuhefu »

Lo primero, a este van mis 6 puntos. Los otros tengo que pensar.

Voy a dar unas pinceladas adicionales que completan mi opinión sobre este relato. Sin paños calientes ni acritud:

- Quizás equivocado, me da igual, intuyo que el autor/a intenta la barbaridad de emular detalles de Borges y lo hace bien. 6 puntos.

- Hay expresiones que aunque son muy sonoras no he sabido interpretar bien. He tenido que buscar el significado de lenitiva. Siempre se aprende algo. Ej:
- línea de razonamiento sazonada en la modorra
- asido con apática firmeza a la abrazadera
- abotargado desconcierto
- el colmillo venerable reverbera como un relámpago
- Ves en la cólera festiva de sus ojos
- Los neones son risas, murmullos de histeria
te hace recordar la sensación lenitiva del llanto.
- Lo que ni la tormenta doblega, lo que ni el huracán desgaja, eso debe ser definitivamente el espíritu
- Me gustan las repeticiones.

- Involucra al lector dirigiéndose a él y convirtiéndole en el protagonista. Lo que ve, oye, huele, etc. Muy bueno.

- Esta expresión es muy bonita y rimbombante, aunque me cuesta ver que un arrollamiento nocturno sea algo parecido.
su aura iridiscente ha dejado un bello rastro estroboscópico, de libélula
- Soy fan de los diálogos intercalados en el párrafo y el autor/a lo hace divinamente.

- El boxeador te habla de los robellones, de los níscalos, ¿es que no son lo mismo?, le dices, y él diserta sobre ese asunto rociándote con el metanol de su aliento

- viene a tu encuentro con expresión preocupada, ¿dónde has estado?, te dice, que ya la tenías preocupada
Una tarde, Kafka me visitó y atravesó impensadamente una pieza donde estaba recostado mi padre. Este se despertó y Kafka murmuró al pasar:
— Le ruego, considéreme un sueño.

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Re: CV10 - Teoría y práctica del juego

Mensaje por Megan »

Voy a tener que volver por aquí, estoy un poco entreverada, pero todavía hay tiempo para que mi neurona pueda resolver el asunto, :D .
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