Cuentos completos - Kafka

[Andromeda]

Fley, es magnífica tu exposición sobre Camino a casa; ahora lo veo claro, gracias.

¿Leemos del 11 al 15 la próxima semana?

[Felicity]

La próxima semana no tocaba del 15 al 20?

[Fley]

Gente que viene a nuestro encuentro habla sobre una sensación que creo que es conocida por todos. Utiliza un ejemplo para hablar de ello (un hombre que corre tras otro, un tipo que parece huir de otro, sin embargo no sabemos quién huye de quién, si está huyendo realmente o si esta jugando nada más, y sobre todo si debiéramos interferir en su huída). Creo que realmente Kafka quiere dar un paso más allá y hablarnos de la relación entre sí mismo y las demás personas que no conoce y le son ajenas. Kafka es constante a la hora de describir en muchos de sus textos, así como en sus diarios, a personajes con los que se cruza o en los que ve algo, pudiendo ser esto simplemente algo que le llama la atención por cualquier razón, o algo susceptiblemente bello para él. Esta última cuestión, la belleza de lo ajeno, es la que más atrae a Kafka. Recuerdo por ejemplo un extracto de Diarios: “La niña con dos pequeñas trencitas, cabeza descubierta, holgado vestidito rojo con topos blancos, piernas y pies desnudos, que cruzó titubeante la calzada a la altura del Teatro Nacional con una cestita en la mano y una cajita en la otra”(página 271) en el que Kafka enaltece la belleza que él considera peculiar y no canónica, siendo un espectador de los personajes con los que se cruza en su vida, sin darles más vida a ellos de la que tienen en realidad, porque eso le haría dejar de ser espectador “Yo, solo yo soy el espectador del patio de butacas” (Diarios página 284). Pero en el texto de Gente que viene a nuestro encuentro le llama la atención ser tan ajeno a una acción que quizá haga suponer que deba dejar de ser ajeno y ser un componente activo en ella. Porque la idea de interferir en la carrera del perseguido (si es verdad que es perseguido) supone abrir una puerta que lleva directamente a la interacción con personajes que para él están a una distancia sideral. No quiere hacerlo e inventa excusas o justificaciones para no entrar a contestar la pregunta de si debe o no intervenir (que si van bebidos, que si van a la cama, etc... incluso duda de si es él quien está cansado y por ello se pregunta si intervenir). Por eso, cuando pasan de largo Kafka se siente tranquilo; “nos alegramos de que ya tampoco veamos al segundo”. Al pasar de largo ambos, el problema desaparece, y esos personajes vivos cuya situación pedían la interacción de Kafka, vuelven a ser personajes lejanos en los que buscar sólo belleza si es que la tienen, sin necesidad de intervenir en sus vidas.

El pasajero. Andrómeda comenta algo que creo que es muy interesante “¿La invisibilidad de su propia persona resulta equiparable a la nítida imagen de la muchacha?”
Creo que Kafka (y me refiero al protagonista siempre como él mismo, si no es el propio autor el que pone nombre a su alter ego) tiene conciencia de su propia persona, sin embargo entiende y asume (“nadie lo reclama para mí(...)es indiferente”) que no es así para con los demás, yendo sin rumbo a ningún sitio, metido en aquél tranvía. Por ello creo que lo que resulta equiparable, en grado totalmente contrario, es el hecho de que la misma chica no sea consciente de sí misma, como lo es Kafka de sí mismo, y que no lo sea tampoco para los demás, pues él como observador (de nuevo el espectador) sí ha reparado en ella. El es el único observador, pues parece que nadie más repara en nadie, o al menos no en él (otra vez “yo , solo yo soy el espectador del patio de butacas”.
Hay algunas imágenes en este texto que me parecen bellísimas y tremendamente evocadoras “Aparece ante mí con tal claridad que me parece haberla tocado”, “Su oreja pequeña queda pegada a la cabeza; no obstante, como estoy cerca, puedo ver la parte trasera del lóbulo y la sombra en la raíz”.

Para meditación de los jinetes, me parece muy interesante lo que comentan Andrómeda y sobre todo Ororo. Me parece un punto de vista muy a tener en cuenta. También creo que este texto es un ejemplo más de la personalidad de Kafka, huyendo de los excesos en cualquier sentido de su vida. Se negaba a publicar artículos o cuentos a pesar de que se lo ofrecían constantemente. La fama era una consecuencia con la que no sabría lidiar. Así como ser punto de mira de opiniones y tener que verse en la vicisitud de dar explicaciones por cosas que sólo tenían cabida en su mente y por las que no tenía porque darlas (ni, posiblemente, sabría darlas). Creo que aquí queda reflejado su afán por no “mojarse”, y seguir siendo un paseante que tiene la fortuna de no desear ser el primero por las consecuencias que conlleva y el remordimiento que vendría después (o que al menos le vendría a alguien con una personalidad como la de Kafka).

Esta semana tocaba del 11 al 15, ¿No? Aunque creo que como son algo más largos, podríamos leer hasta el trece, y comentarlos tranquilamente. Los primeros los hemos metido de una tacada porque apenas ocupaban párrafos, pero ya empiezan a ser varias páginas. Además, ¿el día 15 no teníamos la condena?

[Andromeda]

Por ello creo que lo que resulta equiparable, en grado totalmente contrario, es el hecho de que la misma chica no sea consciente de sí misma, como lo es Kafka de sí mismo, y que no lo sea tampoco para los demás, pues él como observador (de nuevo el espectador) sí ha reparado en ella. El es el único observador, pues parece que nadie más repara en nadie, o al menos no en él (otra vez “yo , solo yo soy el espectador del patio de butacas”.

Entiendo lo que dices pero, ¿cómo puede saber Kafka que la chica no es consciente de sí misma sólo porque no lo expresa?
Me refería a la invisibilidad no en el sentido de que a Kafka le falte conciencia sobre sí mismo, sino porque nadie se fijará en él: la gente pasará de largo, sumida en la indiferencia. De hecho, Kafka me parece muy consciente, ya que alude a la inseguridad que le invade.
El contraste entre lo que percibe y su propia sensación de invisibilidad de cara al exterior es lo que me sugirió el relato.

No he visto a Maider por el foro, Fley, creo que La condena puede esperar.
Estoy de acuerdo con leer del 11 al 13.
Fely, vas que vueeeeeeeeeeeeeeelas

[Ororo]

Qué bien lo explicas, Fley.
Lo clave: el espectador del patio de butacas y huir del exceso y la fama.
Vamos a acabar conociéndole como si lo tuviéramos al lado

[Fley]

Por ello creo que lo que resulta equiparable, en grado totalmente contrario, es el hecho de que la misma chica no sea consciente de sí misma, como lo es Kafka de sí mismo, y que no lo sea tampoco para los demás, pues él como observador (de nuevo el espectador) sí ha reparado en ella. El es el único observador, pues parece que nadie más repara en nadie, o al menos no en él (otra vez “yo , solo yo soy el espectador del patio de butacas”.

Entiendo lo que dices pero, ¿cómo puede saber Kafka que la chica no es consciente de sí misma sólo porque no lo expresa?
Me refería a la invisibilidad no en el sentido de que a Kafka le falte conciencia sobre sí mismo, sino porque nadie se fijará en él: la gente pasará de largo, sumida en la indiferencia. De hecho, Kafka me parece muy consciente, ya que alude a la inseguridad que le invade.
El contraste entre lo que percibe y su propia sensación de invisibilidad de cara al exterior es lo que me sugirió el relato.


No he visto a Maider por el foro, Fley, creo que La condena puede esperar.
Estoy de acuerdo con leer del 11 al 13.
Fely, vas que vueeeeeeeeeeeeeeelas

Tienes razón. Pero no creo que Kafka sepa que la chica no es conciente de sí misma en el grado en el que él sí que es conciete de ella. Creo que por eso dice "¿Cómo es posible que no quede maravillada ante sí misma, que permanezca con la boca cerrada y no diga nada que exprese su asombro?".

Sobre la condena, esperamos que aparezca Maider entonces
Fely tiene ganas a los cuentos, que los compró hace años y estaban pidiéndole a gritos ser leídos.

[Andromeda]

Sí, es cierto, no se sugiere que estén en el mismo nivel de conciencia de sí mismos y de los demás; sólo se muestra la percepción de Kafka.

[Brontte]

Me pongo al día esta semana, que llevo una temporada supervagota.

[Felicity]

Yo esta semana no puedo leer nada.
Que tengo el libro en el pueblo y esta semana no voy...

[Andromeda]

¿Leemos del 11 al 13 la próxima semana?
El caso es disfrutar sin agobiarnos.

[Brontte]

"Gente que viene a nuestro encuentro", "El pasajero" y "Para meditación de los jinetes".
Coincido con vuestras opiniones, he agrupado los tres cuentos en un único comentario porque los tres me sugieren lo mismo. Kafka, protagonista a su pesar de toda su obra, (al menos de la que yo llevo leída) se convierte siempre en un mero espectador, hasta el punto de considerar que sólo él es capaz de contemplar el exterior, los demás actúan como en un teatro y sólo él observa, ni siquiera la muchacha del tranvía es consciente de sí misma.
Igualmente en el cuento de los jinetes, Kafka se enfrenta a un reto, ganar, ¿ser reconocido por lo que escribe? y una vez planteado prefiere no tener reconocimiento, busca un montón de excusas para seguir en la sombra, siendo mero espectador. Quizá por eso dejó escrito que su obra no fuera publicada, ¿no es así, Fley?
Veo que más o menos casi todos acabamos encontrando un mismo sentido a las historias, y sigo con atención vuestros comentarios, Ororo, Andrómeda, Feli y Fley. A ver si voy leyendo un poco más a vuestro ritmo.

[Ororo]

A ver si esta semana que viene tenemos todos tiempo y comentamos del 11 al 13

[Andromeda]

No he leído nada pero espero ponerme las pilas a partir de mañana.

[Felicity]

Bueno pues cuando digáis seguimos ¿eh?

Yo voy por el 20 ya...

[Fley]

Venga si quereis leemos los dos siguientes, para que no sea tanto por comentar y sigamos a un ritmo parecido. Los comento a partir del Martes que es cuando estoy en casa.