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Vamos esta semana con un relato del escritor venezolano Gabriel Payares.
Payares, (Londres, 1982). Licenciado en letras por la Universidad Central de Venezuela (UCV) y Ganador del Concurso de Autores Inéditos 2008 de Monte Ávila Editores Latinoamericana con su primer libro de relatos, Cuando bajaron las aguas (Monte Ávila, 2009).
En la primera lectura tuve una sensación rara, de atracción y de rechazo a la vez, sin tener claro si me gustaba o no. Pero la realidad es que lo he leído una segunda vez y luego una tercera y mi conclusión final es que sí, que me gusta.
Me gusta la historia, desoladora y, al mismo tiempo, casi onírica; y me gusta la ambientación, tan lograda que al final también yo he sentido claustrofobia y la escena de la barca saliendo al exterior me ha producido gran alivio: ...mis pasos dieron sólo con el bote. Después de mirarlo largo rato, hice acopio de todas mis fuerzas, para empujar con mis manos el borde de la madera, hasta desplazar el bote sobre el fango agrietado de la sala y hacer estrellar su punta de madera contra una de las hojas torcidas de la puerta. Empujé y empujé nuevamente, mientras las embestidas de la quilla comenzaban a abrirse paso torpemente hacia afuera, tal y como lo hace un niño al nacer, ensanchando con su propia cabeza la pelvis de su madre. Pero afuera no me esperaba el frío y aséptico aire del quirófano, sino la húmeda desolación de una llanura anegada. Aunque me ardían las manos y resbalé un par de veces en el lodo, nada detuvo mi deseo de sacar el bote de nuestra sala. Al final las puertas cedieron en su empeño carcelario y mi rostro se enfrentó desnudo a la medianoche.
Interesante el contraste entre la mirada del niño y la de los adultos: Cuando bajaron las aguas, fui el primero en descender las escaleras. [...]Abajo, en la sala, reinaba el suave olor de la tierra removida.[...]Los ruidos usuales de nuestra sala –televisor, teléfono, perro– se encontraban sepultados por la arcilla blanquecina que cubría el suelo; habían sido reemplazados por un distante y sonoro goteo.[...]No me sorprendió la ausencia de monstruos que el agua había dejado.Supuse que o bien no saldrían de sus escondites mientras yo pudiese gritar pidiendo auxilio, o que tal vez la corriente los había arrastrado lejos de casa. Esa idea me pareció a la vez posible y tranquilizadora..[...]Por alguna razón, no compartieron mi sonrisa de alivio. Quedaron boquiabiertos al notar lo vacía que estaba la sala...
Me gusta la relación que se establece con el padre: Le agradecí el gesto tanto o más que las palabras. Su paciencia me resultaba protectora, como si su lucha diaria nos fortaleciera y uniera, a pesar de que yo no jugase en ella sino el papel de un pequeño espectador.
Otra escena que me encanta: Me abrumaba la sensación de querer ir en mil direcciones a la vez, y ante aquella encrucijada interna, me abandoné a lo que los azares del sueño me deparasen. Fue así como desperté, no sé a qué hora, rodeado de nubes marrones dibujadas en el agua. A lo lejos, la oscuridad de la llanura. En mi barco, el tembloroso sabor del pánico...
Y ya no pongo más citas pues, si lo hago, alguien me pedirá que ponga esos tapaditos que tan poco me gustan. Pero sí deciros que voy a documentarme sobre el autor porque igual me animo a leer alguna otra cosa suya.
PD: si alguien sabe dónde puedo comprar el libro de relatos en formato digital que me avise.
Creo que está en kobo, pero ahora no puedo ponerte el enlace. Más tarde lo intento, @jilguero
Edito.
No está este libro en concreto. Esta otro titulado Lo irreparable. Siento la confusión, pero con el móvil no podía acceder bien a la web. También está en amazon: https://www.amazon.es/irreparable-Narra ... telibro-21
Me quedo en que no me gustó. Tal vez la forma de relatar, sí, algo, me transmite emociones, de cierta forma. Pero la historia no, me pareció inconexa, errática, como cuando hace parecer que pasó mucho tiempo y luego sólo una semana o cuando el padre es atento y luego se va. Me deja perpleja.
.. la justa discriminación entre lo que es necesario, lo que no es necesario ni destructivo, y lo que es destructivo — Ursula K. Le Guin
magali escribió: ↑24 Jul 2019 19:39
Creo que está en kobo, pero ahora no puedo ponerte el enlace. Más tarde lo intento, @jilguero
Edito.
No está este libro en concreto. Esta otro titulado Lo irreparable. Siento la confusión, pero con el móvil no podía acceder bien a la web. También está en amazon: https://www.amazon.es/irreparable-Narra ... telibro-21
Gracias, Magali. La sinopsis de Lo irreparable dice: contempla el amor no como un hallazgo o un tesoro personal, sino como una fuerza de la naturaleza: caprichoso, voraz, sobre todo violento. Y eso me echa para atrás. Por eso tenía interés en este otro libro de relatos que me da la sensación es más "amable" dentro de la crudeza de la situación.
Un relato que me ha encantado.
Me ha recordado ese terror psicológico de Lovecraft.
La ambientación a humedad, miedo, enfermedad, tristeza....
Recuerdo al chico que al ver la barca en el salón, la usa para sus juegos y como esta se convierte en el centro principal del relato.
También me encanto como el chico rompe con su vida, con la tristeza de la madre y con todo lo que tiene y decide irse. La metáfora de empujar el barco contra la puerta hasta salir es buenísima.
Y el final, en el que se despierta y ve que esta navegando sin rumbo y de pronto......
Guauuu. Me encanto¡¡¡
Se los recomiendo encarecidamente.
Las cavilaciones de Juan Mute 
Pero sí deciros que voy a documentarme sobre el autor porque igual me animo a leer alguna otra cosa suya. 
El mito de Sísifo / Matilda
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