Talpa, de El Llano en llamas - Juan Rulfo

[Gretogarbo]

Título: Talpa.
Título del volumen en el que se incluye: El Llano en llamas (primera edición, 1953).
Publicación original: Revista América, nº 62, enero de 1950.
Sinopsis: La cuidad de Talpa alberga a la virgen del Rosario y Tanilo Santos desea ir a curarse de la enfermedad que padece y que le abre unas llagas que van comiendo su cuerpo. Natalia, su esposa, y el hermano de Tanilo lo acompañan en este viaje a pie que dura casi un mes.

[jilguero]

¡Qué buena historia, sencilla pero contundente, y qué bien contada! Pero... ¡qué impotencia y qué penita más grande le causa a uno leerla!

Volveré para tratar de dejar aquí algunos jirones de ese duro peregrinaje por El LLano, camino de Talpa, que Rulfo recrea con su prosa; de esa tragedia en la que al final se ha convertido la vida de Tanilo, de Natalia y del hermano de Tanilo: un triángulo como otros muchos y, sin embargo, Rulfo se lo lleva a su llano y lo hace único.

No lo he escuchado, pero como me ha parecido interesante poder escuchar la voz del autor, lo dejo aquí.


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A la hora de seleccionar algún párrafo muestra del tono y contenido de este relato, me parece que los del arranque son tan buenos que para qué buscar ningún otro, nada como los brazos de una madre para cobijar la pena:
Natalia se metió entre los brazos de su madre y lloró largamente allí con un llanto quedito. Era un llanto aguantado por muchos días, guardado hasta ahora que regresamos a Zenzontla y vio a su madre y comenzó a sentirse con ganas de consuelo.

Sin embargo, antes, entre los trabajos de tantos días difíciles, cuando tuvimos que enterrar a Tanilo en un pozo de la tierra de Talpa, sin que nadie nos ayudara, cuando ella y yo, los dos solos, juntamos nuestras fuerzas y nos pusimos a escarbar la sepultura desenterrando los terrones con nuestras manos -dándonos prisa para esconder pronto a Tanilo dentro del pozo y que no siguiera espantando ya a nadie con el olor de su aire lleno de muerte-, entonces no lloró.

Ni después, al regreso, cuando nos vinimos caminando de noche sin conocer el sosiego, andando a tientas como dormidos y pisando con pasos que parecían golpes sobre la sepultura de Tanilo. En ese entonces, Natalia parecía estar endurecida y traer el corazón apretado para no sentirlo bullir dentro de ella. Pero de sus ojos no salió ninguna lágrima.

Vino a llorar hasta aquí, arrimada a su madre...

[Gretogarbo]

Coincido contigo, jilguero. De los que más me han gustado hasta ahora.

Es un relato sobre un tema muy manido: los triángulos sentimentales. Pero, como bien dices, Rulfo lo lleva a un terreno desolador, lo cual le da un aire desgarrador. Y en un ambiente tan poco propicio, es inevitable que al final surjan un remordimiento y un sentimiento de culpa tan profundos en Natalia y su cuñado.

Gracias por regalarnos el relato en la voz del autor. Tan solo he escuchado los primeros dos minutos, pero me ha extrañado que once páginas de relato den para media hora de audición.

[isuhefu]

Magnífico. No digo más, para qué.

Gracias Gretogarbo, eso sí, por abrir todos estos hilos y a los demás foreros por ir enriqueciéndolos.

[Velaluka]

Para mí también es uno de los mejores leídos hasta ahora, te empapa del hedor de esas llagas y de la situación asfixiante de sus personajes.