Roma, Nápoles, Florencia - Henri Beyle Stendhal

En principio incluye biografías, autoayuda, libros de viajes, arte y otros que no sean ensayos o de divulgación.

Moderador: magali

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imation
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Roma, Nápoles, Florencia - Henri Beyle Stendhal

Mensaje por imation »

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Título original: Rome, Naples et Florence
Traducción: Jorge Bergua Cavero
Año: 1998
ISBN: 84-8191-231-X
Encuadernación: Cartoné
Formato: 20x12 cm
Páginas: 420


Sinopsis:
Los libros de viajes por Italia tenían ya una larga tradición europea cuando Stendhal publicó, en 1817, la primera versión de la obra que tiene el lector entre las manos. Como no podía ser menos conociendo al personaje, Beyle se distancia abiertamente de lo que podría considerarse la típica guía para turistas o lectores en casa, y compone una obra que, nos dice, es más que nada una colección de sensaciones; no son tanto las ruinas o los monumentos célebres lo que le interesa cuanto todo aquello -costumbres, sucesos, formas de hablar- que aporte algo al conocimiento del corazón humano. Por lo demás, el supuesto viaje por Italia es completamente ficticio: ni las fechas se corresponden por lo general con la biografía conocida de Beyle (en los primeros renglones, fechados en setiembre de 1816, afirma tener veintiséis años y trabajar en Berlín, cuando en realidad tenía treinta y tres y estaba en Italia), ni siquiera parece que haya conocido realmente alguno de los lugares que menciona. Pero todo ello es coherente con la naturaleza del libro, pues antes que nada se trata para Stendhal de un viaje al pasado, un pasado que es tanto la gloriosa Edad Media italiana que admira intensamente, como su propio pasado de juventud en Italia, en la época de las guerras napoleónicas; un viaje, en suma, en busca de una felicidad perdida y que sólo podrá recuperar escribiendo, inventando.

De ahí que la ficción entre a raudales en el libro, ya sea en forma de anécdotas (que para Stendhal siempre reflejan el carácter de un pueblo o de una persona mejor que las generalizaciones abstractas) o sobre todo en forma de breves historias de amor apasionado, supuestamente escuchadas de labios de sus interlocutores italianos, y en las que el lector discreto verá el anuncio de algunas obras posteriores del autor, especialmente las Crónicas italianas y la Cartuja de Parma.
Leyendo: Ensayos, George Orwell.


"Se dispersa y se reúne, viene y va", Heráclito.
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Aben Razín
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Re: Roma, Nápoles, Florencia - Henri Beyle Stendhal

Mensaje por Aben Razín »

¡Cuántos hilos nos estás abriendo, imation! :60: :lista:

También parece muy interesante, gracias por abrirlo, :wink:
Pasado: Sueño del origen de Eloy Sánchez Rosillo.

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Arden
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Re: Roma, Nápoles, Florencia - Henri Beyle Stendhal

Mensaje por Arden »

¡¡¡Ohhhh!!! Gracias Imation por el hilo :D
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Ivanovich
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Re: Roma, Nápoles, Florencia - Henri Beyle Stendhal

Mensaje por Ivanovich »

Lo he sacado de la Biblio hoy, para preparar una sesión de un foro presencial al que me he apuntado, en el que vamos a tratar el tema de la "belleza" a través de la literatura, un tema abierto y muy interesante.

Buscaba, claro, la fuente del famoso síndrome o enfermedad de Stendhal.

Está escrito en forma de diario, del viaje que "Stendhal" hizo por distintas ciudades de Italia en 1816 y 1817: Milán, Bolonia, Nápoles, Florencia y Roma.

Lo voy a leer (lo leo) sin seguir un orden, dejándome llevar por la pasión con la que Stendhal contempló la belleza (en el arte) en estas crónicas italianas.

p. 265-266 :wink:
... por fin, llegué a Santa Croce.
Allí, a la derecha de la puerta, está la tumba de Miguel Ángel; más lejos, tenemos la tumba de Alfieri, por Canova: mi reconocimiento para esta gran figura de Italia. Diviso a continuación la tumba de Maquiavelo; y, enfrente de Miguel Ángel, reposa Galileo. ¡Qué hombres! Y la Toscana podría añadirles al Dante, Boccaccio y Petrarca. ¡Qué asombrosa reunión! Mi emoción es tan profunda, que casi roza la piedad. La religiosa oscuridad de esta iglesia, la sencilla carpintería de su techumbre, su fachada sin terminar, todo ello habla intensamente a mi alma. ¡Ay, si pudiera olvidar...! Se me acercó un monje.[...] Hablé con aquel monje, en quien hallé la cortesía más perfecta. Se puso muy contento de ver a un francés. Le rogué que me abriera la capilla del ángulo noreste, donde están los frescos del Volterrano. Me conduce hasta allí y me deja solo. Allí, sentado en un reclinatorio, la cabeza echada hacia atrás y apoyada en el respaldo para poder mirar al techo, las Sibilas del Volterrano me proporcionaron seguramente el placer más intenso que me haya dado nunca la pintura. Estaba ya en una especie de éxtasis por la idea de estar en Florencia y por la proximidad de los grandes hombres cuyas tumbas acababa de ver. Absorto en la contemplación de la belleza sublime, la veía de cerca, la tocaba por decirlo así. Había llegado a ese punto de emoción en el que convergen las sensaciones celestes provocadas por las bellas artes y los sentimientos apasionados. Al salir de Santa Croce, el corazón me palpitaba con fuerza, eso que llaman nervios en Berlín; la vida se había agotado en mí, caminaba con miedo a derrumbarme.
Me senté en uno de los bancos de la plaza de Santa Croce; volví a leer con deleite estos versos de Foscolo, que llevaba en la cartera; no veía sus defectos: necesitaba la voz de un amigo que compartiera mi emoción: [...]
Dos días después, el recuerdo de lo que sentí me ha sugerido una idea impertinente: para ser feliz, me decía, vale más tener un corazón así que no la banda de la Legión de Honor"
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Aben Razín
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Re: Roma, Nápoles, Florencia - Henri Beyle Stendhal

Mensaje por Aben Razín »

Suena muy interesante, Ivanovich :60: :wink:
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isuhefu
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Re: Roma, Nápoles, Florencia - Henri Beyle Stendhal

Mensaje por isuhefu »

Ivanovich escribió: 02 Feb 2022 17:45 Lo he sacado de la Biblio hoy, para preparar una sesión de un foro presencial al que me he apuntado, en el que vamos a tratar el tema de la "belleza" a través de la literatura, un tema abierto y muy interesante.

Buscaba, claro, la fuente del famoso síndrome o enfermedad de Stendhal.

Está escrito en forma de diario, del viaje que "Stendhal" hizo por distintas ciudades de Italia en 1816 y 1817: Milán, Bolonia, Nápoles, Florencia y Roma.

Lo voy a leer (lo leo) sin seguir un orden, dejándome llevar por la pasión con la que Stendhal contempló la belleza (en el arte) en estas crónicas italianas.
Por si quieres algún otro ejemplo de Stendhal sobre la belleza de Italia, en La cartuja de Parma también menciona estas ciudades y otros lugares.
La condesa se dedicó a recorrer de nuevo con Fabricio todos aquellos encantadores lugares de las cercanías de Grianta, tan celebrados por los viajeros: la villa Melzi, a la orilla opuesta del lago, frente al castillo y que le sirve de mirador; más arriba, el bosque sagrado de los Sfondrata, y el atrevido promontorio que separa las dos partes del lago, la de Como, tan voluptuosa, y la que corre hacia Lecco, tan severa: panorama sublime y placentero que el lugar más renombrado del mundo, la bahía de Nápoles, iguala, pero no supera. La condesa revivía con embeleso los recuerdos de su primera juventud y los comparaba a sus sensaciones actuales. El lago de Como, se decía, no está rodeado, como el de Ginebra, de grandes extensiones de terreno bien cercadas y cultivadas con arreglo a los mejores métodos, cosas que recuerdan el dinero y la especulación. Aquí no veo sino colinas de desigual altura cubiertas de arboledas plantadas al azar y que la mano del hombre no ha estropeado aún forzándolas a producir. En medio de esas colinas de formas admirables y que se precipitan hacia el lago en pendientes tan singulares, puedo revivir toda la ilusión de las descripciones de Tasso y de Ariosto. Todo aquí es noble y tierno, todo habla de amor, nada recuerda las fealdades de la civilización. ...
Non sopporto piú le persone che mi annoiano anche pochissimo e mi fanno perdere anche solo un secondo di vita. Goffredo Parise
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Ivanovich
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Re: Roma, Nápoles, Florencia - Henri Beyle Stendhal

Mensaje por Ivanovich »

Muchas gracias, Isuhefu.

En realidad, más que pasajes sobre la belleza de Italia (artística como en este libro del hilo, o de la naturaleza, como el pasaje que me indicas, que ya de por sí son interesantes y te lo agradezco), lo que quería era explorar dónde estaba la fuente de eso que llaman la enfermedad o el síndrome de Stendhal, relacionado con la belleza artística, y que María Belmonte lo explica muy bien en su ensayo Peregrinos de la Belleza (Acantilado) cuando dice que “Italia, con su acumulación de obras de arte, depara al viajero sensible y solitario el síndrome de Stendhal, un maravilloso orgasmo de la mente que sobreviene cuando ésta, saturada de belleza, estalla en un torrente de emociones que se manifiesta en forma de llanto incontrolado, convulsiones y …. una sensación de felicidad suprema”.

Eso, más o menos, es lo que le sucedió a Stendhal cuando vio la Basílica de la Santa Croce en Florencia.

El tema de la belleza da para mucho, en sus diversas facetas: la humana, la natural, la artística o la cotidiana, por utilizar la clasificación que Roger Scruton hizo en un libro que se titula La belleza (Elba) y que leí hace tiempo atraído, precisamente, por ese tema.

Muchas gracias, de nuevo, por su sugerencia.
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