¡Espectacular relato!
En primer lugar, hacerse una composición del lugar, de su soledad, de su inaccesibilidad y su salvajismo, del frío, un poco extraño lo de usar grados fahrenheit pero he usado un conversor y 75 grados bajo cero F son unos -59-60º C, es decir una barbaridad.
Me gusta como va in crescendo. Presentándonos al personaje, su falta de imaginación y de terror, simplemente tiene un objetivo y solo piensa en las etapas que tiene que cubrir, sin plantearse nada más, a mí de pensarlo ya diría ni de coña me muevo yo con esas temperaturas. Y cómo, poco a poco, y a pesar de las precauciones,
se produce el accidente que estaba intentando evitar, y aún así siempre tienes la duda de si se salvará o no, y ves cómo poco a poco la naturaleza, es decir el frío se impone, y lo fácil, coger una cerilla o encenderla, deviene en una tarea imposible. |
Me ha gustado mucho, además, cómo usa el contrapunto del perro, cuyo instinto es más importante que todo lo que el hombre pueda pensar racionalmente.
Un relato que muestra lo difícil que resulta la supervivencia del hombre en condiciones extremas, y la lucha por esa supervivencia, con un manejo del suspense impecable, hasta el último párrafo.
De hecho, te quedas un poco a la expectativa de la solución fácil, una especie de Deus ex machina encarnado en un compañero que aparezca en el último momento porque ya estaba muy cerca sin saberlo. Pero no, el final es mucho más acertado así, con una muerte estoica en la nieve, aceptando lo inevitable y la razón que tenía el viejo al darle los consejos de supervivencia y su muerte por no hacerle caso. |