La calle Amarilla - Veza Canetti

[woki]

La calle Amarilla

En la calle Amarilla del barrio de Leopoldstadt de Viena estaban instalados los comerciantes del cuero, pero también había un estanco muy concurrido, una agencia de empleo de chicas y estaba la sede de la junta de beneficencia, conocida por la hipocresía de sus miembros. Y una tienda de jabones regentada por una señora muy chismosa.

Una parte de estos relatos fueron publicados en el diario obrero Arbeiter Zeitung entre 1932 y 1933. En ellos, con una voz que es a la vez compasiva y mordaz, Veza Canetti recrea las historias de estos pequeños comerciantes, burgueses venidos a menos, mujeres indefensas y niños de mirada inquieta que luchan por sobrevivir durante los difíciles años de la crisis de la Europa Central, años decisivos en los que se preparaba la inminente catástrofe mundial de la década siguiente. Elias Canetti, Premio Nobel de Literatura y marido de Veza, escribió:«Aunque sus relatos parecen dictados por la compasión que despertaban en ella los seres desfavorecidos, son demasiado sobrios e incisivos para considerarlos sentimentales».

Venetiana Taubner-Calderon (Viena, 1897-Londres, 1963) era hija de padre judío húngaro y madre sefardí. Tras la PGM trabajó como profesora de inglés. A los 27 años conoció a Elias Canetti, con el que se casaría en 1934. Con la llegada de los nazis a Viena, perdieron su hogar, por lo que huyeron a París y más tarde a Londres, donde residió el matrimonio hasta el suicidio de ella en 1963. Sus principales obras, La calle Amarilla (1990) y Las tortugas (1999), se publicaron de forma póstuma muchos años después.

Autor: Veza Canetti
Título original: Die gelbe Straße
Año de publicación: 1990 [*]

Editorial: Xórdica
Colección: Envistas
Año de la edición: 2022
ISBN: 978-84-16461-49-3
Páginas: 176
Traducción: Helga Pawlowsky


*Nótese que esta novela de relatos no forma parte de la bibliografía oficial de Veza Canetti, sino que se trata de una antología que reúne en 1990 (tras su fallecimiento en 1963) cinco cuentos interconectados escritos (y publicados de manera serial en prensa) a principios de los 30 por la autora

Ver en Amazon y Casa del Libro

[Yppe]

Pues voy a buscar el libro, me interesa. Y de esta editorial tengo algun libro y me gusta como hacen las cosas.

[Yppe]

Acabo de conseguir el libro, no el la edición de Xórdica que seguro que es estupenda, sino en una de Muchnik de 1990, pero he visto que la traductora es la misma.
Voy a empezarlo en un par de días.

[Aben Razín]

Seguiré tus comentarios, Yppe

He buceado por el catálogo de la biblioteca y no he encontrado nada,

[Yppe]

Seguiré tus comentarios, Yppe

He buceado por el catálogo de la biblioteca y no he encontrado nada,

Pues es de una editorial aragonesa independiente muy buena, Xórdica, una lástima que las bibliotecas de allí (que creo que eres de por allí, no?) no compren todos sus libros, es algo que se debería fomentar, sobretodo en sitios que no son centros editoriales principales como Madrid o Barcelona.

[Aben Razín]

Pues es de una editorial aragonesa independiente muy buena, Xórdica, una lástima que las bibliotecas de allí (que creo que eres de por allí, no?) no compren todos sus libros, es algo que se debería fomentar, sobretodo en sitios que no son centros editoriales principales como Madrid o Barcelona.

Soy de por allí, como dices, y estoy completamente de acuerdo con lo que afirmas de la editorial Xórdica y el error de que algunas bibliotecas -por ejemplo, la de mi ciudad- no tengan estas ediciones,

[magali]

Siempre se puede intentar la desiderata, tanto en libros de papel, como en digitales.

De hecho, a mí en la biblioteca que más uso nunca me han dicho que no.

Perdon por el salirme del tema

[Aben Razín]

Siempre se puede intentar la desiderata, tanto en libros de papel, como en digitales.

A veces, lo he intentado y han comprado la novela que les proponía. Más tarde, con las restricciones, todo eso se fue a pique. Desconozco ahora como está, pero creo que finalmente se hartarían de mí,

[magali]

Siempre se puede intentar la desiderata, tanto en libros de papel, como en digitales.

A veces, lo he intentado y han comprado la novela que les proponía. Más tarde, con las restricciones, todo eso se fue a pique. Desconozco ahora como está, pero creo que finalmente se hartaría de mí,

Siempre puedes intentarlo y, luego tú, controlarte en las peticiones, ¿no?

[Aben Razín]

Siempre puedes intentarlo y, luego tú, controlarte en las peticiones, ¿no?

Con tanto retraso en mi lista de peticiones, ¡no creo!,

[natura]

Voy a empezarlo en un par de días.

A ver qué te parece

Ha sido una de mis lecturas de este verano, y me dejó sentimientos encontrados. Por un lado, la agudeza psicológica de la autora al describir caracteres y situaciones de la comunidad judía de Viena es increíble. Es su mundo, sus creencias, sus vivencias, lo que vuelca en los diferentes relatos. Y lo hace de manera notable, con conocimiento de causa, con cariño, pero sin ñoñerías sentimentaloides.

Y, por otro lado, la reacción que me ha provocado lo que cuenta. ¡Es tan triste a veces! Si el primero, El engendro, es peliagudo (más por el carácter de su protagonista que por sus problemas físicos), el siguiente, El ogro me dejó con una pena… El canal, El tigre y La jaula, son los tres restantes, en los que la comunidad vecinal de la calle Amarilla conforma un conjunto peculiar y cotidiano al que da voz la autora de forma vívida y real.

En una novela de cuentos, como dice la sinopsis, en la que echas un vistazo, breve pero muy detallado, a diferentes vidas y caracteres interrelacionados pero independientes. No hay más acritud que la que te da la vida misma, ni gusto en describir desgracias ajenas, por lo que el resultado es de haber entrevisto un trocito de realidad desde los ojos de una persona que la entiende y quiere contárnosla tal cual, sin adornos pero tampoco con melodramas innecesarios.

El prólogo de Elias Canetti es una gozada.

[Aben Razín]

El prólogo de Elias Canetti es una gozada.

[Yppe]

Me ha parecido muy bueno, bastante duro, cierto, pero me ha gustado. Son cuentos muy interrelacionados entre ellos, pues van apareciendo los mismos vecinos de la calle en todos, aunque cada uno centrándose más en algunos.
Efectivamente El ogro me tuvo con un nudo en el estómago todo el rato, que personaje más despreciable el señor Iger ese. El canal me gustó mucho también, aunque también cuenta una situación muy dura de deseperación de muchas chicas. A pesar de lo poco agradable de todo lo que cuenta me ha gustado mucho como estan escritos estos cuentos y la manera que tiene de pintar a todos esos personajes.

[Aben Razín]

Creo que voy a forzar el préstamo interbibliotecario,