La marquesa de O... y otros cuentos, Heinrich von Kleist

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# ISBN 13: 978-84-206-5904-6

Considerado una de las máximas figuras del romanticismo alemán, la biografía de Heinrich von Kleist (1777-1811) hubiera podido servir de argumento para alguno de sus cuentos crueles y sarcásticos, en los que las normas de la razón y la moral tradicional tropiezan con los imponderables de la locura y el azar. Su atormentada figura –su destino romántico, sus impulsos hacia la autodestrucción– y su obra constituyen elementos fundacionales de la corriente que, rompiendo con la serenidad, optimismo y confianza en el progreso que caracterizaron al Siglo de las Luces, daría entrada en la literatura a las pasiones y sentimientos desenfrenados e irracionales, a las fuerzas maléficas que operan en el fondo del alma humana. La marquesa de O... y otros cuentos –prologados y traducidos por Carmen Bravo Villasante– incluye, además del relato que da título al libro, narraciones tan admirables como «El terremoto de Chile», «Los desposorios en Santo Domingo», «La mendiga de Locarno», «El expósito», «Santa Cecilia o el poder de la música» y «El desafío».
Agapea

[madison]

Tengo en casa El terremoto de Chile, lo cojo y lo dejo, lo cojo y lo dejo...

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Madison, yo en cuanto vaya terminando los libros que tengo empezados, me pondré con Kleist; quiero leer toda su narrativa. Siento fascinación por este hombre.
Qué te pasa con El terremoto de Chile, ¿no te gusta?

[madison]

Sí, si creo que debe ser fantástico, pero por una cosa u otra creo que no es el momento.
Lo compré con mucha ilusión, porque además la literatura alemana me gusta mucho, al menos la que he leido hasta el momento.

[1452]

Ah. Pues si quieres apuntarte conmigo cuando lo lea, ya sabes

[madison]

Claro!!! encantada. También tengo otro pendiente, lo digo por si quieres echar un vistazo al hilo, se llama Abdias también de autor aleman (si no me falla la memoria).

[1452]

Ostras, este de Abdías es pelín bíblico, ¿no?
He visto otro de este mismo autor que me ha llamado la atención, El sendero en el bosque, ¿lo has leído?

"La marquesa de O... "
Percibo algo de sarcasmo acerca del dogma cristiano de la inmaculada concepción y no le falta razón a Kleist para ello.
¡Vaya con el caballero!

Me parece absolutamente degradante que una violación se “pague” con una boda… no salgo de mi asombro. ¡A eso venía tanta prisa! Cosa que no se explicaba nadie.

"El terremoto de Chile"
Me ha parecido una historia durísima sobre los juicios de las personas, ya sea por sus creencias, por la sociedad en la que viven, por su educación, etc.
Lo primero que se me ha venido a la cabeza mientras leía el relato es, ¿quién es nadie para decirle a otro lo que debe hacer o no, o para castigarle por ello, siempre y cuando el individuo actúe en base a su libertad y sin menoscabar la de otro ni sus derechos?
Es impactante leer cómo esa turba enloquecida e ignorante cree estar haciendo justicia, pero ¿la justicia de quién?

"Los desposorios en Santo Domingo”"
Una historia sobre la confianza. Kleist está bastante acertado, en algo de lo que yo intuyo que quiere transmitir: cuando pierdes la confianza en alguien, ¿cómo pueden mantener los restantes sentimientos intactos?

"La pordiosera de Locarno"
La justicia de la vida, que a veces se viste de ironía.

"El expósito"
Tiene mucho tema este relato…
Lo más importante es la reflexión sobre las decisiones que tomamos, aunque éstas sean caritativas pueden volverse en nuestra contra de una manera que no podemos ni siquiera llegar a imaginar; no le falta razón a Kleist.
Después está toda la lucha de Piachi contra la ley (que más que ley diría que es religión) para morir de la manera en la que él quiere, una vez su “hijo” ha conseguido todo lo que ha querido con la ayuda de monjes y obispos, los mismos que quieren que Piachi obtenga la redención, ¿redención? ¿No ha sido con ayuda de ellos que se ha llegado a la nefasta situación que se ha llegado?
Y no menos importante, la “relación” de Elvira con su pasado, que creo que es otro detalle más para que veamos qué tipo de hombre es Piachi, si es que no queda claro al principio cuando su hijo muere a causa de Nicolo y aún así lo adopta y lo hace su “hijo”.
Es uno de los mejores relatos de Kleist, tiene una profundidad y tal cantidad de puntos para la reflexión…

"Santa Cecilia o el poder de la música"
Me gusta este relato por su ambivalencia; al final no sabes si fue Santa Cecilia o el poder de la música. Un relato bien cerrado con un final abierto que te da dos opciones.

"El desafío"
¿Cómo se puede hacer de duelo, ley y Dios una sola cosa? Asombroso y terrible. Esperar que en un duelo gane siempre aquel que es sincero es un poco ingenuo, me parece a mí. Es como esperar que en un juicio gane siempre aquel de parte del que está la verdad.


Me ha gustado mucho el estilo de Kleist, y el tema presente en todos, o casi todos, porque en "Los desposorios en Santo Domingo" el tema central es la confianza, sus relatos: la justicia, de una u otra manera.

[nosequé]

Estoy con el, ya os contaré

[madison]

Me ha gustado mucho el estilo de Kleist, y el tema presente en todos, o casi todos, porque en "Los desposorios en Santo Domingo" el tema central es la confianza, sus relatos: la justicia, de una u otra manera.

Estoy de acuerdo Mil, aunque su justicia no siempre es acertada, pero él está tan convencido que da igual por encima de quien tenga que pasar por llevar a cabo su propósito.

El militar tiene guasa,

salva a la marquesa de sus agresores y se la arregla para él, me pregunto...¿recapacitó tras el hecho y su arrepentimineto fué real? ¿le dolñia tanto la conciencia?

Noseque, ya verás como a ti te suena a pitorreo tanta historia

lo siento, pero es que despues de las opinones de tus lecturas

es broma!!!!!!!!!!

[nosequé]

Me parece todo una coña. La marquesa que no sepa como ha sido ni quién, es surrealista.
El anuncio en un periódico que hace la señora es muy divertido, y la contestación de traca.
Los padres como la tarara, ahora sí y después no.
Lo que si es, un autor demasiado moderno para el siglo 19.

El terremoto de Chile, me ha recordando a esos dramas operísticos a poco más muere hasta el director. La hipocresía es lo que siempre gana, no sé como se las arregla.
Y el pueblo como les gusta los “circos romanos”. Bueno ahora tenemos “las salsas rosas y tomates” que es lo mismo, bueno casi……somos civilizados y no les cortamos las cabezas.
Seguiré con los otros cuentos.

[madison]

noseque, imaginaba mas o menos que tu comentario iría por ahí. Tienes razón, hay gente que hacer ver que no se enteran, pero se les ve el plumerillo

[nosequé]

La mendiga de Locarno, es un típico relato de fantasmas de la época. No le he encontrado ninguna gracia. Bien escrito y chiquitito

Los desposorios de Santo Domingo, es otro relato de amores imposibles y matanzas a diestro y siniestro. Engaños que no son tales y venganzas que se tornan castigos
Me imagino que todo del agrado de los lectores del siglo 19

Entretenidos y cortitos

[Dean Moriarty]

Decidí leer a Kleist porque las sinopsis que leía de sus cuentos prometían, y mucho, y porque la propia vida del autor es fascinante, pero me ha decepcionado totalmente (y no soy el único, como he podido comprobar).
No sé dónde leí que a la Marquesa la fecunda el mismísimo dios Júpiter y bla bla bla... nada de eso. Me he encontrado con un texto aburridísimo y en algunos momentos realmente ridículo.
Luego fui a leer Michael Kolhaas, porque Kafka lo leía con auténtico temor de Dios y Thomas Mann bla bla... aguanté treinta págs. Puede que me hubiese gustado pero no podía quitarme el mal sabor de boca del primer cuento y me irritaba pensar que me quedaban ciento cuarenta páginas que quizá no me gustarían.
Estaba claro: no me gustaba Kleist, pero me dije: voy a probar con uno corto, a ver si me gana por k.o., como decía Hemingway... Tampoco, La mendiga de Locarno es tan breve como olvidable.
Yo qué sé, uno menos.

[SISÍFO]

Creía que escribí mi impresión cuando me animé a leerlo. No me gustó NADA. No merece la pena según mi impresión su lectura. Ahora no puedo dar más detalles, ya que lo leí hace ya un tiempo. Lo que aún perdura en mí es la profunda decepción que me llevé.