Cada vez
Publicado: 19 Abr 2018 13:47
CADA VEZ
Un retrato en el mar perdiendo su pintura,
los dedos del rescate para un hombre de paja,
una lágrima envuelta en un pañuelo,
el recuerdo del viaje para escapar de todo.
Fui solo superficie, una efigie de sal
acuñó mi moneda, pecado capital.
Fui capitán de luces sin anclajes.
Amé lo que he podido, sin mundo ni testigos.
A qué confín llegué dando versos por verte y por besarte.
Si me volví invisible como un cuerpo de espejos,
perdona mis caricias.
Como un beso en los párpados, páramos de mi águila,
las noches fueron largas, los días insalubres.
Si soñé con el llanto de un niño, no llores tú también,
se me irritan los ojos por no verte volver,
se vacía el desierto de calor
porque te llevo dentro.
El viento favorable, el cielo despejado.
La fe que habita el alma no se puede perder.
¿Volver? Volver, volver.
Quizá tu corazón sea también mi isla.
Hoy no te puedo ver, ni llamar, ni decir.
Yo no sé referirme a mis latidos.
Pienso en ti desde lejos aunque te esté besando
con la punta de mi iceberg.
Me riega el desconsuelo, se humedecen mis ojos.
Y me enjugo las lágrimas de la experiencia.
Las lágrimas más largas de la historia.
Y la incógnita vuelve a serenarme, como una solución.
TIEMPOS
Un paisaje perdido no es poesía,
sino escondes el brillo de tus ojos.
Llueve y lava mi cuerpo,
que selle mi mordaza.
Repito la mirada, misma piel,
pasa un tiempo lejano como si fuera hoy.
En la sed de mis labios, siempre te he correspondido,
y se me rompe el alma de frecuentar lagunas.
Hay un surco de luz de mi boca a la tuya.
Sin ti consternación.
Contigo constelación.
Caída hacia el vacío de tu voz con la mía,
si mi vientre es crisálida,
esto es eterno.
Ojos de porcelana,
pájaros en tus párpados.
Dime adónde volamos,
ángel,
o párteme en dos alas.
Un recuerdo en el alma no es amor, sino el mundo antes de ti.
SE NOS VA
Los dos nos acercamos nuestras oscuridades,
luciérnagas de manos y cálculos de estrellas,
tu saliva es mi fe en las adversidades,
estrechamos un beso y me atropellas
con todo lo que sueñas, palpo tus cavidades,
se me aturulla el aire, me embotellas
en remolinos, tacto, suavidades,
me miras con tus pies, me pierdo tras tus huellas.
Y respiramos algo llamado claridad,
una luz sumamente penetrante
que nadie olvida, nadie puede olvidar la realidad.
Lo llamamos amor, y no hay quien lo quebrante,
somos cómplices sueños para la eternidad...
te encante o no te encante, estés o no delante...
Un retrato en el mar perdiendo su pintura,
los dedos del rescate para un hombre de paja,
una lágrima envuelta en un pañuelo,
el recuerdo del viaje para escapar de todo.
Fui solo superficie, una efigie de sal
acuñó mi moneda, pecado capital.
Fui capitán de luces sin anclajes.
Amé lo que he podido, sin mundo ni testigos.
A qué confín llegué dando versos por verte y por besarte.
Si me volví invisible como un cuerpo de espejos,
perdona mis caricias.
Como un beso en los párpados, páramos de mi águila,
las noches fueron largas, los días insalubres.
Si soñé con el llanto de un niño, no llores tú también,
se me irritan los ojos por no verte volver,
se vacía el desierto de calor
porque te llevo dentro.
El viento favorable, el cielo despejado.
La fe que habita el alma no se puede perder.
¿Volver? Volver, volver.
Quizá tu corazón sea también mi isla.
Hoy no te puedo ver, ni llamar, ni decir.
Yo no sé referirme a mis latidos.
Pienso en ti desde lejos aunque te esté besando
con la punta de mi iceberg.
Me riega el desconsuelo, se humedecen mis ojos.
Y me enjugo las lágrimas de la experiencia.
Las lágrimas más largas de la historia.
Y la incógnita vuelve a serenarme, como una solución.
TIEMPOS
Un paisaje perdido no es poesía,
sino escondes el brillo de tus ojos.
Llueve y lava mi cuerpo,
que selle mi mordaza.
Repito la mirada, misma piel,
pasa un tiempo lejano como si fuera hoy.
En la sed de mis labios, siempre te he correspondido,
y se me rompe el alma de frecuentar lagunas.
Hay un surco de luz de mi boca a la tuya.
Sin ti consternación.
Contigo constelación.
Caída hacia el vacío de tu voz con la mía,
si mi vientre es crisálida,
esto es eterno.
Ojos de porcelana,
pájaros en tus párpados.
Dime adónde volamos,
ángel,
o párteme en dos alas.
Un recuerdo en el alma no es amor, sino el mundo antes de ti.
SE NOS VA
Los dos nos acercamos nuestras oscuridades,
luciérnagas de manos y cálculos de estrellas,
tu saliva es mi fe en las adversidades,
estrechamos un beso y me atropellas
con todo lo que sueñas, palpo tus cavidades,
se me aturulla el aire, me embotellas
en remolinos, tacto, suavidades,
me miras con tus pies, me pierdo tras tus huellas.
Y respiramos algo llamado claridad,
una luz sumamente penetrante
que nadie olvida, nadie puede olvidar la realidad.
Lo llamamos amor, y no hay quien lo quebrante,
somos cómplices sueños para la eternidad...
te encante o no te encante, estés o no delante...