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El italiano Italo Calvino (1923-1985) reunió bajo el título de La gran bonanza de las Antillas un heterogéneo conjunto de relatos breves, entrevistas imaginarias, apólogos... muestra de su deslumbrante imaginación y su mordaz ironía. A esta colección pertenece La decapitación de los jefes, el relato que comentaremos en miniclub a partir del viernes 22 de marzo, aquí, en este hilo
(Ilustración: Perseo de Cellini)
"Cualquier situación puede volverse del revés en un minuto. Eso es la vida".
Carmen Martín Gaite, Caperucita en Manhattan
Después de un arranque casi "festivo" y en el que juega con sacarte una sonrisa leyendo las discursiones/explicaciones de los parroquianos ante el forastero narrador, Calvino va oscureciendo esos esbozos de tramas para llegar al último "apunte", el que remata con un párrafo estremecedor en el que narra cómo
van mutilando poco a poco a los futuros gobernantes. La imagen final es fuerte: ...vemos desfilar por las calles embanderadas el día de la entronización: arrancando con la pierna de madera quien tenga todavía una pierna entera; o empujando la silla de ruedas con un brazo quien tenga todavía un brazo para empujarla, las caras ocultas por máscaras emplumadas para esconder las escarnaduras más repugnantes a la vista, algunos ostentando el propio escalpo como un trofeo. en ese momento estará claro que sólo en ese mínimo de carne que les queda podrá encarnarse el poder, si es que para entonces el poder todavía existe.
Feroz crítica al poder corruptor, mucha desilusión de fondo y considerable mala leche se destila en estos "embriones" de cuento que te dejan con esa primera sonrisa helada al llegar al final. Lo peor es que, dada la crispada situación actual de nuestro día a día, esas tétricas ideas pueden llegar a parecernos una de las soluciones más coherentes
Con el comentario que has hecho de estos cuentos de Italo Calvino, me has hecho reflexionar de una manera profunda, además me recuerdas, para vergüenza mía, que aún no he leído nada de este autor y que tengo una deuda lectora que no puedo demorar más
Aben
Calvino es uno de mis autores favoritos de toda la vida, tengo practicamente toda su bibliografía, y alguno lo sigo releyendo cada tanto. Me alucina su imaginación, sus atinadas críticas, su prosa tan poética en determinados momentos... Vamos, que vergüenza no te dé, pero te aconsejo su lectura si encuentras un hueco porque no creo que te arrepientas .
natura escribió:Aben
Calvino es uno de mis autores favoritos de toda la vida, tengo practicamente toda su bibliografía, y alguno lo sigo releyendo cada tanto. Me alucina su imaginación, sus atinadas críticas, su prosa tan poética en determinados momentos... Vamos, que vergüenza no te dé, pero te aconsejo su lectura si encuentras un hueco porque no creo que te arrepientas .
¡Muchas gracias, natura!
Aprovecho la ocasión: ¿cuál me recomendarías para empezar? -en mi caso, nunca mejor dicho-
Acabo de acordarme que, en la biblioteca de mi casa, tengo en la edición de El País en la colección de Clásicos de la Literatura Universal la obra El barón rampante
Es un buen comienzo Aben, la Trilogía de nuestros antepasados: El vizconde demediado, El barón rampante y El caballero inexistente . Son independientes, no tienes porqué leerlos en orden ni los tres, y justo El barón la escribió en plena decepción de su ideología comunista.
Casi si nos pasamos al hilo del autor, dejamos los off-topic de este y Ezmo también deja sus recomendaciones viewtopic.php?t=26287
natura escribió:Es un buen comienzo Aben, la Trilogía de nuestros antepasados: El vizconde demediado, El barón rampante y El caballero inexistente . Son independientes, no tienes porqué leerlos en orden ni los tres, y justo El barón la escribió en plena decepción de su ideología comunista.
Casi si nos pasamos al hilo del autor, dejamos los off-topic de este y Ezmo también deja sus recomendaciones viewtopic.php?t=26287
Es un humor más que negro, a mí este cuento, más que hacerme gracia, me ha inspirado terror, los pelos de punta, escalofríos, qué barbaridad No obstante, la denuncia a las ansias de poder y a la corrupción queda clara y se propone un sistema utópico, idealista aunque truculento: la autoridad es necesaria y se ejerce, pero exige un sacrificio, una contraprestación, no importa que se haya sido apto, el mandato tiene un límite de duración y una vez cumplido los jefes deben someterse y dejar paso a otros. Una solución para evitar precisamente que se corrompan.
Por cierto, según el primer comentario de este hilo, he encontrado en el catálogo de la biblioteca esta edición:
La gran bonanza de las Antillas, Tusquets, Barcelona 1993.
Traducción de Aurora Bernárdez. Segunda edición en la Colección: Andanzas, nº 190 y 321 páginas. El ISBN es 978-847223679X.
Uffff, no le he visto el humor por ningún lado (quizá del último capítulo con la descripción de los miembros que podían ser amputados, podría decir que hay ciertas pinceladas de humor negro oscuro). Si que he visto la denuncia de la corrupción que parece estar estrechamente unida al poder (y más en los tiempos que corren). Es un relato muy exagerado, concebido para llamar la atención de lo que denuncia y desde luego que lo logra. Nadie puede quedar indiferente ante lo que nos cuenta.
A ver, que tampoco es que yo me haya partido de risa. La verdad es que lo he tomado tal y como advierte Calvino en la Nota que encabeza el cuento: "Cada uno de los capítulos que ahora presento podría ser el comienzo de un libro diferente; la numeración que llevan no implica una sucesión". Como partes separadas, la primera me ha parecido con un toque de humor negro bastante acusado:
la idea de "fiesta", con todos los preparativos, los comentarios de los parroquianos...
Todo eso desemboca en las líneas finales con el comentario del barman sobre la
resignación de los nuevos gobernantes a su destino, con el planteamiento que ha ido desarrollando sobre que la decapitación periódica de los dirigentes es la única forma posible de gobierno civilizado
Vamos, que de gracia queda ninguna. Pero sí que veo que parte de una exposición como más "ligera" para acabar con una amargura muy cruda.
Si, a mi se me ha quedado la sonrisa congelada (si es que tenía alguna, ya digo) cuando han dicho que el hombre de las gafas
era uno de los nuevos dirigentes, juer....
Aunque no estaría de más publicar este relato en los twitter o faces o lo que sea de nuestros muy estimados dirigentes. Para que les sirva de recuerdo y aviso de que lo suyo es temporal y nunca se sabe...