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MONDADORI 2009
13.0x23.0 cm
272 pags
Lengua: CASTELLANO
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 9788439721444
Colección:
Nº Edición:1ª
Año de edición:2009
Plaza edición: BARCELONA
18.90€
La nueva novela de Rodrigo Fresán nos lleva al fin de los finales del mundo.
Dos jóvenes unidos por el amor a otros planetas y a una chica de poderosa belleza. Alguien que nos mira y que no puede dejar de mirarnos. Una novela legendaria. La nieve, las estrellas, y esa noche definitiva en la que todo termina para que así comience la historia secreta del universo. Bienvenidos al fin de los finales del mundo.
La nueva novela de uno de las principales figuras de la narrativa hispanoamericana actual. Una novela que explora los cruces espacio-temporales, el amor como fuerza mayor que rige los destinos y el amor a la ciencia ficción. casa del libro
Me encuentro sumergida en la lectura de este libro, no me veo capaz de explicar nada. No sé como hacerlo, solo decir que subrayaría todo, de hecho estoy subrayando mucho, muchísimo.
Es intenso, nada fácil....pero me encanta.
Iré colocando párrafos.
Glups!!!
me tienes manía solo busca mis puntos débiles que son muchos por cierto.
Además, el libro interesar lo que se dice interesar no veo que haya interesado a mucha gente. ¿Lo has leido tú?
Recuerdo que subrayé párrafos pero luego se me olvidó ponerlos como prometí
Sergio, si lo terminé y me pareció magnifíco, con Fresan me ocurre algo curioso y que me encanta, voy leyendo y quiero más me empapo de letras y las asimilo, pero de pronto quedo colapsada y no tengo mas remedio que dejar de leer hasta pasado un rato o algunos días, de nuevo retomo la lectura y vuelta a empezar.
Me sucede también con Pynchon y con el libro Providence de Ferré
Bien aquí dejo algunos párrafos que guardé, pero hay más muchos más que pondré mañana, pues ahora no tengo tiempo Y una ráfaga de viento y tú en la ventana.
Y era como si el viento hubiera sido inventado nada más que para soplar entre tus cabellos y así proclamar que, aunque invisible, él también tenía forma: la forma de tu melena despeinada, en el aire de ese amanecer oscuro, era la forma del viento.
Y los copos de nieve que entonces se movieron empujados por una descarga de energía y nosotros ahí, como si habitáramos en uno de sus globos de plástico y vidrio que un ser superior, o apenas un gigante, agita para crear una tormenta blanca y prisionera.
Una tormenta que cabe en la palma de la mano que la invoca y la sostiene.
Pág. 18
Viajando a lo que ya fue, comprendemos sin esfuerzo y contemplamos claramente errores que, es cierto, ya no podemos ni podremos corregir. Pero al menos accedemos al premio consuelo o al desconsolador castigo de saber exactamente cómo lo habríamos hecho mejor, cómo habrían cambiado para bien lo resultados de haber podido alterar ciertos factores o tomado otras decisiones. De ahí que sean muchos los que, antes de hacer uso y, tal vez, volverse adictos a la poderosa droga del pasado, optan por otra droga: la del olvido:..
Pág. 22
Recordar es encontrar sin dejar de buscar. No sabemos si un recuerdo es aquello que a la vez que lo recordamos lo damos por perdido o aquello que estaba perdido y que de pronto se recupera.
Pág. 23
El pasado otra vez.
El modo en que se escribía en el pasado cuando los libros contaban con todo el tiempo de sus lectores y todo el tiempo del mundo cabía en esos libros de los que costaba tanto salir; porque pasaban tantas más cosas ahí dentro que ahí fuera.
Libros para uso de un lector de una era que acababa para que comenzara otra era ya dispuesta a fundar la idea y la teoría del futuro lejano.
Pág. 23
Escribo todo esto en el fragor inaudible de una batalla secreta que sé perdida de antemano.
Escribo esto para intentar vencer el al olvido que avanza sobre mí como una marea negra, como un manto de estrellas.
Estrellas que se apagan una a una, como nombres que se agotan de tanto haber sido dichos y usados…
Pág. 25
La infancia es el cero.
La infancia es otra dimensión.
La infancia es ese añorado otro planeta desde el que viajamos hacia este planeta.
Pág. 38
madison escribió:
Me sucede también con Pynchon y con el libro Providence de Ferré
Anda, qué gracia! Me pasó con Pynchon el otro día. Fue la primera vez. Quería leerlo pero me agotaba y me estaba lastrando el resto de lecturas. Decidí posponerlo unas semanas. Como además me acuerdo muy bien de todo con creo que tenga problemas en retomarlo.
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solo busca mis puntos débiles que son muchos por cierto.
