Los agricultores, como ya he dicho antes, pertenecen a un régimen especial de la Seguridad Social, lo mismo que los autores pueden apuntarse en autónomos. Y cierto que no es comparable a un autor, pero no en el tema que dices de dar medio kilo de tomates, porque para que la analogía fuese válida, el autor tendría que regalar el libro, no permitir a alguien copiar un párrafo de su libro en su agenda o diario o cuaderno. Otra analogía válida es cuando compras un melón y siembras las semillas para no tener que comprar mas. Es mas, imagínate que escribes un libro y lo publicas corriendo tú con los gastos y antes de que hayas podido siquiera intentar venderlos, se queman en el almacén... Pues eso les puede pasar a los agricultores con las cosechas. Jodido ¿eh?Pedro de Paz escribió:Como bien ha explicado Takeo, el soporte asistencial de un camarero o cualquier otra profesión garantiza unas prestaciones básicas en cuestiones de Seguridad Social, baja por enfermedad, prestación por desempleo o derecho de jubilación. Prestaciones de las que los autores carecen. Los agricultores, de forma genérica, reciben subvenciones no sólo para potenciar determinados cultivos sino para abandonar la practica de otros. Aún estoy por ver las subvenciones destinadas a los autores aunque fuesen para escribir de un determinado tema o dejar de escribir de otro. En cualquier caso, estamos hablando de asalariados y el equilibro del debate podría verse desvirtuado. Si asumimos la situación de autor como la de un profesional autónomo gestor del fruto de su trabajo (para equipararla a la del camarero autonomo o la del agricultor autonomo) podríamos hablar de analogías plausibles el día que, por el bien común de todos, se promulgase una ley por la que el camarero tuviese la obligación de servir de forma gratuita una consumición a la semana a cualquiera que se la demandase. O el agricultor, el entregar medio kilo de tomates en idénticas condiciones. Eso podría establecer un paralelismo con la obligación legal del autor a conceder el derecho a la copia privada. Mientras tanto, la analogía no me parece afortunada.
El mencionar la pobreza asistencial del autor no ha sido una justificación para defender que se le haga entrega una subvención o una dádiva que no le corresponde legitimamente sino para explicar el motivo por el cual considero que necesita algo que, en justa compensación, es suyo y que además, le corresponde por ley. El matiz es muy diferente.
¡Ah! Las subvenciones que reciben ahora los agricultores en la UE son para que no abandonen las tierras buscando un trabajo mejor pagado en la ciudad, con los consiguientes problemas que esto podría traer (entre ellos con la disponibilidad de agua potable).