Yo me imagino a mi amiga cuando le hablo de la calabaza-mate pensando: ¿calabaza? ¿mate? ¿está loca?.
Ayyyyyy, mal mal mal, todo lo hice mal. Primero que herví el agua hasta el punto de ebullición, es decir, hasta que casi me explota el hervidor. En el mate (mi calabaza de cerámica preciosa) eché dos cucharaditas pequeñas de mate (yerba), o sea...muy poquito. Después metí la burbuja, me vine al salón y pregunté: ¿Quién lo prueba primero? y me dicen ¿Eso no está muy caliente? y yo...anfitriona preparada y experta donde las haya les dije: nono...alli se toma asi. Todo iba sobre ruedas hasta que oí un grito, mi primera víctima se quemó la lengua
Lo dejamos reposar un buen rato y cuando templó y lo probé me sabía demasiado amargo, aunque no me disgustó, pero acostumbrada a tomar infusiones sin azúcar, me extrañó que yo misma les dijera: hay que añadir un poco de azúcar, está demasiado amargo. Después de añadirle dos cucharadas de azúcar y estar tibio ya lo tomamos. Igualmente estaba amargo, aunque no tanto. A mi no me disgustó.
Cuando lo terminamos volví a hervir agua hasta que salieron burbujas
y lo añadí a las yerbas (viste, ya digo yerbas) anteriores, vuelvo al salón y les digo: ya está...quién lo quiere probar primero? Nadie contestó
. Mi amigo lengua-quemada me dijo que él no lo va a probar nunca más a menos que esté frio.
Volvimos a dejarlo reposar porque era imposible tomarlo tan caliente, ni podíamos coger el recipiente, o sea el mate (ya me aclaré) y después de tomar este segundo mate, tiré todo, ni idea tenía de lo de el lavado de yerbas.
Me ha gustado la idea del tereré y tengo que volver a leer con calma los post que habéis puesto y esta tarde volveré a hacerlo, pero esta vez y gracias a vuestras instrucciones, espero hacerlo bien.
Muchísimas gracias por vuestros consejos
me están viniendo fenomenal. Os contaré como me ha quedado el siguiente mate (que fijo lo tomaré yo sola).