CTN - En el olimpo de Zeus - Noramu

[kassiopea]

En el olimpo de Zeus (Relato necesario)


La mirada de Alex fue la primera honesta que vio. Una mirada vivaz, inteligente, inquieta e inquisidora, si bien algo disimulada bajo un halo de fingida indiferencia con la que pretendía, quizá, contrarrestar su juventud. A Laura no pudo engañarla. Vio en seguida en esos ojos un reflejo especial, único, que intentaba mantener bajo control a un cuerpo delgado de felino al acecho. Un cuerpo en continua tensión, domado por una férrea disciplina adquirida a base de castigos e instinto de supervivencia que, en el fondo, bramaba por dar cabriolas como cachorrillo humano que era. Pero una coraza de hielo lo mantenía quieto. Salvo en las pocas ocasiones en las que lo delataba un repiquetear instintivo de un pie, unas uñas que ya no merecían ese nombre o un entrecruzar los brazos sobre el pecho con una fuerza que refrenaba ese envoltorio a punto de estallar.

Desde que se cerró la verja a sus espaldas y la habían despojado de su identidad y pertenencias, dispositivos electrónicos e incluso de un enano de peluche que le servía de ayuda a sus brazos que no sabían qué hacer por las noches, ya había encontrado muchos ojos. Generalmente indiferentes y bienintencionados. Aunque no pocos translucían una profunda desesperación. Otros, simplemente, muertos.

Los primeros días Laura se conformó con las amables palabras que le aseguraban que la dejarían tranquila mientras se habituaba a su entorno. Bastante tuvo con orientarse en el recinto.

La entrada, anunciada por unas letras enormes de un plateado inmaculado que se veían desde la carretera y a las que pronto les faltó una tilde innecesaria, le daba un aspecto majestuoso y parecía invitar a un espacio acogedor. Pero la casa era un laberinto lleno de entradas y salidas que convergían siempre en unas escaleras infernales que llevaban a un comedor de temperatura digna de las mismas.

Conoció los establos con las pistas de los caballos, el burrito, el huerto, un tanto pobre, cosa normal en años de sequía, una piscina y varios cobertizos. Enseguida le enseñaron dónde podía consultar los horarios, las normas, las tareas diarias y su prioridad se convirtió en no perderse, mantenerse despierta e intentar hacerse una idea de qué sucedía a su alrededor.
La puerta del dormitorio se abría sola por las noches dejándola sobresaltada. Sentía que alguien observaba su silueta tapada por una sábana.

Luego empezaron las pastillas. La ayudaban, ciertamente, pero, a la vez, sentía que la anulaban. Su innato deseo de sublevación, el sentido crítico con el que había crecido, la inteligencia y curiosidad por conocer las causas de los acontecimientos se le estaban entumeciendo. Pronto se vio repitiendo el “beee”, “beee”, de sus congéneres en las interminables sesiones de grupo.

Su mayor preocupación se convirtió en no dormirse de pie y no tener fallos que le pudieran conllevar tareas extras después de un horario eterno sólo interrumpido por breves descansos y la deglución del alimento necesario para pasar el día. Así pasó un tiempo hasta que, gracias al ejercicio físico y la reducción de las pastillas, empezó a volver a ser una sombra de ella misma. Pero ya no podía disfrutar ni del huerto ni de los cigarrillos fumados solo por compartir algo con la ilusión de que en ese espacio había seres humanos como ella. Lo único que había eran ovejas sometidas a un discurso uniforme impartido por turnos y repetido por el rebaño por cansancio o por la ilusión de conseguir un beneficio particular.

Ya solo veía ojos por todas partes. Hasta escondidos en la oscuridad intentando averiguar qué se fraguaba en su cabeza y descubrir sus pensamientos. La angustia de salvaguardar al menos su mente empezó a corroerla.

Un día vio un brillo especial en la mirada de Alex. Cuando pudo lo abordó para saber qué estaba experimentando. Alexander. Doblemente abandonado. Primero en su ciudad natal rusa por su madre, luego por su familia de acogida que, bajo el ala protector del dinero y de que lo dejaban en las mejores manos, habían huido de su mala conciencia internándolo. Al fin y al cabo, le habían proporcionado al chaval una buena educación, una cultura, ropa de marca y éste se lo había devuelto de manera poco católica, socialmente impresentable en el seno de la familia y consumiendo drogas. Alex, que iba a cumplir la mayoría de edad. Tras un año de encierro y vejaciones, aún tenía la ilusión de que, por convertirse en mayor de edad, podría asumir las riendas de su vida y tomar sus propias decisiones. Pobre ingenuo. Allí sigue. Aunque, probablemente, con una ilusión menos y habiendo visto a muchos más saltar la tapia, volver escoltados por la policía o no volver, desde el medio de la nada, pensando lo mismo que todos: que ya no volverían a ningún sitio.

A las pocas semanas de la estancia de Laura en ese lugar idílico, en ese olimpo gobernado por la ley de la recompensa y el castigo, las prohibiciones, la tentación al alcance de la mano para que se acostumbraran a no poder disfrutarla, las delaciones propias y ajenas, que tanto le recordaba a cierto retablo visto en un viaje a París, aparecieron otros ojos delante del rebaño. Cubiertos por unas oscuras gafas solo se dejaron entrever un instante mientras le gritaba a una oveja muy joven, rota, muerta por dentro. Un fulgor azul que a Laura le dejó dos certezas: que era el puto amo y que había sustituido cierta adicción por otras mucho más peligrosas, el ansia de poder y la codicia.

Laura vio que corría peligro. Todos los hijos de Zeus eran a cuál peor. Atenea quizá la más malvada, pero sus hermanos y hermanas tampoco es que fueran mucho mejores. Mientras había estado pasando de puntillas e intentando hacer el menor ruido posible para evitar vejaciones como tantas de las que había sido testigo, fue soportable. Pero cuando empezó a ver también orejas y el miedo al azul amenazaba con quebrarle el cerebro, no pudo más que pasar a la acción. Por muy suicida que fuera nunca sería tan grave como el peligro en el que estaba.

Durante el siguiente paseo a caballo, único momento en el que una pequeña parte del rebaño podía salir del corral, se agarró a la crin de una yegua embarazada. La mandó galopar, se encomendó a las ganas de libertad y de parir del animal, y se alejó por esa carretera en medio de la nada, probablemente, hacia la nada.



Este relato es fruto única y exclusivamente de mi imaginación. Cualquier parecido con la realidad, vayan a comprobarlo Ustedes mismos. Aunque no se lo recomiendo demasiado.

[Gavalia]

Supongo que todos los relatos son fruto de nuestra imaginación, de no ser así, me temo que estaríamos hablando de otra cosa. En fin, cada uno tiene su propia realidad, sueños, paranoias, etc.
Bueno, el asunto es que no me he enterado de la misa la media. Asumo el riesgo de ser del grupo de los tontitos, que le vamos hacer, y es que de pretencioso, prepotente, y otras lindas cualidades poco o nada tengo.
Entreveo un manicomio, quizá un orfanato, posiblemente un reformatorio o una poco deseable casa de acogida y la experiencia de quien está viviendo esa realidad que no termino de entender o visualizar.
Sea como sea, gracias por compartir.

[Jarg]

Yo tampoco lo he entendido muy bien, Gava, y eso que lo he leído dos veces (seré también de los tontitos ).

En la primera parte me daba la impresión que fuera un centro de desintoxicación, porque habla de adicciones y de acostumbrarse a la tentación que no pueden disfrutar.

Pero luego la parte de Atenea y las orejas me ha descolocado un poco. Lo leeré una tercera vez.

[Berlín]

"A las pocas semanas de la estancia de Laura en ese lugar idílico, en ese olimpo gobernado por la ley de la recompensa y el castigo, las prohibiciones, la tentación al alcance de la mano para que se acostumbraran a no poder disfrutarla, las delaciones propias y ajenas, que tanto le recordaba a cierto retablo visto en un viaje a París, aparecieron otros ojos delante del rebaño."

A mí me suena más a centro de desintoxicación, pero igual me equivoco. El resto que sigue, con Zeus y Atenea y el tipo de gafas negras me ha descolocado del todo. Creo que, agradeciendo al autor su trabajo, me esperaré a que nos lo explique él o algún iluminado que se pase que tenga más entendederas que yo.

A ver, la aovillada Kassy, que venga a la caja número cinco.

[posman]

Caramba, yo lo tengo claro ¡es Matrix!. Todo encaja; Zeus es Neo, Atenea es Trinity y, el tipo de las gafas.., Morfeo. Está clarísimo...
Creo, creo que he tomado la pastilla equivocada..

[Iliria]

Yo también entreveo un centro de acogida o de desintoxicación. Álex sería el más chungo hasta que llega Laura, la horma de su zapato. Ella se niega a plegarse a las normas del centro, de la sociedad y encima, del chulito de turno. De ahí que diga que ve en él algo peligroso. Por eso se fuga con la yegua.
El de las gafas de sol, Zeus y demás... los que manejan el centro, los que ponen autoridad o les dan tratamiento y terapia.
Es la interpretación que le doy. Igual me he ido mucho...

Me gusta el estilo, la forma de narrar y las imágenes. Muy chula tu prosa

Gracias por participar, autor/a, y suerte

[Yayonuevededos]

Me sumo a la ignorancia colectiva. No he podido descifrar a qué apunta la narración.
Alex, que aparece al principio y sólo vuelve para dar una explicación de su internamiento (ahí patina un poco el punto de vista). La yegua preñada terminó de descolocarme, hubiera dado lo mismo que escapara a lomos de un unicornio a lunares.

[kassiopea]

A ver, la aovillada Kassy, que venga a la caja número cinco.

Bueno, voy a dejar mis impresiones. Coincido con vosotros en que debe tratarse de un centro de desintoxicación, rehabilitación y/o de salud mental. Sin embargo, cuando entra en escena el puto amo que se esconde tras unas gafas negras, me ha parecido entender que el "Olimpo de Zeus" es realmente una secta. Someten a los pobres pacientes que están internados, consiguen anular su voluntad y les convierten en ovejas. Ovejas que, encima, deben pagar unas buenas sumas para que las ninguneen

El caso de Alex, el único interno sobre quien profundiza el narrador, a parte de la protagonista, resulta especialmente triste porque fue abandonado dos veces; por su verdadera madre y luego por su familia de acogida, una familia de buena posición que oculta ante la sociedad la "vergüenza" de tener un hijo drogadicto internándolo permanentemente... Laura se da cuenta de que bajo la fingida indiferencia que Alex muestra hay un vivaz cachorrillo o felino que ha sido domado a base de castigos, y es de él de quien recibe la primera mirada honesta en aquel infierno, o tal vez la única. Supongo que por eso hace hincapié en este personaje.

El nombre de la secta podría ser muy bien "El olimpo de Zeus", aunque el narrador no lo diga, pero por algo es el título del relato. Y eso cuadraría con las alusiones a Zeus, al Olimpo y a Atenea (que son los que controlan el cotarro).

El hecho de que Laura consiga escapar a lomos de una yegua preñada a mí me ha gustado mucho. Me imagino la escena cabalgando hacia el horizonte, hacia la libertad, dondequiera que sea, y que la yegua esté embarazada reafirma la idea de que la vida se abre camino y de que hay esperanza en el futuro. Yo, por lo menos, lo veo así.

Respecto al enfoque de la historia, yo la hubiera escrito en primera persona, que fuera Laura quien la contara desde su punto de vista, y que dejara caer más datos sobre su vida y de por qué llegó allí. Creo que de esta forma nos acercaríamos más al personaje y también resultarían más intensos los momentos inquietantes, como cuando la protagonista está acostada en su cama y advierte que alguien abre la puerta y la mira. De todas formas, y tal como está, el relato ha conseguido transmitirme bastante angustia y te felicito por ello

[jilguero]

Intuyo que la historia trasncurre es un centro de desintoxicación; intuyo que esos ojos que aparecen por todos lados simboliza que Laura se siente vigilada y eso le molesta, si bien le molesta aún más que unas gafas de sol le impidan ver los ojos del "puto amo"; intuyo que Laura es de mediana edad y mira de forma maternal a Alex, le gustaría poder protegerlo, por eso se fija tanto en él; e intuyo que Laura detesta vivir aborregada y sometida y eso le da fuerzas para reaccionar.

Y digo tantas veces intuyo, autor, porque es un texto oscuro, nada fácil de penetrar en él, pero he tenido la suerte de que haya pasado por aquí antes Kassio con la antorcha encendida, lo cual ayuda (estoy esperando a que Kassio o DarkLady Juliet, que esta vez le está haciendo la competencia como pitonisa, se pasen por algún otro texto oscurito que me ha dejado in albis ).

Coincido con Kassio en destacar el final. Me resulta refrescante la rebeldía de la protagonista. Porque, partiendo de un ambiente tan opresivo y desesperanzado, esa imagen de Laura escapando al galope a lomos de una yegua preñada, incluso si es por una carretera en medio de la nada y probablemente hacia la nada, me transmite esperanza. Una Nada que me ha evocado unos versos, también oscuritos, de Leopoldo María Panero:
Qué es la magia, preguntas
en una habitación a oscuras.
Qué es la nada, preguntas, saliendo de la habitación.
Y qué es un hombre saliendo de la nada
y volviendo solo a la habitación.

[Ratpenat]

Yo también creo que tiene algo que ver con lo que comentan los demás. Particularmente por esa postdata, que dice que es de la imaginación y que cualquier parecido con la realidad (ojo) no dice que sea coincidencia, sino que es así y que vayáis a comprobarlo, porque no es coincidencia. Al principio, confieso, también me he confundido yo. Tampoco quisiera que pensarais que he venido a explicarlo porque es el mío o algo así, seguro que luego el señor autor o la señora autora confirma o desmiente. Gracias por compartirlo

[DarkLady Juliet]

Yo veo una chica ingresada en un centro de desintoxicación, dirigido por una... asociación. Si queréis secta, pues secta. (Vamos, lo mismo que veis vosotros)

Se va a lomos de la esperanza, de una vida nueva.

¿Qué es lo que no pillo? el cuadro de París, estoy pensando cuál puede ser, ¿una traición? ¿La última cena de daVinci? ¿Algo relacionado con el olimpo que le da título al relato?

Y ¿esa tilde que se cae del rótulo de entrada? Desintoxicación>desintoxicacion.

Por lo demás, pues mira qué suerte, que escapa. A saber dónde, a saber a encontrar qué. Pero lejos del control.

[Nuvem]

Lo he disfrutado mucho aunque, cuando he terminado, he pensado que se me habían pasado muchas cosas. Creo que el relato tiene varias capas y es difícil entenderlas todas a simple vista, así que me seguiré pasando por aquí por si me inspira algo más. Bien escrito y muy evocador, aunque coincido con el resto en que, en esta primera lectura, no sabría desgranarlo fácilmente. Gracias por compartirlo y felicidades, autor/a

[Isma]

Hum. Me quedo con la sensación de que el relato es un fragmento de algo. Por el tema, que no creo que llegue a desarrollarse del todo, y por las piezas que se presentan, que quedan esbozadas, como pendientes de un mayor tratamiento. El retablo de París, otra pieza de la que no sabemos nada.

Coincido con mucho de lo comentado por otros. El análisis de Kassio me parece bastante plausible, lo de la secta no se me había ocurrido pero puede ser la clave para que cuadre todo lo demás. Laura parece haber sido llevada por un intento de suicido, Alex por un problema de drogadicción. Todos ovejas "siguiendo" al líder espiritual, el pastor del rebaño. El olimpo representa a los dioses del pequeño mundo en el que todos viven y la yegua escapando simbólicamente hacia la vida.

Bien, pero muy esbozado y eso hace que le falte intensidad.

[noramu]

Coincido bastante con la interpretación de Iris y Jilguero, aunque la idea de Kass, tampoco me parece descabellada. Pensándolo bien, tampoco son excluyentes. ¿Qué lugar mejor que un centro de recuperación en el que atiborran a los pacientes de pastillas, doblegando así su voluntad, sus personalidades y las convierten en "ovejas" que siguen las instrucciones del "pastor" sin ponerlas en duda, para ganar adeptos a una secta?

La huida de Laura en la yegua preñada da una ligera esperanza de que otra vida es posible aunque tampoco cree ninguna certeza. Ya que consigue huir pero huye hacia la nada. Hacia la incertidumbre.

Como ya he dicho en algún otro relato no me gusta que el autor me lo presente todo machacadito sino que me haga pensar, dudar,... Este lo hace. Pero quizá, aut@r, te has pasado un pelín y deberías haber dejado alguna pista más que nos ayude a descifrarlo del todo.

Gracias por participar en este concurso tan especial.

[Ginebra]

Vaya, pensaba que había comentado todo y resulta que me faltaba. Pero es que no lo acabo de pillar, quizá por eso, sorry

A mí me parece una secta, quizá porque me estoy leyendo una novela con ese título? pero también me sirve psiquiátrico, centro de desintoxicación, lo que sea.. es clara la incomodidad de la protagonista, ella no acaba de encajar, es consciente del borreguismo y la manipulación y por eso el final, que entiendo igual que muchos, como una carrera hacia la libertad, hacia la esperanza, me ha gustado, es muy simbólico