No, hombre, copia esta otra parte del discurso, que es la que aplica a la izquierda de hoy en día, especialmente en Occidente:
Lo que se está preparando en el planeta que vivimos es sencillamente un mundo para los ricos. El mundo será para disfrute de los ricos.
Y son los de la izquierda los que están favoreciendo el mundo de ricos: subvenciones a la compra de coches eléctricos (solo aptas para quienes pueden permitírselas en primer lugar), encarecimiento de los viajes, energía, funcionarios que parece que si no les pones a trabajar en el horario y sitio de trabajo donde ellos quieren no trabajan y te montan una huelga y no sé cuántas cosas más que solo perjudican a quien no tiene pasta para poder pagarlo.
Pero ya tú sabes, el decrecimiento para los pobres, que yo soy izquierda y eso no va conmigo
Y los médicos de la pública que se dan de baja por no hacer un trayecto de 20 minutos o no trabajar de tarde a quien perjudican es a los pobres. Y los profesores que prefieren pasar a todos independientemente de lo que saben a quien perjudican es a los pobres, que no pueden seleccionar colegio en función de resultados o contactos.
Esto viene también en ese discurso, y también es algo que la izquierda se pasa por el forro. Así que sois igual de poco alternativa al neoliberalismo (y no olvidemos que Saramago era economista).
¿Qué es lo que tenemos entonces para oponernos? Nada más que la conciencia.
La conciencia de los hechos. La conciencia de mis propios derechos. La conciencia de que soy un ser humano, sencillamente un ser humano y que no quiero ser más que eso. La conciencia de que lo que está en el mundo me pertenece, no en el sentido de propiedad, sino que me pertenece como responsabilidad. Me pertenece con derecho a saber, con derecho a intervenir, con derecho a cambiar. Eso se llama la conciencia.
Por si acaso se te pasó por la cabeza que conciencia era lo de los socialistas y comunistas
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