La bailarina

[jose manuel saiz]

LA BAILARINA

La escucho bailar todas las mañanas
al levantarme. Vive sola,
en el piso de arriba.
Es una chica pálida, como una perla de nácar.
A veces compartimos ascensor
y me sonríe.
Esta mañana oí sus pasos cuando bailaba
más sutiles que de costumbre.
Y también los de un hombre.
Sí, los pasos de un hombre, también.
Y aquellos pasos eran delicados,
los de ambos,
como de pies desnudos que se rozan,
se alejan y se juntan.
Bailaron por un rato; luego,
no oí más nada.
Y, en el silencio,
es muy probable que escribieran,
o ensayaran, quizá por vez primera,
esa dulce coreografía
que ella y yo
no bailaremos.


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[Aben Razín]

¿Envidia sana?,

Gracias por compartir el poema, @jose manuel saiz

[jose manuel saiz]

Aben, muchas gracias por el comentario
Un abrazo
J. Manuel