Aunque voy haciendo tiempo leyendo otro libros, me está gustando tanto esta novela que no quiero perder el ritmo y ya me he terminado esta segunda parte.
Quizás me haya apasionado un pelín menos que la primera por aquello de la novedad y los enfrentamientos y encontronazos tan fuerte que ha tenido Carlos con Cayetano pero hay otros hechos que también son muy interesantes.
Este segundo libro también es bastante reflexivo sobre el comportamiento social y también dedica buena parte de su contenido a la cuestión religiosa.
La historia de
Inés con el padre Ossorio me gusta porque se mezclan los sentimientos humanos y divinos. El fraile resulta un místico de tomo y lomo, un auténtico teólogo, pero su discurso no ha llegado ni tan siquiera a Inés, que confunde entre su vocación y sus sentimientos hacia el cura. Al final se tenían que juntar en Madrid los tres místicos de la novela, pues sólo les faltaba que se les uniera Juan con sus teorías anarquistas sobre el hombre, el trabajo y la religión. Por el otro lado, Clara sigue más aferrada al mundo terrenal, es mucho más pragmática. Sabe lo que hay que hacer para seguir adelante, toma decisiones y le importa menos la filosofía de la vida. Doña Mariana tenía que dejar una herencia envenenada a Carlos, que por un lado le retuviera en Pueblanueva y por otro le ayudara a mantener una posición de fuerza contra Cayetano. Pero Carlos, m está dando la impresión de que cada vez ve a Cayetano menos como un enemigo. De lo contrario no hubiera aceptado su oferta de quedarse con las acciones del astillero ni hubiera consentido que adquiriera el pazo de los Aldán. La Galana sigue siendo un personaje que me desconcierta pos su frivolidad. No entiendo muy bien a santo de qué el matrimonio, si no es para explotar las tierras que le ha regalado Carlos, y además es muy fuerte su decisión de echar a la calle a toda su familia. Al fin y al cabo está resentida con ellos porque la utilizaron para mejorar sus condiciones de vida con el trabajo en el astillero, sin importarles que fuera moneda de cambio para pagar los favores a Cayetano. Después de todo esto, queda todo por saber qué rumbo seguirán los acontecimientos. Queda también en el aire la figura de Germaine, por el momento no muy convencida de seguir la voluntad de su tía y tener que abandonar la Ciudad de la Luz, para meterse en una Galicia de amos y siervos. |