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Primera carta

Querida Friderike,
cuando recibas esta carta estaré mucho mejor. En Ossining me viste mejor y más calmado, pero mi depresión ha empeorado, me siento tan mal que ya no puedo concentrarme en mi trabajo.
A ello se suma la triste certeza – la única que tenemos – de que esta guerra ha de durar todavía años y de que pasará mucho tiempo antes de poder regresar a nuestra casa. Ciertamente me ha gustado estar en Petrópolis pero echo de menos los libros, que me son indispensables para mi trabajo. En cuanto a la soledad, que inicialmente aportaba un notable apaciguamiento, se ha transformado en un pesar… También la idea que mi obra mayor, el Balzac, no podrá terminarse nunca puesto que no tengo la perspectiva de dos años de trabajo sin interrupciones, y los libros necesarios para la documentación serían difíciles de conseguir. Y finalmente está la guerra, esta guerra que nunca termina, que todavía no ha alcanzado su peor momento. Soy demasiado débil para aguantar todo esto, y la pobre Lotte no lo ha tenido fácil conmigo, sobre todo porque su salud ha empeorado también.

Tú tienes a tus hijos y con ello una tarea en la vida; tú tienes intereses varios, una inquebrantable energía. Estoy seguro de que alguna vez vivirás mejores tiempos y comprenderás por qué mi pesimismo me ha impedido aguantar más. Te escribo estás líneas en mis últimas horas. No te puedes imaginar cuán aliviado me siento desde que tomé esta decisión. Dales recuerdos cariñosos a tus hijos de mi parte y no sufras, recuerda siempre cómo he admirado a Joseph Roth o a Rieger que supieron evitar el sufrimiento.

Ten coraje, ahora sabes que estoy tranquilo y feliz.

Con mi amor y amistad,

Stefan


Segunda carta

Antes de partir de la vida, con pleno conocimiento, y lúcido, me urge cumplir con un último deber: agradecer profundamente a este maravilloso país, Brasil, que me ofreció a mí y a mi trabajo una estancia tan buena y hospitalaria. Cada día aprendí a amar más este país, y en ninguna parte me hubiera dado más gusto volver a construir mi vida desde el principio, después de que el mundo de mi propia lengua ha desaparecido y Europa, mi patria espiritual, se destruye a sí misma.

Pero después de los sesenta se requieren fuerzas especiales para empezar de nuevo. Y las mías están agotadas después de tantos años de andar sin patria. De esta manera considero lo mejor, concluir a tiempo y con integridad una vida, cuya mayor alegría era el trabajo espiritual, y cuyo más preciado bien en esta tierra era la libertad personal.

Saludo a mis amigos. Ojalá puedan ver el amanecer después de esa larga noche. Yo, demasiado impaciente, me les adelanto.
Stefan Zweig

Que triste Madison, que terrible pérdida la muerte de Zweig, no fue la única joya que perdió Europa en esa terrible contienda aunque no cayera por efecto de la lucha.
Ramiro Calle le dedica un capítulo en su libro Obras imprescindibles de la espiritualidad (ed. Kailas) y en la que dice:"leyendo sus libros ya uno se percata enseguida del alma sensible de este autor al que yo hubiera acudido a visitar en cualquier parte del mundo que estuviera de no haberse suicidado apenas un año antes de que yo naciera". Ramiro Calle comenta un poco más detenidamente "Los ojos del hermano eterno" y habla muy bien de un libro que Zweig dedicó a Romain Rolland.
Por cierto hay otros autores que parece haberse tragado la historia que nos dejaron libros maravillosos (y una vida apasionada) aunque situados más en el campo del pensamiento, y de los que espero abrir hilo aunque solo sea para dejar constancia de ellos, pues lo merecen, y lo mismo que Zweig tuvieron un amargo final, me refiero a otras dos joyas: Simone Weill y Edith Stein.

¿Sabes Mistral? yo también hubiese ido al fin del mundo con tal de conversar con Zweig.
Creo que su suicidio fué muy meditado, al final se atrevió y por fin descanso. (es mi opinión)
He mirado el libro que comentas, voy a abrir hilo, porque tiene una pinta genial.
Hace tiempo que me ronda por la cabeza la idea de abrir un apartado contando un poco la vida de todos esos autores de Europa del este que a causa de sus ideas fueron desposeidos de todo.
Mistral, estos dias he estado en Viena, para mi entrar en el café donde Thomas Bernhard estuvo sentado dias y dias me emocionó, ya se que es una chorrada, pero para mi es así.

Hay que tener en cuenta que Zweig vivió también la I Guerra Mundial en donde el mundo que conoció en su juventud se desmoronó, su espíritu no pudo con la segunda contienda. Sin embargo, y a pesar de ello, los que más perdimos fuimos nosotros porque hubieramos necesitado de él en la reconstrucción del espacio europeo, su pluma y su opinión en el nuevo orden que se abrió, sus referencias europeas, su anclaje en nuestras propias raices para no sentirnos tan borrachos en el final del siglo XX. Lo pudo la desesperanza, y no supo verse a si mismo como una luz necesaria....pero era así.

He navegado un poco por internet recopilando información sobre autores y he encontrado de repente este artículo. Yo no he estado en Viena, ni en Praga, ni en Paris, pero entiendo el sentimiento del amante de la literatura cuando al entrar en un café parece que cruza el umbral del tiempo para trasladarse al momento en que un escritor afín en espíritu estuvo allí sentado, meditando, soñando....tal vez mirando por la misma cristalera en la que ahora miras tu. Por eso te lo envio
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=62784

Fui también a ver el número 17 de la Rathausstrasse, la casa donde vivió Zweig

MISTRAL, es genial, fantástico.Gracias
¿sabes? estas navidades he estado en Viena y lo más increible (ya lo he puesto en otro hilo) es que por esas casualidades de la vida, es que el hotel donde me alojé era la casa de Zweig, fué un gran regalo de Navidad para mi. Viena es mágica.

... "Pero después de los sesenta se requieren fuerzas especiales para empezar de nuevo. Y las mías están agotadas después de tantos años de andar sin patria. De esta manera considero lo mejor, concluir a tiempo y con integridad una vida, cuya mayor alegría era el trabajo espiritual, y cuyo más preciado bien en esta tierra era la libertad personal.

Saludo a mis amigos. Ojalá puedan ver el amanecer después de esa larga noche. Yo, demasiado impaciente, me les adelanto."
Stefan Zweig

Cuán doloroso resulta que la vida de una persona llegue a tan extrema fragilidad debido al rechazo de sus firmes convicciones por quienes ostentan el poder. Cuánta vehemencia se necesita para mantenerlas intactas a pesar del dolor del exilio y qué tristeza implica la determinación de finalizar la vida para no vivir ese calvario. He conocido exiliados que hubieran preferido el dolor físico o morir a "andar sin patria" tal como lo señala Zweig.

"Exilio no es una palabra, ni es un drama, ni una estadística sino que es un vértigo, un mareo, un abismo, es un tajo en el alma y también en el cuerpo cuando, un día, una noche, te hacen saber que aquel paisaje tras la ventana, aquel trabajo, aquel amigo, aquella silla y aquel hueco en aquel colchón, aquel sabor, aquel olor y aquel aire que habías perdido, lo has perdido y lo has perdido para siempre, de raíz y sin vuelta. Si somos capaces de sentirlo, siquiera un instante, tal vez pueda evitarse volver a caer en él nunca más."


Daniel Sueiro
En preámbulo a la obra de teatro Ligeros de Equipaje, de Jorge Díaz

Madison, hace algunos dias intente cargar un mensaje dando noticia de la aparición de este libro en la editorial Papel de Liar. Como estoy reñida con la técnica, me sonroja decir que no se debió cargar.....cosas del destino.
Te dejo un enlace explicativo....en cuanto lo vi pense que te gustaría, quizá ya sepas de su publicación, en cualquier caso allá va.....

http://literaturasnoticias.blogspot.com ... os-de.html

MISTRAL, lo hiciste bien, pero está separado en un hilo propio. Genial que lo hayas vuelto a colocar.
No sabía de su existencia y desde que vi el hilo ya he buscaco este libro.
Cuando lo lea si te apetece comentamos vale?

Fotografiado junto a Gabriela Mistral
Una de las cartas dejadas en el escritorio del autor, decía:

“Antes de partir de la vida, con pleno conocimiento, y lúcido, me urge cumplir con un último deber: agradecer profundamente a este maravilloso país, Brasil, que me ofreció a mí y a mi trabajo una estancia tan buena y hospitalaria. Cada día aprendí a amar más este país, y en ninguna parte me hubiera dado más gusto volver a construir mi vida desde el principio, después de que el mundo de mi propia lengua ha desaparecido y Europa, mi patria espiritual, se destruye a sí misma.

Pero después de los sesenta se requieren fuerzas especiales para empezar de nuevo. Y las mías están agotadas después de tantos años de andar sin patria. De esta manera considero lo mejor concluir a tiempo y con integridad una vida, cuya mayor alegría era el trabajo espiritual, y cuyo más preciado bien en esta tierra era la libertad personal.

Saludo a mis amigos. Ojalá puedan ver el amanecer después de esa larga noche. Yo, demasiado impaciente, me les adelanto”.


Bluchy, el perrito, tras la muerte de los Zweig, vivió con Margarida Banfield, dueña de la casa que alquilaban.

Que curioso Madison, no sabía que Zweig y Mistral se hubieran conocido. Yo elegí ese nombre precisamente por Gabriela Mistral.

QUe interesante tiene que ser leer la vida de este autor,como me gustan sus libros

MISTRAL escribió:Que curioso Madison, no sabía que Zweig y Mistral se hubieran conocido. Yo elegí ese nombre precisamente por Gabriela Mistral.

Pués sí por lo visto la casa de unos y de otros era muy frecuentada y cada sábado cenaban juntos, tal era su amistad que tras la muerte de Zweig Gabriela Mistral fué una de las pocas personas a la que dejaron ver el cadáver.

El libro de Frideike es genial

ha sido o es el aniversarios de su suicidio.
En algunos libros pone el dia 22 de febrero, pero no se sabe seguro, porque otros afirman que fué el 23, sea como sea poco importa. Lo triste es que decidió poner fin a su vida
Estoy triste