Los viejos creyentes - Vasily Peskov

[natura]

Los viejos creyentes
Vasily Peskov



Таёжный тупик (1983)

Traducción: Marta Sánchez-Nieves
Editorial: Impedimenta
Formato: Rústica con sobrecubierta; 13 x 20 cm
Nro. páginas: 264
ISBN: 978-84-17553-73-9

Fecha edición: octubre 2020

Sinopsis

En Los viejos creyentes, Peskov narra la lucha épica de los Lykov contra una naturaleza salvaje e indomable, al tiempo que rinde homenaje a un hábitat natural que pronto podría dejar de existir.
A finales de los años setenta, un piloto ruso que sobrevolaba un tramo remoto de la taiga siberiana descubrió, en medio de una escarpada zona boscosa, una cabaña. Poco después, un grupo de científicos se lanzó en paracaídas sobre el terreno para advertir con estupor que en la primitiva choza de madera habitaba una familia, los Lykov, pertenecientes a la secta de los viejos creyentes, cuya vestimenta, noción de la vida y lenguaje se habían congelado en el siglo XVII, en tiempos del zar Pedro el Grande. Para cuando Vasili Peskov, prestigioso periodista del Pravda, conoció esta historia, no habían contactado con nadie en casi cincuenta años, rezaban diez horas al día, no habían probado la sal y no podían siquiera concebir que el hombre hubiera pisado la Luna. El único miembro que quedaba tras la muerte de sus padres y de sus hermanos era Agafia: la hija más joven de la familia.

Vasili Mijáilovich Peskov
Nace en 1930 en Orlovo. Fue reportero gráfico, periodista y presentador televisivo. En 1960, publicó Notas de un fotógrafo, y le siguieron los siguientes títulos: Steps on Dew (1963), Premio Lenin de Literatura en 1964, The Roads of America (1973), y Los viejos creyentes (1994), libro que ahora publicamos. Es Premio del Presidente de la Federación Rusa y Premio del Gobierno de la Federación de Rusia. Terminó sus días la noche del 12 de agosto a los ochenta y cuatro años en Moscú, tras una larga enfermedad. A su muerte, deseó que sus cenizas se esparciesen en un campo cerca de su pueblo natal, al borde del bosque.

Web de la editorial; todostuslibros; amazon

[Tatiasha]

¡Qué buena pinta! Me lo anoto.

[Kobayashi]

Sí, yo también lo tengo apuntado. Lo han adquirido en "mi" biblioteca, así que me haré con él cuando pueda.

[Aben Razín]

Tiene una pinta excelente,

Gracias por abrir el hilo, @natura

[Caroline]

Lo leí hace ya unos días pero no pasé a comentar, no es ni por asomo lo que esperaba, quizá yo tenía las expectativas muy altas ya que el tema parecía interesante, pero no ha terminado de convencerme.

La primera mitad del libro me gustó mucho, un aviador buscando por la taiga siberiana una zona para construir un oleoducto ve, asombrado, una pequeña construcción de la que sale humo por una chimenea y se produce el encuentro con los habitantes, los viejos creyentes, la impresión en el encuentro es mutua, pero los habitantes de la casa son muy amables y empáticos y reciben a los trabajadores del oleoducto con verdaderas muestras de cariño y simpatía que son reciprocas.

Los viejos creyentes son una segregación de la iglesia ortodoxa rusa que huyeron de las reformas del zar Alejo y de su hijo el zar Pedro y se refugiaron, manteniendo sus costumbres, en el lugar más lejano e hinóspito de su país, alli vive la familia Lykov, sobreviven de lo poco que da la tierra y el río que pasa cerca, soportando temperaturas extremas tanto en verano como en invierno que puede llegar a los 50 grados bajo cero.

La historia está narrada por Vasily Peskov, periodista de varios periódicos rusos, que la curiosidad le lleva hasta la familia Lykov poder contar su historia.

A partir de la mitad del libro, es una continua repetición de lo que sabemos, viajes a la taiga,ayuda a la familia, darla a conocer y ya. Vueltas y vueltas sobre lo mismo que terminan hastiando al lector. El interés del periodista está claro, mantener viva la historia para seguir estirando y poder escribir.

Me hubiese gustado más si, a partir del descubrimiento de los viejos creyentes hubiese ahondado más en su forma de vida, su rechazo a la modernidad, las razones de su huida y sobre todo como han podido sobrevivir durante tantos años en esas terribles condiciones.

Aprobado raspado.

[Caroline]

Y ahora que me doy cuenta, está en contemporánea y creo que debería ir a No Ficción, son hechos reales lo que cuenta, las conversaciones son transcripciones de las notas que toma el periodista el periodísta, hay cartas que se cruzan entre la taiga y Moscú, conversaciones reales entre el responsable de la construcción del oleoducto tanto con la familia como con el periodista, son totalmente ciertas, no es nada novelado, es la realidad de la vida de los Lykov, y su encuentro con la vida actual. Hay fotos de la familia, del entorno, de la vivienda, en fin nada novelado.

[ilargi]

[Aben Razín]

¿Te pones con ella? Si es así, seguiré tus comentarios,

[ilargi]

Noo todavía no. Se lo he visto mencionado a @Gretogarbo y al pasar por el hilo me ha parecido interesante. Hoy empiezo uno de Kadare, así que no sé cuando será.

[Aben Razín]

Noo todavía no. Se lo he visto mencionado a @gretogarbo y al pasar por el hilo me ha parecido interesante. Hoy empiezo uno de Kadare, así que no sé cuando será.

Creo que te refieres a Abril quebrado, ¿no? Aún no he leído esta novela, pero seguro que pienso volver a la Literatura de Ismaíl Kadaré.

[ilargi]

Efectivamente, @Aben Razín esa es, Abril quebrado.

[Aben Razín]

Efectivamente, @Aben Razín esa es, Abril quebrado.

Te sigo literariamente,

[ilargi]

Bueno, pues anoche me puse con él. Pensaba que era una novela, ni me había fijado en que era de no ficción
el tema es interesante: aislarse del mundo por convicciones religiosas.

Ya tenemos a la familia que ha salido un poco de su aislamiento y ha ido al campamento de los geólogos.

[ilargi]

Ayer vi un documental (uno de los muchos que hay) sobre Agafia. No debería haberlo hecho...

[Buccan]

Repetitivo y cansino hasta la saciedad. Parte de una buena idea para novelar o contar, pero queda en poco: el relleno y la repetición es lo que predomina en sus páginas. Me quedo con cuatro costumbres utilizadas en esos lares.

¡Salud y buen viento!