Fenómenos y mitos

[Fiel poesía]

Descubrí un nuevo ídolo,
mientras desenterraba un cementerio.

No era un ente ni un ser,
no fuera de mis versos,
cogió desprevenida a la existencia.

Se aventuran sus pájaros de hierro
en un cielo sin trono ni tornillos.

En lo más alto, él,
engranaje de sueños,
que en fila se derriten.

No heredé nada suyo,
nada complejo, nada surrealista.

De sus múltiples muertes aprendí
que solo se abandona la ignorancia.

Mientras tanto,
la vida se embellece,
sumergida en poesía.

Y su última lección fue su mirada,
su mano sin alcances,
su inmundicia,
su ego,
su silencio, tan grande como para creerle,
su palabra, sublime, como para
abstraerse.

Y luego comprendí, eran devastadores
su propio sentimiento, y su sabiduría,
lo que intenté imitar.
La Tierra me tragaba, sin huellas de por medio.

Y me fui, me alejé, movimiento de infarto…
Y desaparecí súbitamente.
Más tarde, no sé cuánto, volví a nacer, sin luz…
Y sin visión.
Como la niebla.

[Fiel poesía]

Descubrí un nuevo ídolo,
mientras desenterraba un cementerio.

No era un ente ni un ser,
no fuera de mis versos,
cogió desprevenida a la existencia.

Se aventuran sus pájaros de hierro
en un cielo sin trono ni tornillos.

En lo más alto, él,
engranaje de sueños,
que en fila se derriten.

No heredé nada suyo,
nada complejo, nada surrealista.

De sus múltiples muertes aprendí
que solo se abandona la ignorancia.

Mientras tanto,
la vida se embellece,
sumergida en poesía.

Y su última lección fue su mirada,
su mano sin alcances,
su inmundicia,
su ego,
su silencio, tan grande como para creerle,
su palabra, sublime, como para
abstraerse.

Y luego comprendí, eran devastadores
su propio sentimiento, y su sabiduría,
lo que intenté imitar.
La Tierra me tragaba, sin huellas de por medio.

Y me fui, me alejé, movimiento de infarto…
Y desaparecí súbitamente.
Más tarde, no sé cuánto, volví a nacer, sin luz…
Y sin visión.
Como la niebla.

[lucia]

Me has recordado a los muertos desaparecidos en el cementerio de Zaldívar, aunque es obvio que no se trata de ellos.

[Fiel poesía]

No tengo ni idea de eso.
Mi fuerte no es la empatía.
De ello que salgan palabras poco misericordes.