He hecho un descubrimiento sensacional...
Esta novela es toda una maravilla, que no tiene nada que ver con el concepto clásico de "novela social de posguerra". No en balde, muchos críticos la consideran poco menos que la obra cumbre de García Hortelano, y las que la precedieron, meros ensayos de esta. Yo leí, hace ya sus buenos veinticinco años,
Tormenta de verano, cuyos personajes tienen un sí es no es semejante, pero, obviamente, el estilo de la que nos ocupa es, por mucho, superior.
Llevo alrededor de ochenta páginas y permanecemos en un continuum temporal que parece no tener fin...
Ese hilo conductor comienza en una noche de francachela en el piso del protagonista, después de haber yacido (y algo más) con la americana Tribune, de nombre Mary, según rezan sus "papeles", que el protagonista no duda en fisgar mientras la otra ronca a la patalallana en su cama... Fuera, el resto de amigotes, y amigotas, beben, ríen, coquetean... aunque ya todo lo saben de ellos mismos... El caso es que no hay interrupción ninguna. La juerga sigue, viene la mañana... y la tarde, y la noche otra vez... y hay otra juerga con otros, pero semejantes, amigos, nuevos romances, añoranzas de unos años atrás... y Mary Tribune sigue en liza con el primer espada y los miembros de su cuadrilla.
El mundo reflejado no es tan solo el burgués español de los años sesenta, que también; me ha encantado la intervención de la criadilla, con solo diecisiete años y que es contratada por la titular del mocho doméstico ante su obligada ausencia a causa de no se sabe qué incidente... La nueva criada es fiel reflejo dicharachero de ese territorio obrero que tan pronto invadió las mesetas burguesas en cuanto España sacó algo de cabeza en el plano económico... Merceditas, creo que se llamaba...
Otro elemento genial es Matilde, pero, por hoy, ya está bien... |
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El otro día saqué de la biblioteca Tormenta de verano, quizá sea más llevadera para comenzar.
