Vista.
En primer lugar, tengo que decir que me ha gustado mucho la interpretación de Karra Elejalde y Eduard Fernández (en el papel del general Millán Astray). Creo que cada uno lo está bordando y, especialmente, el segundo. La dirección artística me ha parecido muy buena con el cuidado de los lugares y el vestuario. Especialmente, la casa de Unamuno de la calle Bordadores -¡qué buenos recuerdos tengo de esa ciudad y esa plaza!-.
En segundo lugar, busque las indicaciones de un catedrático de Historia Contemporánea para que me dijera las partes que estaban basadas en hechos reales y cuáles estaban al aire de una posible ficción. En este sentido, parece ser que la película, en algunos momentos, deja bastante que desear y no obedece a lo que ahí sucedió, incluso el hecho del paraninfo de la Universidad de Salamanca, para muchos historiadores, no deja de ser un enfrentamiento menor de lo que ha pasado al acervo común, incluso la solución que aparece en la película.
En tercer lugar, está la visión ideológica de la película. Aquí es donde veo una controversia, aunque comprensible y aceptable, porque acaba uno dudando, si lo que se narra ahí es la visión que tiene Alejandro Amenábar de lo que sucedió en esos primeros meses en Salamanca, poniendo en la boca de Miguel de Unamuno su respetable punto de vista, o la visión de los personajes, de hecho la firma del decreto de la Junta de Burgos, por parte de Miguel Cabañellas, no fue así.
Lo que es evidente es que Alejandro Amenábar intenta expresar esas dudas y esos miedos que personajes, como Miguel de Unamuno, tuvieron, pero que tampoco obedecen a una posible asepsia ante los acontecimientos, ya que el escritor vasco estuvo denonadamente luchando por las vidas de sus amigos: Atilano Coco y Salvador Vila.
Como es mi punto de vista, evidente, me gustaría que los que están viendo la película fueran dejando su comentario para contrastar pareceres.
Saludos,