¿Cuánto se tarda en hacer una novela?

[Casaubon]

Me llama la atención que hayáis hablado principalmente del estilo. Entiendo que es importante, pues resulta mucho más agradable leer una novela bien escrita, compuesta con un lenguaje fluido y rico, que una en la que las frases parecen enlazadas a martillazos y en la que abundan palabras multiuso que carecen de la precisión suficiente para conseguir que el lector evoque un sentimiento o una imagen. Sin embargo, creo que el estilo no es lo más importante de una novela, ni mucho menos lo que define al buen escritor. Hay quienes se esfuerzan por redactar con "prosa galana", cuidando el ritmo y la sonoridad, pero se olvidan por completo de ambientar lo que están narrando. He leído unas cuantas novelas, alabadas por la crítica y el público, en las que estilo y narración se distribuyen como el agua y el aceite: el uno siempre por encima de la otra, sin mezclarse y complementarse en ningún momento, incluso destruyendo el estilo hasta el menor brote de ambientación. En mi opinión, ésas son malas novelas. Por eso, en lugar de centrar mi atención en el estilo de los autores que leo, me fijo mucho más en cómo expresan la realidad ficticia que la novela recrea: en qué detallan, qué sugieren y qué eluden; en la perspectiva; en el ritmo de la escena (no de la prosa)... Todo ello, en mi opinión, es mucho más importante que la belleza del estilo, pues es lo que sirve para lograr que el lector perciba las sensaciones subjetivas que dan vida a cada pasaje.

Los que dices en cuanto a la estructura de la novela es importante, claro está. Pero yo considero que, lo que se conviene en llamar estilo, sobrepasa en importancia a la trama. Y me explico: todo estilo es ideológico. Creo que fue Sartre quien dijo que un escritor no se caracteriza por lo que dice, sino por cómo lo dice. La forma no es caprichosa y mucho menos ingenua: solo a través de los significantes podemos crear un sentido. Tampoco me parece que el estilo sea «lo bello», sino la visión particular de la ficción a través del lenguaje, la fuerza de la narración. Uno lee a Kafka y le parece que esa prosa transparente, tranquila, "no dice nada", cuando en realidad dice mucho: esa asepcia textual no es sino la representación misma del un prolijo absurdo.

[Cronopio77]

Es que "forma" no es sinónimo de "estilo". La forma incluye el estilo y otros muchos elementos narrativos.

El estilo se refiere exclusivamente al registro idiomático; la forma va mucho más allá. Y, en mi opinión, tiende a exagerarse la importancia del estilo al mismo tiempo que se subestima la del resto de los elementos narrativos que componen la forma, que considero más importantes. Imaginemos, como ejemplo, que el protagonista de una novela acaba de quedarse completamente a oscuras en un portal tétrico y desconocido, al que ha llegado siguiendo a alguien. Si lo que quiere el escritor es que el lector perciba el miedo y la indefensión que embargan al protagonista, es mucho más importante que cuide qué es lo que cuenta, que el ritmo de la prosa utilizada para ello. Una tal escena en la que el autor exhibe su virtuosismo lingüístico proporcionando todo tipo de detalles sobre el entorno en el que se encuentra en protagonista (la distribución de las puertas, el número de buzones, la amplitud del portal...) está condenada a resultar mucho menos intensa e impactante que otra con la misma trama y redactada con una prosa de peor calidad, pero narrada desde una perspectiva mucho mejor escogida: por ejemplo, a base de trazar breves pinceladas inquietantes sobre lo que sucede durante el apagón (un ruido irreconocible, una luz que se enciende por debajo de la puerta, el estremecimiento del protagonista al sentir la humedad de una pared...).

Es en esto último en lo que suelo fijarme cuando leo; también sobre lo que más he aprendido desde que empecé a escribir. Por eso hay veces en las que se me enciende la bombillita a mitad de una lectura y me digo: "ya sé cómo escribir la escena con la que llevo semanas peleándome". El estilo también me interesa y me atrae, pero mucho menos.

[Oj0 Poderoso]

Veo muy acertada la forma en que explicas los elementos necesarios para dar la ambientación apropiada a una novela, Cronopio77. El ejemplo es muy bueno. Yo en muchas ocasiones he descubierto autores con una prosa perfecta y muy bien sincronizada, que sin embargo pecan de describir y meter palabrejas cultas en exceso.

Supongo que tu interés por la importancia del entorno queda reflejada en tu novela, que incluye diferentes puntos de vista, si mal no recuerdo tan originales como artículos en periódicos y demás(no la he leído, algún día caerá). Personalmente suelo agradecer mucho la originalidad en estos casos.

Mi novela, cuya prosa es bastante abstracta (es una obra de humor, se supone... ) incluye también bastantes "experimentos" en cuanto a la forma de expresarse. Intento cambiar la forma de narrar según el estado de los héroes. Influidos por alcohol, el propio narrador olvida detalles, dando una ambientación bastante inexacta, que intenta reflejar el estado de los héroes. Imaginaros que pasa cuando encuentran dos medianos fumando "hierba mediana" en el campo ^^.

[Cronopio77]

Suena muy interesante, Ojo Poderoso. Avísame cuando pueda conseguir un ejemplar.

[Casaubon]

Es que "forma" no es sinónimo de "estilo". La forma incluye el estilo y otros muchos elementos narrativos.

El estilo se refiere exclusivamente al registro idiomático; la forma va mucho más allá. Y, en mi opinión, tiende a exagerarse la importancia del estilo al mismo tiempo que se subestima la del resto de los elementos narrativos que componen la forma, que considero más importantes. Imaginemos, como ejemplo, que el protagonista de una novela acaba de quedarse completamente a oscuras en un portal tétrico y desconocido, al que ha llegado siguiendo a alguien. Si lo que quiere el escritor es que el lector perciba el miedo y la indefensión que embargan al protagonista, es mucho más importante que cuide qué es lo que cuenta, que el ritmo de la prosa utilizada para ello. Una tal escena en la que el autor exhibe su virtuosismo lingüístico proporcionando todo tipo de detalles sobre el entorno en el que se encuentra en protagonista (la distribución de las puertas, el número de buzones, la amplitud del portal...) está condenada a resultar mucho menos intensa e impactante que otra con la misma trama y redactada con una prosa de peor calidad, pero narrada desde una perspectiva mucho mejor escogida: por ejemplo, a base de trazar breves pinceladas inquietantes sobre lo que sucede durante el apagón (un ruido irreconocible, una luz que se enciende por debajo de la puerta, el estremecimiento del protagonista al sentir la humedad de una pared...).

Es en esto último en lo que suelo fijarme cuando leo; también sobre lo que más he aprendido desde que empecé a escribir. Por eso hay veces en las que se me enciende la bombillita a mitad de una lectura y me digo: "ya sé cómo escribir la escena con la que llevo semanas peleándome". El estilo también me interesa y me atrae, pero mucho menos.

Jeje, bueno, nunca vamos a conciliar en esto: son ideologías poéticas y está muy bien.

[sergio88]

Movido.

[Hybris]

Pues yo llevo cinco años pensando y repensando, y todavía me quedará la mitad por escribir... también es cierto que es un proyecto compartido con una amiga y eso cuando la otra persona no tiene la suficiente motivación es un handicap tremendo, aunque también puede servir de empujón para las ganas de continuar escribiendo. En fin... que la duración es indefinida, por ejemplo leí por ahí que el autor de "El nombre del viento" había tardado siete años en escribir su libro y después siete años tardó en verlo publicado. En una palabra: paciencia.