¡Me ha encantando este relato!
Me he sumergido en él de principio a fin y me ha parecido estupendo.
A mi me remueve por dentro que tantos "seres humanos" sean capaces de cometer las más terribles bestialidades. Me ha puesto los pelos de punta leer cosas como "tenía una cicatriz en la cara hecha por un violador, que le rajó el rostro para doblegarla". Terrible.
Luego el leer que a la humanidad se nos llama lacra, me ha hecho sentir fatal en cierto punto...Yo al final soy como Nisa, creo (o quizás soy muy ilusa) que no todo está perdido, que siempre hay esperanza, gente buena que te brindará la mano y sucesos bonitos y hermosos. Lo que pasa es que solemos enfocarnos más en lo malo que hace la humanidad, pues hace más ruido una bomba que mil caricias.
Creo que en el mundo hay de todo, aunque a veces se vea tan deteriorado, pero aún tengo fé en la raza humana. Creo que hay personas que construyen, que tienen arte, que aman, que lloran, que son sensibles, que se manifiestan contra injusticias, etc...Quizás no sean una mayoría, pero mientras existan esas personas, hay esperanza.
Por lo tanto el final me fascinó. Creí que Nisa apretaría el botón rojo sin más y después quizás se arrepentiría porque había sido engañada por el diablo. Pero no, otro final que me sorprende y me gusta mucho.
El hijo redimido, el hijo pródigo, llorando a la vera de la cama de su madre ¡Que esperanza tan grande! El alma de su hijo perdido, es capaz de conmoverse, de sufrir al ver que va a perder a su madre, quien más lo ha amado en su vida.
Esta historia está narrada con perfección y fluidez. Con una pluma encomiable y con palabras sencillas y directas, que logran transmitir con precisión, en mi opinión.
Me ha conmovido la trama y me ha llegado, Zilum. Gracias por crear esta obra.