Lo raro es vivir - Carmen Martín Gaite
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Re: Lo raro es vivir - Carmen Martín Gaite
Es un libro curioso Hasta ahora sólo le pongo un pero: lo forzado de alguno de sus diálogos. Por lo demás está siendo una lectura muy satisfactoria
Babel, ¿no has visto El corazón del ángel?
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Re: Lo raro es vivir - Carmen Martín Gaite
Os voy leyendo y cada vez me llama más la atención a pesar de que la trama, a primera vista, no me llamaba tanto .
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- Babel
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Re: Lo raro es vivir - Carmen Martín Gaite
No he visto esa peli, Gabo. ¿La recomiendas?
Re: Lo raro es vivir - Carmen Martín Gaite
A mí me gustó. Por este foro no hay término medio: o encanta o se detesta. Yo digo que me gustó y que tiene algún momento interesante. Te dejo el enlace a una página de cine. Cada uno con lo suyo http://www.filmaffinity.com/es/film656487.html
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Re: Lo raro es vivir - Carmen Martín Gaite
Gabo te ha puesto un link, y yo te pongo el link de la peli en el forito, Babelilla: viewtopic.php?f=42&t=9825&st=0&sk=t&sd=a Aunque hay pocos comentarios.
Yo la vi hace mucho tiempo y casi no recuerdo nada, bueno si, pero solo por encima y creo que tampoco me gustó demasiado.
Yo la vi hace mucho tiempo y casi no recuerdo nada, bueno si, pero solo por encima y creo que tampoco me gustó demasiado.
- Babel
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Re: Lo raro es vivir - Carmen Martín Gaite
Gracias chicos. Hay un poquito de todo en esto de las opiniones, más razón para verla y tener la mía propia.
- Andromeda
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Re: Lo raro es vivir - Carmen Martín Gaite
Gracias por los enlaces Gabo, coincido con CMG en el gusto por la música de Sade (no recuerdo haber leído el título de la canción ), y la película de Robert de Niro creo que no la he visto pero curiosamente me viene a la mente ese video como un déjà vu, quizá tú mismo me lo pusiste en alguna otra ocasión.
Me impresionó la parte de la comunicación: los balbuceos que otros perciben ante nuestros intentos por darnos a entender y los procesos tan complicados que tienen lugar en la mente de cada uno. Hay cosas que son prácticamente imposibles de transmitir.
La intertextualidad es uno de los elementos principales de esta obra y se puede observar a través del cine, la música y ciertas obras literarias que tienen que ver con cuestiones filosóficas que atañen a la protagonista.
La muerte de su madre se erige en una especie de figura totémica a partir de la cual giran sus alucinantes recuerdos y divagaciones. Ella misma aclara que no encuentra un sitio de anclaje, su mente transita los parajes oscuros que parecen haberse acentuado en tiempos recientes y esta fuga de la realidad se nutre de varios aspectos que tienen que ver con las mentiras que ya habías mencionado, con la recreación de otros mundos y con rememoraciones que hacen de la trama un vaivén de planos temporales.
La temática que se desprende de lo ocurrido a su madre es la rareza del vivir. Es como si tantas preguntas acerca del paradero de ésta la llevasen a cuestionarse una y otra vez sobre la vida y la muerte, imaginando al mas allá "como una especie de inmenso almacén aglomerado y escabroso", un lugar más infernal que paradisiaco del que ya nadie podrá dar cuenta y razón. Las posibles anécdotas del inframundo quedarán celosamente guardadas por los muertos para desazón de los que todavía deambulan por la tierra.
El tiempo es otro punto interesante porque además de que la escritora lo maneja a su antojo, ejemplifica muy bien el hecho de que va pasando a ritmos distintos a cada momento de acuerdo al quehacer individual.
En la última parte del capítulo IX surge un tópico apasionante: el de los vicios heredados que en este caso se reflejan en un espejo que la protagonista se ha esforzado en romper. La imagen se distorsiona al no poder librarse de las influencias familiares: desde pequeña el espejo ha evidenciado realidades desvelando sombras y gestos siniestros, la mentira o la verdad en forma sofocante. Relaciones humanas demasiado complejas y enrarecidas.
"Pero qué difícil es buscar la propia ración de aire, aguantar el aire libre cuando te has aficionado a los paños calientes, abandonar la cueva sin rencor y sin daño, resignarse a olvidar lo que no se ha entendido."
Gabo querido, no voy a poder avanzar mucho este finde.
Creo que al menos hasta el momento no hemos leído el nombre de la protagonista. Qué buena explicación/interpretción esta que haces, Gabo, no se me hubiera ocurrido relacionar las mieles de esa apertura con la existencia un tanto carente de sentido que a todos nos depara si no nos esforzamos por lo contrario en forma sostenida.Gabo escribió:Tuve que leer hasta el VII para darme cuenta de que en esta novela Martín Gaite retrata aquellos que fueron jóvenes en los primeros años ochenta, a los que la muerte de Franco los pilló con 15 años y vivieron de pleno toda la apertura, así como los años de la célebre "movida" madrileña. Pasados veinte años las vidas y preocupaciones de aquellos jóvenes que soñaron con hacer algo significativo con sus vidas son tan anodinas como las de cualquiera. La protagonista (¿estoy despistado o no sabemos su nombre?) no deja de aferrarse a algo que en su momento dio sentido a su vida y que de vez en cuando vuelve a romper su rutina: su afán creativo en forma de tesis doctoral (en la que se sigue profundizando en capítulos siguientes, Andromeda) y las metáforas que se le escapan como a borbotones. Así como la mentira, esa forma de trascender la realidad y convertirla en ficción. También se mantiene ligada a su juventud, que huye día a día, aferrándose al lenguaje, muy bien retratado por Martín Gaite al igual que los lugares comunes de esa generación, y a antiguos hábitos. Se rebela constantemente contra lo anodino de la vida adulta, plagada de rituales cotidianos.
Voy a empezar al capítulo X.Aparecen en este libro, apenas insinuados, como de refilón, temas que siempre interesaron a Carmen Martín Gaite: el legado de la memoria, la ficción como algo que surge de la realidad tirando de un hilo, lo parcial de la comunicación humana:
"Es duro de aceptar lo casuales que somos, nuestra incapacidad para transmitir a otro más que remedos de ánimo mutable"
Me gusta la forma en que Martín Gaite arriesga, combinando la fantasía y la realidad, de una forma tan alejada al a veces manido realismo mágico, y cómo se atreve a introducir pequeñas historias tangenciales, cuando refleja la tesis de la protagonista, la forma en que la integra en la historia. Sospecho que tendrá su importancia a lo largo de la novela.
Me impresionó la parte de la comunicación: los balbuceos que otros perciben ante nuestros intentos por darnos a entender y los procesos tan complicados que tienen lugar en la mente de cada uno. Hay cosas que son prácticamente imposibles de transmitir.
La intertextualidad es uno de los elementos principales de esta obra y se puede observar a través del cine, la música y ciertas obras literarias que tienen que ver con cuestiones filosóficas que atañen a la protagonista.
La muerte de su madre se erige en una especie de figura totémica a partir de la cual giran sus alucinantes recuerdos y divagaciones. Ella misma aclara que no encuentra un sitio de anclaje, su mente transita los parajes oscuros que parecen haberse acentuado en tiempos recientes y esta fuga de la realidad se nutre de varios aspectos que tienen que ver con las mentiras que ya habías mencionado, con la recreación de otros mundos y con rememoraciones que hacen de la trama un vaivén de planos temporales.
La temática que se desprende de lo ocurrido a su madre es la rareza del vivir. Es como si tantas preguntas acerca del paradero de ésta la llevasen a cuestionarse una y otra vez sobre la vida y la muerte, imaginando al mas allá "como una especie de inmenso almacén aglomerado y escabroso", un lugar más infernal que paradisiaco del que ya nadie podrá dar cuenta y razón. Las posibles anécdotas del inframundo quedarán celosamente guardadas por los muertos para desazón de los que todavía deambulan por la tierra.
El tiempo es otro punto interesante porque además de que la escritora lo maneja a su antojo, ejemplifica muy bien el hecho de que va pasando a ritmos distintos a cada momento de acuerdo al quehacer individual.
En la última parte del capítulo IX surge un tópico apasionante: el de los vicios heredados que en este caso se reflejan en un espejo que la protagonista se ha esforzado en romper. La imagen se distorsiona al no poder librarse de las influencias familiares: desde pequeña el espejo ha evidenciado realidades desvelando sombras y gestos siniestros, la mentira o la verdad en forma sofocante. Relaciones humanas demasiado complejas y enrarecidas.
"Pero qué difícil es buscar la propia ración de aire, aguantar el aire libre cuando te has aficionado a los paños calientes, abandonar la cueva sin rencor y sin daño, resignarse a olvidar lo que no se ha entendido."
Gabo querido, no voy a poder avanzar mucho este finde.
Re: Lo raro es vivir - Carmen Martín Gaite
Y todo este artificio tan complejo tiene el gran mérito de que Carmen Martín Gaite logra que no parezca complejo. Podríamos leer la novela sin darnos cuenta de lo elaborado que está el esqueleto que sostiene la obra. No caí en el tema temporal hasta que te lo he leído a ti, por ejemplo. Lo mismo me pasó con la intertextualidad, tan obvia. En mi opinión, cosas como éstas sólo están al alcance de los grandes escritores. De hecho, acabamos de salir de leer a Paul Auster, tantas veces considerado un ejemplo de autor postmoderno, y sin embargo creo que Martín Gaite se acerca muchísimo más con este libro a la postmodernidad, que en principio tendría que serle tan ajena por generación, que ciertas cosas de Auster. Misterios.
Y otra cosa: con todo el delirio, todo lo cotidiano, la angustia de la protagonista... la novela no deja de tener cierto sentido del humor
Anda que no le estamos sacando chicha Espero que me cuentes si los diálogos entre la protagonista y un familiar suyo más joven te parecen tan forzados como a mí. El único pero que le pongo a la obra hasta ahora.
El título de la canción de Sade no aparece en la obra
Y otra cosa: con todo el delirio, todo lo cotidiano, la angustia de la protagonista... la novela no deja de tener cierto sentido del humor
Anda que no le estamos sacando chicha Espero que me cuentes si los diálogos entre la protagonista y un familiar suyo más joven te parecen tan forzados como a mí. El único pero que le pongo a la obra hasta ahora.
El título de la canción de Sade no aparece en la obra
¿Toca fiesta por difuntos? Yo voy a intentar acabarloAndromeda escribió:Gabo querido, no voy a poder avanzar mucho este finde.
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- Andromeda
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Re: Lo raro es vivir - Carmen Martín Gaite
Me pregunto si esos vaivenes temporales no corresponderán más bien a una linealidad fragmentada. Voy a prestar mucha atención a ese aspecto. Lo cierto es que pude captar otras cuestiones gracias a tus comentarios (y seguro que muchas otras se nos escaparán sin remedio).Gabo escribió:Y todo este artificio tan complejo tiene el gran mérito de que Carmen Martín Gaite logra que no parezca complejo. Podríamos leer la novela sin darnos cuenta de lo elaborado que está el esqueleto que sostiene la obra. No caí en el tema temporal hasta que te lo he leído a ti, por ejemplo. Lo mismo me pasó con la intertextualidad, tan obvia.
Coincido, creo que Auster es un escritor sobrevalorado o que su producción literaria es muy irregular. Es aventurado esto que digo porque solo le he leído cuatro novelas, dos en el pasado y dos en el presente, pero mientras que las primeras me gustaron mucho, estas últimas dejan mucho que desear...En mi opinión, cosas como éstas sólo están al alcance de los grandes escritores. De hecho, acabamos de salir de leer a Paul Auster, tantas veces considerado un ejemplo de autor postmoderno, y sin embargo creo que Martín Gaite se acerca muchísimo más con este libro a la postmodernidad, que en principio tendría que serle tan ajena por generación, que ciertas cosas de Auster. Misterios.
Es que la escritora tiene mucha gracia para contar, su prosa desborda en ocurrencias y destellos de ingenio, amén de la profundidad del análisis sobre la conducta humana. Creo que no lo mencioné, pero me encantó el capítulo en el que le cuenta la historia simplificada de la Conquista a Gerundio, el gato.Y otra cosa: con todo el delirio, todo lo cotidiano, la angustia de la protagonista... la novela no deja de tener cierto sentido del humor
Sigamos destripando. ¿En qué capítulo están esos diálogos?Anda que no le estamos sacando chicha Espero que me cuentes si los diálogos entre la protagonista y un familiar suyo más joven te parecen tan forzados como a mí. El único pero que le pongo a la obra hasta ahora.
¡Ah!, ¿no??El título de la canción de Sade no aparece en la obra
Pues eso y un capítulo algo denso de una novelita enrevesada.¿Toca fiesta por difuntos? Yo voy a intentar acabarloAndromeda escribió:Gabo querido, no voy a poder avanzar mucho este finde.
No corre prisa, chico, tómalo con calma.
Re: Lo raro es vivir - Carmen Martín Gaite
He seguido avanzando, despacito. Apenas he comenzado el capítulo XIV, que nos asalta con unas reflexiones sobre la memoria, después de que en el XIII hubiera un pequeño alegato en favor de la mentira, como una forma terapéutica de ficción
Creo que este libro tiene numerosos planos, como decíamos, y que se nos escapan buena parte de sus diferentes aspectos pero, al fin y al cabo, lo importante para nosotros es disfrutarlo, no diseccionarlo. Bueno, al menos para mí
Andromeda, los diálogos que te comentaba creo que están en el capítulo X.
Creo que este libro tiene numerosos planos, como decíamos, y que se nos escapan buena parte de sus diferentes aspectos pero, al fin y al cabo, lo importante para nosotros es disfrutarlo, no diseccionarlo. Bueno, al menos para mí
Andromeda, los diálogos que te comentaba creo que están en el capítulo X.
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- Andromeda
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Re: Lo raro es vivir - Carmen Martín Gaite
Terminado.
Tengo sueño y cero energía para buscar, salvo una o dos, las partes adecuadas para dar a Spoiler, así que aviso.
Gabo, los diálogos entre Águeda y su hermano me parecieron algo forzados, pero nunca como la figura de Rosario, que al no haberse trabajado lo suficiente a lo largo de la obra, encaja algo mal, a mi parecer, en los capítulos que intentan reforzar su historia.
Águeda, como ya habíamos leído, inicia el conocimiento de sí misma a partir de la muerte de su madre. Se retoma en varias ocasiones el tema de los espejos que trastocan la realidad y en cierto momento el rostro de su madre "corona" su cuerpo como un anticipo al acercamiento continuo y cada vez más cerrado que tendrá hacia ella.
En sus atípicos sueños, Águeda ha buscado al hombre ideal que en un principio se revela en la figura de Roque, pero que después se dirige a Tomás, quien por ser tan opuesto a ella logra tomar una sana distancia para poder amarla sin obstáculos. La noche y el día se traducen en esa disparidad que se acopla a la perfección. Es Tomás quien consigue "ponerla ante un espejo y despojarla de sus máscaras".
Los planos temporales indudablemente se trastocan: la novela es circular en cierta forma aunque el final vaya más allá del comienzo, mientras los recuerdos bullen en la forma que la imaginación o la secuencia de imágenes -oníricas, en duermevela o vívidas- pretenden mostrar. Me llama la atención el color azul tan mencionado: azules en el cuadro, desmayo azul, etc. Un color que me sugiere más equilibrio y tranquilidad del encontrado en la novela.
Más adelante, la figura de Rosario es nuevamente objeto de la crítica objetiva para destacar sus facultades verbales sobre las pictóricas; en este punto me pareció un tanto repetitivo el pretendido análisis de un personaje que no alcanza a redondearse, que aparece con fuerza por primera vez y que se difumina ante las intenciones de la protagonista por seguir conociendo a una madre con la cual nunca congenió y de la que siempre esperó atenciones no recibidas. La relación entre Rosario y Águeda Luengo tampoco es explotada, sólo importan las sensaciones de pérdida advertidas de cualquier manera.
La manera de escribir de Carmen Martín Gaite es soberbia, la novela está plagada de frases reflexivas estupendas y el personaje principal está bastante logrado, pero ciertos detalles y omisiones van restando fuerza a la novela hacia la última parte, sobre todo en el tratamiento apresurado del "resurgir" de los infiernos de Águeda para llevar una vida con normalidad. Yo diría que los elementos de la narración no están bien proporcionados, algo parecido, guardando las distancias, a mis impresiones de equilibrio en los capítulos de Mr. Vértigo.
Me encantaría leer más novelas suyas.
Tengo sueño y cero energía para buscar, salvo una o dos, las partes adecuadas para dar a Spoiler, así que aviso.
Gabo, los diálogos entre Águeda y su hermano me parecieron algo forzados, pero nunca como la figura de Rosario, que al no haberse trabajado lo suficiente a lo largo de la obra, encaja algo mal, a mi parecer, en los capítulos que intentan reforzar su historia.
Águeda, como ya habíamos leído, inicia el conocimiento de sí misma a partir de la muerte de su madre. Se retoma en varias ocasiones el tema de los espejos que trastocan la realidad y en cierto momento el rostro de su madre "corona" su cuerpo como un anticipo al acercamiento continuo y cada vez más cerrado que tendrá hacia ella.
En sus atípicos sueños, Águeda ha buscado al hombre ideal que en un principio se revela en la figura de Roque, pero que después se dirige a Tomás, quien por ser tan opuesto a ella logra tomar una sana distancia para poder amarla sin obstáculos. La noche y el día se traducen en esa disparidad que se acopla a la perfección. Es Tomás quien consigue "ponerla ante un espejo y despojarla de sus máscaras".
Los planos temporales indudablemente se trastocan: la novela es circular en cierta forma aunque el final vaya más allá del comienzo, mientras los recuerdos bullen en la forma que la imaginación o la secuencia de imágenes -oníricas, en duermevela o vívidas- pretenden mostrar. Me llama la atención el color azul tan mencionado: azules en el cuadro, desmayo azul, etc. Un color que me sugiere más equilibrio y tranquilidad del encontrado en la novela.
Más adelante, la figura de Rosario es nuevamente objeto de la crítica objetiva para destacar sus facultades verbales sobre las pictóricas; en este punto me pareció un tanto repetitivo el pretendido análisis de un personaje que no alcanza a redondearse, que aparece con fuerza por primera vez y que se difumina ante las intenciones de la protagonista por seguir conociendo a una madre con la cual nunca congenió y de la que siempre esperó atenciones no recibidas. La relación entre Rosario y Águeda Luengo tampoco es explotada, sólo importan las sensaciones de pérdida advertidas de cualquier manera.
Al final, el médico percibe a Águeda Luengo en Águeda Soler, y no sólo por el vestido y el peinado, sino por una seguridad en la que no supe o no pude penetrar. La confrontación con el abuelo en una situación límite para él me pareció algo sobrada, y la seguridad de la joven, inexistente. La obra cierra con el destello de autenticidad al querer "ser ella misma". Ha trascendido a la madre encontrando de alguna manera su lugar en el mundo. Ya no la perturbarán esos infernales bosques dantescos, está "harta de historias ajenas" y lista para construir la propia. La frase final arroja el mismo fulgor del "continuará" de ciertas películas. No hay duda de que las historias se repiten. |
Me encantaría leer más novelas suyas.
Re: Lo raro es vivir - Carmen Martín Gaite
Lo cierto es que queda un tanto confuso el personaje. Obviamente está al servicio de la historia, es un personaje necesario y protagonista del que en mi opinión es el capítulo más hermoso de la novela, pero de algún modo se desdibuja al final. En mi caso creo que es por las expectativas depositadas en el personaje tras el capítulo.Andromeda escribió:Gabo, los diálogos entre Águeda y su hermano me parecieron algo forzados, pero nunca como la figura de Rosario, que al no haberse trabajado lo suficiente a lo largo de la obra, encaja algo mal, a mi parecer, en los capítulos que intentan reforzar su historia.
Pero también representa con frecuencia a la tristeza, tenlo en cuentaAndromeda escribió: Me llama la atención el color azul tan mencionado: azules en el cuadro, desmayo azul, etc. Un color que me sugiere más equilibrio y tranquilidad del encontrado en la novela.
¿Es cosa mía o se alude veladamente aAndromeda escribió:La relación entre Rosario y Águeda Luengo tampoco es explotada, sólo importan las sensaciones de pérdida advertidas de cualquier manera.
una relación lésbica entre ambas |
Coincido. De todas formas la novela es mucho más arriesgada que la de Auster, en mi opinión, y más compleja. El juego temporal, la intertextualidad, la narración fragmentada, la búsqueda de identidad de la protagonista, el tema de la inevitabilidad de la muerte, tan presente, y el mensaje final, en el que la protagonista encuentra paz y sentido a su vida, dejando de buscar algo que tuvo constantemente ante sus narices.Andromeda escribió:La manera de escribir de Carmen Martín Gaite es soberbia, la novela está plagada de frases reflexivas estupendas y el personaje principal está bastante logrado, pero ciertos detalles y omisiones van restando fuerza a la novela hacia la última parte, sobre todo en el tratamiento apresurado del "resurgir" de los infiernos de Águeda para llevar una vida con normalidad. Yo diría que los elementos de la narración no están bien proporcionados, algo parecido, guardando las distancias, a mis impresiones de equilibrio en los capítulos de Mr. Vértigo.
He disfrutado con la lectura, a pesar de los pequeños "peros" que le hemos puesto. Tengo un pleno absoluto con Carmen Martín Gaite
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- Andromeda
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Re: Lo raro es vivir - Carmen Martín Gaite
En mi caso seguramente también. Lo que pasa, creo yo, es que la relevancia pretendida del personaje no va muy acorde con la manera de perfilarlo.Gabo escribió: Lo cierto es que queda un tanto confuso el personaje. Obviamente está al servicio de la historia, es un personaje necesario y protagonista del que en mi opinión es el capítulo más hermoso de la novela, pero de algún modo se desdibuja al final. En mi caso creo que es por las expectativas depositadas en el personaje tras el capítulo.
Anda, ¡no se me había ocurrido! Es un color que siempre me remite a la contemplación del mar.Andromeda escribió:Pero también representa con frecuencia a la tristeza, tenlo en cuenta
Me dio la misma impresión. Como dices, en más de una ocasión se alude a la "naturaleza" de esas relaciones. Pero volvemos a lo mismo: en torno a Rosario no se profundiza gran cosa. La figura de la madre, en cambio, se va puliendo a través de la trama y las pequeñas omisiones no afectan para nada al conjunto.Gabo escribió:¿Es cosa mía o se alude veladamente a?
una relación lésbica entre ambas
Claro, no tiene comparación esta novela con la de Auster. Por lo demás, coincido con todo lo que has dicho.Gabo escribió:Coincido. De todas formas la novela es mucho más arriesgada que la de Auster, en mi opinión, y más compleja. El juego temporal, la intertextualidad, la narración fragmentada, la búsqueda de identidad de la protagonista, el tema de la inevitabilidad de la muerte, tan presente, y el mensaje final, en el que la protagonista encuentra paz y sentido a su vida, dejando de buscar algo que tuvo constantemente ante sus narices.
Yo también, me declaro incondicional suya y además ardo en deseos de leerle otras novelas.He disfrutado con la lectura, a pesar de los pequeños "peros" que le hemos puesto. Tengo un pleno absoluto con Carmen Martín Gaite
Re: Lo raro es vivir - Carmen Martín Gaite
Sigo viéndole un gran mérito a Martín Gaite con esta novela: que a sus 72 años fuera capaz de escribir una novela tan moderna, no sólo en lo formal, sino también por su temática: haciendo protagonista de la novela a una mujer 35 años más joven que ella, y pudiera plasmar tan bien sus inquietudes y su vida, vinculándolos perfectamente al momento en que escribía. Creo que a Martín Gaite no se le puede reprochar falta de valentía
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Re: Lo raro es vivir - Carmen Martín Gaite
Me estrenaré en breve con esta autora con esta novela en concreto, en cuanto termine el que estoy leyendo ahora.
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