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EPISTOLAR
asilo en la razón
sin público y la unicidad de los víveres
para hacer de este vientre
fruto del recuerdo
alimentos
en la noche del órgano
o del solo acordeón
cavidad y tejido
músculos y memoria se contraen
hasta el llanto del hombre
en la planicie
donde lo mismo es un igual
de la desidia o tesis
que en las entrañas no hay sed
se decide a decir
cúpula de desconcierto
cuando el destierro aprieta
la atmósfera no emigra
ni por todas las pañoladas
algo melancólico y el comienzo
de una nueva página
consume casi y acaso y quizá
el verbo de lo posible
antes del desenlace
se rompe el lazo
porque un regalo en tu silencio
descienden las bambalinas
al compás desde la próxima magia
la noche del tintero
se reseca
y el sol solo y oscuro
me dibuja y me talla
sin fondo ni por toda la ausencia
en que consumes la luna
dice cosas y visiones
pero el exilio
replica solo
y para sí quiere un siempre
que el cielo no le da la espalda
porque no toma presencia
quizá fuera esperanza lejos
de ti
tan solo
lejos de ti
