El viaje a Pantaélica - Francisco Nieva

Narrativa española e hispanoamericana

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Arden
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El viaje a Pantaélica - Francisco Nieva

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EL VIAJE A PANTAELICA (EN PAPEL)
FRANCISCO NIEVA , SEIX BARRAL, 1994

DATOS DEL LIBRO
13.0x21.0cm.
Nº de páginas: 440 págs.
Editorial: SEIX BARRAL
Lengua: CASTELLANO
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788432206979
Año edición: 1994
Plaza de edición: BARCELONA
Seix Barral dice:

Seix Barral se honra en presentar un texto excepcional y largamente esperado: la primera novela de Francisco Nieva, El viaje a Pantaélica, cuya redacción, iniciada en 1964, ha concluido en octubre de 1993. La novela se presenta como el «diario secreto del Caballero Cambicio de Santiago. Año de gracia de 1787» y narra el viaje que, desde una Galicia irreal y dieciochesca, conduce a un joven hidalgo hasta la legendaria —y, al cabo, «ya inexistente»— isla de Pantaélica, no muy distinta de la Sicilia de la época, y poblada en sus callejas, casonas y palacios por toda suerte de seres extravagantes y de turbadores fenómenos.

Pantaélica no es solamente una isla de quimera, sino la forma de denominar lo desconocido y portentoso a que se asoma el joven viajero, y que terminará por incorporarse a su experiencia vital. Así, El viaje a Pantaélica es, en definitiva, una novela de aprendizaje de la vida y la recapitulación de la experiencia humana y la trayectoria literaria de su autor, escrita con invención expresiva, poderío creador y capacidad verbal indeclinables. Nos hallamos ante una obra única, realmente señera en la literatura española contemporánea.
Me encontré con este libro el otro día y no pude resistirlo. ¿Alguien se atreve a viajar conmigo a Pantaélica?
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Re: El viaje a Pantaélica - Francisco Nieva

Mensaje por tardor »

La novela se presenta como el “diario secreto” del caballero (o caballerete, como lo tilda el propio Nieva) Cambicio de Santiago, y recuerda el “Libro de las maravillas” de Marco Polo, o el diario del viaje a Italia de Montaigne, y otros tantos libros escritos para dar cuenta de las vicisitudes de viajes y de las peculiaridades de los sitios que se visitan. Estos dietarios fueron abundantes hacia los siglos XVIII y XIX en que se consideraban los viajes como parte importante de la formación y maduración de los jóvenes aristócratas.

La excusa y casi único argumento de la novela es muy simple: Cambicio (joven y modesto propietario rural gallego que jamás se ha movido de su tierra) vive con su tío Dondeno, único pariente vivo del que es heredero, y con la frecuente compañía del abate italiano Fiacro d’Arcangeli, una especie de consejero y tutor. Este último que tiene amistades altas e influyentes en Pantaélica (pequeña isla cercana a Sicilia -no confundir con Pantelería, pequeña isla cercana a Sicilia que sí existe) y el tío le proponen a Cambicio un matrimonio con alguna de las tres hijas
que, a lo que dicen, son incluso elegantes y simpáticas, aunque no de una belleza canónica
del conde Jobatán Orla de Picavea, llamado el Cabriconde. El susodicho aristócrata pantaelicense
es en todo un tipo normal que, como tantos señores, ha tenido una juventud asaz libertina, pero luego su mujer lo ha reducido al respeto de los santos mandamientos. Es lo que se dice. Y yo lo creo. Sigue siendo desordenado, jocundo y una pizca concupiscente, pero también es hoy bonancible y sincero. Nadie iguala su malicia y experiencia del mundo. Su mayor aspiración en estos momentos es casar a una cualquiera de sus tres hijas, para deponer en el yerno sus propiedades, que son pocas, eso es bien cierto... pero ¡aun su título!, que es del más encumbrado abolengo, para dedicarse a vivir su vida de holganza y aun de tapado desenfreno, cazando y visitando monasterios (...) Un título tan largo es lo “menos” que yo deseaba para ti. ¡Orla de Picavea, Orla de Picavea... y no sé cuántas cosas más!
Así que el trío parte de viaje hacia Pantaélica con el propósito de conocer al Cabriconde y sus hijas y, en su caso, decidir y arreglar el casorio. Todo lo que pasa a partir de aquí es una suerte de bildungsroman desquiciado y delirante de Cambicio.

Cambicio, que para el caso bien podría haberse llamado Alicio :) , declara al diario (secreto) su intención de no casarse ni convertirse en conde pero sí la simple curiosidad de únicamente visitar tierra tan extraña (porque el tío y el abate ya le han contado peculiaridades de la misma) aunque
Ir por el mundo en un coche de seguridad y mirar por la ventanilla es lo único que me complace. Espectáculo y no experiencia directa es la vida del hombre serenamente contemplativo
En Pantaélica verá un cementerio vengativo (remedo de algunas escenas del Infierno de Dante), conocerá estatuas parlantes, asistirá a tertulias silenciosas, mentirosas y de la calumnia (incluso se entera de que se organizan tertulias para tratar únicamente de sus idas y venidas), visitará monasterios que son prisiones, palacios con salones tan enormes que tienen clima propio y donde hay ejércitos que se enfrentan. Hay que planificar excursiones a caballo para desplazarse de una habitación a otra dentro de un palacio, será condenado a muerte por una máquina por no responder a una invitación social, será sujeto de un adulterio obligatorio, destripará una muñeca sagrada, e intentará descubrir sin éxito qué es ser un goyetado para acabar sospechando que lo es él mismo. Todo esto es una mínima parte de las “maravillas” que experimentará porque, en el fondo debe rendirse y reconocer que
temo que no me contente un día sólo con mi trabajo exploratorio y científico. Aspiro a ser “protagonista” de Pantaélica, lo busco denodadamente y sé que vendrá, quizá para mi desgracia
.
El Cabriconde acaba proponiéndose él mismo como prometida y se acaban liando (bastante al principio) pero fuera de eso el bodorrio con alguna de sus hijas acaba olvidado y no vuelve a aparecer en el resto del libro. No es que se acabe porque Nieva le ponga fin, es que simplemente ya no se vuelve a hablar de ello.
Es un dietario, no una narración estricta, hay tramas que no se cierran.

El libro está formado por capítulos no muy largos en cada uno de los cuales, a modo de dietario de viaje como ya he dicho, va explicando diversos aspectos de la vida y costumbres de Pantaélica, sus habitantes y costumbres, sin apenas argumento o hilo conductor salvo el que se desprende de las relaciones con los (escasos) personajes recurrentes que aparecen en la obra.

(mañana sigo)
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Arden
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Re: El viaje a Pantaélica - Francisco Nieva

Mensaje por Arden »

Por lo que veo es un Nieva con gran sentido del humor, crítica, ironía, parodia,...
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tardor
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Re: El viaje a Pantaélica - Francisco Nieva

Mensaje por tardor »

(sigo)

Nieva recuerda que durante su juventud vivió en Italia y París, donde también se desarrolló profesionalmente (sobre todo como pintor, escenógrafo y director de teatro) y donde conoció todas las vanguardias artísticas de esa época y personajes varios y que todos esos años y experiencias se “reflejan” en la novela.

Cuando la califico de bildungsroman es lo que realmente es, en el fondo, referido también a Nieva. No explícitamente, por supuesto, pero lo que está contando en la novela es una versión teatral y metafórica, por tanto, exagerada, de sus propias experiencias vistas a través del filtro del dramaturgo.

El que buena parte de la vida profesional de Nieva haya estado relacionada con el teatro se deja ver. Cuando narra cómo es el teatro en Pantaélica, o una representación operística, es muy patente la visión del teatro “total”, donde no hay mucha diferencia entre la realidad y lo que sucede en escena (el llamado teatro del mundo, o desde otro punto de vista lo que puede suceder en alguna representación de la Fura dels Baus o La Cubana donde el propio espectador participa del/se incorpora al espectáculo, o incluso lo sufre)
Está visto que para los pantaélicos el teatro es “todo lo que ocurre en el teatro”, el público en primer lugar
El mismo Nieva en el nuevo prólogo a la novela (escrito expresamente -creo- para la edición de Círculo de Lectores) alude al teatro de Bob Wilson, director de escena y dramaturgo estadounidense, cuyos montajes uno no va a ver sino a estar en ellos (los montajes de Wilson se caracterizan por un estilo y tempo muy lentos, de días incluso).

Cambicio descubre que la vida en Pantaélica es una representación constante, y el personaje se ve sumergido en una función muy distinta de las de su lejana Galicia. Su sorpresa/descubrimiento no es que en Pantaélica la vida sea una representación, sino que el “guión” o “libreto” de la vida/representación en Pantaélica es distinta de la de la vida/representación en su Galicia, de ahí su extrañeza o maravilla, y su maduración o crecimiento se produce al darse cuenta de que todo en la vida es como una representación teatral, una apariencia necesaria para que todo funcione, no solo en Pantaélica.

El juego teatral constante entre apariencia y realidad es patente a lo largo de toda la narración
¡Qué fanáticos de la forma son los pantaélicos, qué decisivos, qué clásicos! La calumnia es forma, la que te dan tus semejantes -ha exclamado al instante-. Tengo que pasar por esa tertulia de la calumnia, a ver si merezco sus atenciones
el trampantojo, desdoblamiento de personajes, apariencias y doppelgangers están presentes de forma continuada.

Como dramaturgo Nieva estaba acostumbrado a tener que construir la realidad de cada obra mediante parlamentos de los actores, y siendo esta “novela” un dietario todo lo que leemos son descripciones, pensamientos, opiniones y relatos en primera persona del único “actor” a quien “vemos” en escena, Cambicio. Asistimos “en directo”, narrado por él mismo, a todo lo que le extraña, sorprende o maravilla y a aquello que no comprende y le obliga a “crecer” o “madurar”.

Es la mentalidad de un caballerete del siglo XVIII, el siglo de las luces y la razón
Soy un hombre de mi siglo, un hombre que razona. Me complace intuir que este prodigio es fruto de la ciencia empírica, y me enfebrece pensar que, sin ser yo bruja ni ser trasgo, lo prodigioso puede ser fabricado por mí
y por eso se ha de confesar que es un ingenuo y que no entiende las costumbres de esa sociedad nueva donde ha ido a parar y tan contrarias a su idiosincrasia.

Ya he señalado (y lo dice el propio Nieva en el prólogo) que ha “plasmado” sus experiencias vitales al construir la narración. Pere Gimferrer (autor del prólogo) recuerda que Nieva
vivió en París y en Italia a un tiempo en el mundo de la alta sociedad, en el del teatro y en el de las artes plásticas, y a su regreso (...) emprendió la redacción, hoy felizmente terminada, de esta magna novela
y añade tomando frases del mismo Nieva sacadas de su correspondencia personal
En ella pasan trascendidos mis tiempos en Italia -en Venecia, Roma o Palermo- y el cúmulo de gente extravagante y pintoresca que conocí, entre la que abundaban muchos condes falsos. Mi interpretación es muy deformante (...) La novela se empezó cuando todavía yo era joven... Concentra una experiencia de vida y una visión “apocalíptica” de la sociedad
en el fondo Cambicio es un poco un “alter ego” deformado de Nieva.

Publicada en 1994 (aunque redactada a lo largo de 30 años) nos presenta un esperpento estrambótico de lo que Nieva pudo conocer en forma de (según Gimferrer)
novela de aprendizaje, como una historia de unos ritos de iniciación, casi con tanto susto, éxtasis y enigma como los misterios de Eleusis; los ritos que a todos nos depara el tránsito maravillado, aleccionador y agridulce de la adolescencia a la edad adulta
No es raro, por ello, que en ocasiones Pantaélica le parezca cruel a Cambicio (es condenado por una “máquina de protocolo” semejante a la de “Minority Report”), extraña (los frailes resignantinos que a cambio de una dádiva castigan a los enemigos de quien los contrata repartiendo bofetadas a domicilio), y de gustos difíciles de comprender para un caballerete rural de finales del siglo XVIII, especialmente en materia artística.

Nieva declara que durante su vida tuvo contacto con las diversas vanguardias artísticas y la forma en que representa las vanguardias y modas artísticas de Pantaélica (insisto en el subrayado, no quiero meterme en jardines :D ) es hasta hiriente
Es un lenguaje, una convención. Si la gente la acepta, tú puedes no aceptarla y enfrentarte a la gente que, cuando es mucha siempre tiene razón, convéncete. Todo lo que hagas para rebatirlo será o parecerá sin razón. Pásate al otro bando. Se ponen muy contentos cuando alguien se pasa a su bando, lo festejan mucho. Y muchos, que es lo principal (...) Sobre un caballete se van sucediendo una serie de cuadros en negro y de diferente tamaño. Rosengarten cuenta los temas que se podrían desarrollar, tan cumplidamente que hace llorar a la asistencia. Y esos cuadros se compran, es decir se compra “una bella idea” y uno se lleva el lienzo pintado en negro a casa sólo a guisa de recordatorio. ¿No es fabuloso? Aunque no lo creas, tales cuadros se han pagado muy caros y, cuando uno de esos cuadros cambia de propietario, a veces la historia se deteriora mucho, porque cada cual relata el asunto a su manera y añade cosas nuevas. “Me están plagiando, me están falsificando”, se queja Rosengarten cuando oye contar mal un cuadro suyo (...) A Rosengarten se le han llegado a pagar fortunas “por no” pintar un cuadro, se le ha pagado el lugar que debiera ocupar el mismo, pero debidamente firmado. Ese sublime vacío ya es un cuadro
Es exacto, señor Arden, es un Nieva crítico, irónico, paródico, y sobre todo satírico, con esa sátira que emana de la visión de la realidad en un espejo deformante, siendo ese espejo la mentalidad de Cambicio plasmada en el relato.

Para acabar, lo último pero no menos importante, aparte de académico de la RAE, Nieva era manchego. En otras palabras maestro del idioma (se le supone) y castellano puro. El castellano directo y sin grandes florituras de Nieva y la precisión con que lo utiliza son una auténtica delicia (y quizá como ya he apuntado, su condición de dramaturgo que ha de expresarse mediante los parlamentos de los actores, contribuya a esa precisión y exactitud en el uso del idioma).

tardor
Última edición por tardor el 01 Mar 2024 14:26, editado 1 vez en total.
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Arden
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Re: El viaje a Pantaélica - Francisco Nieva

Mensaje por Arden »

Tengo algunas cositas de Nieva por casa, pero este no recuerdo si lo tengo, voy a ver si buceo en mi biblioteca y lo encuentro :lista:

Gracias por los comentarios @tardor :60:
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Re: El viaje a Pantaélica - Francisco Nieva

Mensaje por tardor »

De nada :)

tardor
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