Esa metáfora final de la separación entre ambos es preciosa. El distanciamiento entre las dos personas simbolizado por las filas de coches que avanzan a ritmos distintos es tan buena!carmenneke escribió:Solamente en este contexto es posible el amor entre la chica del Dauphine y el ingeniero. Cuando los coches se vuelven a poner en marcha, al principio todavía pueden unir las manos. Pero entonces el ingeniero empieza a pensar en París, en la civilización, en duchas, sábanas, restaurantes... Y cuanto más piensa en ello, mayor distancia se va creando entre los dos, hasta acabar perdiéndola por completo de vista. No, yo no creo que se vayan a encontrar de nuevo en París, e incluso si lo hacen, ya no será lo mismo.
Al final, sólo queda "seguir hacia delante", dejar de estar detenidos en el tiempo y el espacio para seguir viviendo después de ese lapsus.
El final sí que tiene esa magia cortazariana.