Belleza - Graham Greene

[Sue_Storm]

Y cerramos el mes de los animalitos con una historia perruna, que aunque no es tierna ni sentimental como las anteriores, sí que está llena de humor socarrón y de ironía y suscita reflexiones sobre la condición humana y el valor de la libertad. Su autor, Graham Greene (Berkhamsted, Hertfordshire, 1904-Vevey, Suiza, 1991) es otra de mis grandes debilidades literarias. Este cuento forma parte de las historias de la Costa Azul, escritas por Greene durante sus últimos años en Antibes. Fue publicado originalmente en The Spectator el 15 de marzo de 1963, y luego incluido en la recopilación ¿Puede prestarnos a su marido?
Espero que os guste

[Despinetta]

Cierto.
Lo que se aparenta y lo que se es.
Me reí y me sorprendió... Aunque haya ejemplos palpables en otros ámbitos.

[magali]

Ya estoy preparada

[Arden]

Pues me ha gustado mucho.

Los perros son perros por mucho que los dueños quieran tratarlos como personas. Belleza estaría hasta el ..., de tanto mimo, tanta agua mineral y tanto pienso o lo que le diera de comer, y nada como un buen intestino y revolver la basura en busca de tesoros.

Eso sí, la frase final es acertadísima:

"Hay detalles íntimos que nos impiden sentir compasión. De no haber sido por la horrible cinta anaranjada, sin duda habría sentido alguna piedad por la vieja estéril que clamaba desde el balcón por su irrecuperable Belleza."

Lo de "irrecuperable Belleza", con ese doble sentido estupendo, me ha ganado.

[jilguero]

[Ceinwyn]

¡Menudo final! Me ha encantado cómo aprovecha que el Pisuerga pasa por Valladolid, aunque creo que el motivo de la escritura del resto del cuento era poder soltar tremendo final.

Mientras leía el principio, se me caían dos lagrimones. Mi Roque es un callejero sin pedigree pero... ¿Por qué no es tan manso como Belleza? Luego ya lo he colocado todo y he entendido que, como con la Belleza, la esperanza de un perro a mi antojo es imposible

[jilguero]

Divertido y aleccionador para los que tienen mascotas en casa.

¡Vaya con la ejemplar perrita! Jajaja, como se rezarse por la noche de la compostura diurna.

Lo que no me explico es cómo la dueña no se daba cuenta a su regreso.

[isuhefu]

Ja, ja, ja. Qué bueno, el perrete remilgado y

su vida nocturna oculta.

Me ha resultado divertido y muy curiosa esa animadversión del narrador a la cinta naranja en la frente de la dueña. Se ve que no le molaba.

Curioso que en este cuento ocurra también una

escapada canina.

También la hay en otro cuento que tengo pendiente y que me estaba resultando tan aburrido que pasé a leerlo empezando por el final por si así me resultaba más interesante. Igual es que era muy tarde aquel día.