Amado me llamabas

[jose manuel saiz]

AMADO ME LLAMABAS

«Amado» me llamabas
en ese juego donde eras
barquita en la tormenta y yo era faro.
Me lo llamabas siempre que querías
varar tu quilla en mi caleta.
Amado...
Amado me decías;
y a mí me parecía que tu voz
pedía amparo
y a ti que mis oídos eran
estuarios a resguardo de la niebla.
Y me desabrochabas la camisa
y te vestías de galernas
para que apaciguara con mis labios
la inmensa tempestad que te abatía.
Amado…
Amado me gritabas
y yo acudía a tu naufragio
temiendo por mi suerte,
pues, ante el huracán,
sensual, de tu deseo,
me hundía más
y más entre tu cuerpo.


--oOo--

[Aben Razín]

El final tiene su aquél, aunque el poema andaba en veredas místicas. Bueno, gracias por compartir el poema, @jose manuel saiz

[jose manuel saiz]

Gracias por tu comentario Aben.
Al final he decidido hacerlo menos erótico, más suave

[lucia]

AMADO ME LLAMABAS

«Amado» me llamabas
en ese juego donde yo era faro
y tú barquita en la tormenta.
Me lo llamabas siempre que querías
varar tu quilla en mi caleta.
Amado...
Amado me gritabas;
y a mí me parecía que tu voz
pedía amparo
y a ti que mis oídos eran
estuarios a resguardo de la niebla.
Y me desabrochabas la camisa
y te vestías de galernas
para que apaciguara con mis labios
la inmensa tempestad que te abatía.
Amado…
Amado me decías
y yo acudía a tu naufragio
temiendo por mi suerte
pues, en mi empecinado afán
por socorrerte,
me hundía más
y más en tus caricias


--oOo--

Si esta es la versión menos erótica, me surge curiosidad por saber cuál era la más erótica

[jose manuel saiz]

Gracias por el comentario Lucía.
Bueno, todavía conservo la primitiva versión... aunque tampoco es que sea XX
Incluso estoy dispuesto a sopesar con cual me quedo...

«Amado» me llamabas
en ese juego donde yo era faro
y tú barquita en la tormenta.
Me lo llamabas siempre que querías
varar tu quilla en mi caleta.
Amado...
Amado me decías;
y a mí me parecía que tu voz
era de auxilio
y a ti que mis oídos eran
estuarios a resguardo de la niebla.
Y me desabrochabas la camisa
y te vestías de galernas
para que apaciguara con mi cuerpo
la inmensa tempestad de tus caderas.
Amado…
Amado me llamabas
y yo acudía a tu naufragio
temiendo por mi suerte
pues, en mi empecinado afán
por socorrerte,
me hundía más
y más entre tus piernas.

--oOo--

[lucia]

Creo que mola más la versión del grito, solo eso ya le da la potencia del orgasmo. La versión primigenia queda como más suave a la vez que un poco menos sugerente.