Hoy acaba de salir a la venta la tercera y última parte de Archipiélago
Gulag.
Voy a poner una reseña de cada libro para que la gente vaya abriendo boca porque creo que estos libros merecen la pena
Archipiélago
gulag era el nombre de la red de campos de internamiento y de castigo soviéticos donde fueron recluidos millones de personas durante la segunda mitad del siglo xx. En este monumental documento, solzhenitsyn, que estuvo confinado en uno de esos campos, reconstruye minuciosamente la vida en el interior de la industria penitenciaria en tiempos de la Unión Soviética, y su disección se convierte en un viaje a través del miedo, el dolor, el frío, el hambre y la muerte, con los que el régimen totalitario acalló toda disidencia.
Con este primer volumen, al que le siguen dos más, se inicia la traducción íntegra, por primera vez en nuestro idioma, de este legendario testimonio –redactado entre 1958 y 1967– que estremeció los cimientos del totalitarismo comunista. La traducción se ha realizado a partir de la edición de 1980, revisada y ampliada por el autor, y considerada por él la definitiva. Este primer tomo recoge las dos primeras partes («La industria penitenciaria» y «Perpetuum movile») de las siete que componen este relato del horror que vivieron millones de personas.
Con fidelidad sobrecogedora, alexandr solzhenitsyn describe en archipiélago
gulag el régimen de terror que imperaba en los campos de internamiento y de castigo soviéticos durante el pasado siglo xx. Gracias a su obstinación por restituir aquello que la Historia quiso borrar, solzhenitsyn devolvió la palabra a los 227 prisioneros que le brindaron sus testimonios directos y a los millones de personas «a las que les faltó la vida para contar estas cosas», para dejar constancia de uno de los episodios más lúgubres de nuestro tiempo.
Escrito entre 1958 y 1967 en la más completa clandestinidad, el primer boceto de la obra fue descubierto por el KGB en septiembre de 1973. En 1974 se publicó en Occidente, como medio de presión desde los países democráticos europeos, y hasta 1990, cuando se publicó parcialmente en la revista «Nóvy Mir», archipiélago
gulag estuvo vedado a los lectores rusos. Este segundo volumen recoge tres de las siete partes que componen la obra completa («Campos de trabajo y exterminio», «El alma y el alambre de espino», «El penal»), y en él se describen barbaridades como la construcción del Belomor (el canal que comunica el mar Báltico con el mar Blanco) y las argucias a las que debían recurrir los prisioneros para poder sobrevivir.
Cuando Alexandr Solzhenitsyn acabó de escribir Archipiélago
Gulag, confesaba en el epílogo: «La de veces que empecé este libro para abandonarlo después. No podía acabar de comprender si era necesario o no que escribiera yo solo un libro semejante. Y además, ¿cuánto tiempo lo soportaría? Pero cuando, sumándose a lo que yo ya había recopilado, convergieron sobre mí otras muchas cartas de presos procedentes de todos los rincones del país, comprendí que, dado que todo esto se me había dado a mí, debía hacerlo». Y es que Solzhenitsyn fue redactando entre 1958 y 1967, en la más absoluta clandestinidad, los numerosos fragmentos que darían lugar a Archipiélago
Gulag. Lo hizo sin archivos, partiendo de los recuerdos de sus propias vivencias y de los testimonios de sus compañeros de prisión, y sufriendo en el momento álgido de su trabajo, en 1965, el saqueo de sus papeles junto con el secuestro de la novela El primer círculo.
Este tercer y último volumen está articulado en siete partes: «La industria penitenciaria», «Perpetuum mobile», «Campos de trabajo y exterminio», «El alma y el alambre de espino», «El presidio», «El confinamiento» y «Stalin ya no está». En ellas Solzhenitsyn aborda los últimos años del dominio de Stalin y de sus sucesores, y explica cómo –un cuarto de siglo después de que la Revolución lo aboliera– se restableció el presidio ruso, y con él los «campos especiales» reservados para los presos políticos. Solzhenitsyn describe las condiciones de vida en los campos soviéticos de la posguerra, las evasiones, las huelgas, las revueltas heroicas... El confinamiento en ellos, la otra forma de exilio, afectó a unos quince millones de campesinos y se convirtió en un método generalizado de marginación de los indeseables. «Los dirigentes pasan», decían, «el Archipiélago perdura».
Culminamos con este tercer volumen la publicación de esta obra monumental, traducida a partir de la edición que, en 1980, Solzhenitsyn fijó como la definitiva, revisada y aumentada.