Poemas con cartas

Aquellas maravillosas cartas.

Moderador: natura

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madison
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Re: Poemas con cartas

Mensaje por madison »

le envío mi saludo
de bienvenida, señor, mi alegría
le expreso de su regreso
aunque en los dedos de los pies y
en el músculo gemelo de esta pierna tensen
como alfiler y cuerdecillas
los nervios su sustancia
el viento
ulula suavemente, mas no sé
si ulular es suave, si el viento ulula
como perros aúllan en Machado, si su timbre
agónico o mecánico dice grúa
chirriante y amarilla o dice algo
más de luz en la tarde de enero
el lastimero
maullido que no aúlla del gato –uno
de la camada del verano– entre las
maderas del derribo no sonará
hasta las aproximadamente once
de la noche y el viento lo acentúa
el gris
perla del cielo ganado por enero
a la tarde
y trasparente el oído, el oído


Olvido García Valdés
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madison
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Re: Poemas con cartas

Mensaje por madison »

Sueño Húmedo.
I
tengo un antojo morboso de soñar contigo

de hacerte cosas que despierta no te hago
un poco por vergüenza
otro poco por quedarme con las ganas

mi madre se fue hoy al mediodía

¿quién va a hacer ahora
un análisis exhaustivo de mis sueños?

por otra parte Freud y mi madre
podían resultar bastante siniestros
demostrando que yo
como el resto de los seres humanos
soy una pervertida

admito que en efecto
este sueño que tengo ganas de soñar
no tiene ningún límite
ni siquiera en la cantidad imposible
de orgasmos que tendremos

yo me pregunto
si acaso estoy siendo
demasiado animal

no sé que sueñen los tigres
o los delfines
que según sé
son animales muy sexuales

papá dice que los pájaros sueñan
que lo leyó en una revista

yo no sé si eso sea cierto
o lo inventó
con la facilidad que inventa esos poemas

sin embargo
yo si sueño
y esta noche voy soñarte como yo quiera

voy a decirte esas cosas vulgares
que se me ocurren cuando no tienes ropa
y estas en mi cama

II

o en cualquier cama de cualquier parte

hoy te voy a gritar
esas palabras que guardo
en el bote de las cosas sucias
apenitas cierre los ojos

apenitas entre en ese mundo
donde una puede ser
lo que le venga en gana

voy a darte besos en el uyuyuy
y ayayay me vas a dar tú

te voy a morder hasta arrancarte un pedazo
que con esa maravilla que es soñar
no te va a doler
ni un poquito mañana por la mañana

ni te va quedar ninguna marca
que más adelante
cuestione tu mamá
o el fulano de la tienda
o la vieja cascarrabias del metro
que una vez que yo cierre los ojos
no van a existir

disculpa
pero no te pido ningún permiso

sin embargo
te doy toda mi autorización
de que en tu cama en tu sueño
o en la vida cotidiana
me hagas todo lo que tú quieras

si este poema resulta un tanto jarioso
cochino sucio
lluvioso húmedo empapado

puedo asegurarte que no lo es tanto
comparado con ese sueño
que esta noche voy a tener contigo

no habrá nada que me lo impida.
Anaïs Abreu D’Argence
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madison
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Re: Poemas con cartas

Mensaje por madison »

Carta

A ti, allá en nuestro pueblo

Por el aire los pájaros tan sólo
van,
por el día las nubes siguen
remando cielo, lentas, como brazos abriéndose,
pero una carta vive en las cenizas
y en el escombro liso de los ojos.

Pienso en papeles blancos, dóciles,
busco claras palabras que decirte
en los oídos
ahora que un viento breve se enredará en tus manos,
manos que se reposan en las cosas
que tocas como el golpe de la nieve,
los manejables nombres:
carta de amor, manzana,
vaso de agua cerca de los labios, cosas
que amas y bendices
sus más felices formas allá lejos.

Llega un cometa tuyo y familiar
mientras escribo,
reluce rápido, toca mis rodillas
y tiemblo
como un parque al cumplir un nuevo otoño.
Mientras escribo ensancho la memoria,
me voy allá hasta el pueblo por el campo
con casas pequeñísimas y barbechos en fondo,
con arados allá a vista de pájaro,
-arados escribiendo a Dios derecho-
me entro por las viñas vareadas,
por patios blancos, limpios,
cubiertos con la parra y las bardillas,
entre mujeres, niños y gallinas,
carreteras que están quietas y llegan,
nubes que se despintan, sol que muere
igual que las bombillas de los pobres.

«Estoy aquí en Madrid con el otoño
y hasta que estén los ciervos de regreso
te espero;
no me atrevo a abrir puertas,
por si estás más hermosa temo verte.
¿Estás allí contándote milagros,
creyendo ver o viendo a Dios de súbito?
¿Sigues rezando
porque se estén las piedras quietas,
por la metralla nula y los cohetes
de las ferias pacíficas del pueblo,
pidiendo pan,
dando tu Padrenuestro a cada pobre
que aprendió a ser ateo y pasar hambre?
Tú estarás siempre por la luz del pueblo
mirando hacia el destino alto del humo,
al lento repetirse del aire en los tejados.
Yo estoy aquí sin ruido y sin quejarme,
sin este hermoso octubre en tus aceras
ni el horizonte aquel o de un analfabeto;
aquí estoy
viendo el viento que arrastra los papeles
humildes por las calles,
a punto de estar solo para siempre.»

Bendito sea el camino
por donde van los pájaros tan sólo,
alabada seas tú
porque sabes vivir a pecho abierto,
porque sabes estar con las espigas
con lo difícil que es mirar el trigo.
Alabada seas siempre,
lucientemente hermosa,
andando por tu casa de tareas
cantando con las manos ocupadas,
que bien estás soñándote
primera predilecta de la Virgen,
puesta en medio de muchos resplandores.

Qué hueco más profundo es la esperanza,
qué cubicado modo de quererte
estar aquí pensando:
«tengo que reunir unas palabras
para escribir lo poco que le escribo».
Termino ya, mi amiga, temo hablarte
de tantas cosas tuyas;
desde aquí
siento cómo el cartero del silencio
deja un ídolo humilde entre tus manos
hecho de la madera de algún chopo.

"Una señal de amor" 1958

Eladio Cabañero
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madison
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Re: Poemas con cartas

Mensaje por madison »

Su carta

Ella me escribe: "Un día como tantos, perdido.
¿Sabes? La primavera muy hermosa ha venido;
mas durante tu ausencia, siempre en cosas chiquitas
se va el tiempo; en las tiendas y en algunas visitas.
Hoy, temprano, a la casa llegué, pues recibí.
¡Qué cansancio! La vida muy horrible es sin ti.
Triste, en este momento, de la alcoba, y aprisa,
me vine junto al fuego, descalza y en camisa.
En el tardío instante, desde el alba esperado,
en que puedo, de lejos, fundirme en ti, mi amado.

Todo tu amor me envuelve -porque sé que me amas-
y más calor me infunde que el calor de las llamas.
Imaginar no puedes cuánta tristeza siento.
-Contra los vidrios ¿ no oyes allá gemir el viento?-

Por el salón anduve. Sintiéndome cansada,
a la alcoba me vine y arreglé la almohada;
me quité la camisa, que doblé con esmero;
después, collar y anillos puse en el joyelero
con todas las pulseras; y en la mesita, al lado,
junto al retrato tuyo, por mí siempre besado,
dejé el corsé... sonrío en tantas noches
en que febril, inquieto, sufrías con los broches;
y recuerdo tu cólera, que olvidar nunca puedo,
cuando al soltar un broche te lastimaste un dedo.

Libre ya de apreturas, ¡qué alivio el que hubo en mí!
mi desnudez, entonces, blanca y nerviosa vi
copiada en el espejo del armario. Y sintiendo
horror por este cuerpo que creo inútil, tiendo
con la mente los brazos a ti, mi asilo amado;
y ¿para qué negártelo?, lo confieso: he llorado.
¡Sí!
Sobre las rodillas estas líneas te escribo.
En la mesa de laca que en el rincón percibo,
tus guantes, y tus libros están, y todos ellos
me recuerdan ahora muchos instantes bellos
y otros tristes: ¿te acuerdas? porque de vez en cuando
hemos ambos reñido... Tú sin razón...

Regando la bujía luz pálida, bajo pantalla lila,
va extendiendo en las sábanas una sombra tranquila.
-¡Cómo contra los vidrios está soplando el viento!-
¡Si junto a mí estuvieras, aspirando mi aliento,
para que me miraras feliz, inanimada,
y sollozar me hicieras al verme por ti amada!...
¡Porque hace mucho tiempo para ti sólo vivo!

¿Sabes? Ya casi, casi no veo lo que escribo,
Adiós, pues; duerme mucho. Me acuesto de amor loca.
¡Ah! recibe mil besos, más de mil en la boca.

Paul Geraldy
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madison
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Re: Poemas con cartas

Mensaje por madison »

Post-scriptum 2

He bebido tu carta con febril impaciencia.
Y tú, cuando estas líneas recibas, estarás
en un grupo dichoso. Y entre la concurrencia,
"Léela pronto", un amigo junto a ti te dirá.

Y en tanto, abanicándote con mi carta cerrada,
y viendo el sobre apenas, distraída tal vez,
dirás, no interrumpiendo tu charla comenzada:
"No es nada, sí... no es nada. La leeré después".

Versión de Ismael Enrique Arciniegas

Paul Géraldy
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madison
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Re: Poemas con cartas

Mensaje por madison »

Post-scriptum

Me escribiste ayer tarde dos hojas solamente.
¿Estarás tan contenta que me olvidas así?
Sin duda te fatigas y ves a mucha gente;
repósate. Y escríbeme. Y piensa siempre en mí.

Y tu vestido nuevo no te lo pongas tanto;
qué bien te va. Celoso no soy, y nunca fui.
Puede el aire dañártelo. ¿Para qué nuevo encanto
a tu belleza? Guárdalo para ti y para mí.

Versión de Ismael Enrique Arciniegas

Paul Géraldy
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Re: Poemas con cartas

Mensaje por madison »

Carta

Mi amada
estará pensando en mí:
¡la una de la madrugada!

¿El amor empieza así,
cada uno solo en su lecho,
sin dormir,
y deseando recibir
otro balazo en el pecho?

El camino
clandestino
con rumor de sabia nueva
y tierra sin pisar, ¿ lleva
a buen fin, a buen destino?
¿O es otra vez el ciclón
que empieza con un suspiro
y que acabará de un tiro
partiéndome el corazón?

No lo sé.
Me temo quo lo sabré
cuando estén llenos de azufre
los silos de la memoria:
¿Sólo comprende el que sufre?
¿Sólo el dolor tiene historia?
¿O quizás, y todavía,
será posible inventar
la historia de la alegría?

¡Preguntar y preguntar,
desvelado,
con azufre en el pasado
y fracturas y despojos
en donde ponga los ojos!
Sin embargo, ¡ah, sin embargo,
don Antonio!,
por entre un saber amargo
aguardo como un demonio
que una mujer, desvelada
por un secreto y un hombre,

ponga mi nombre en su almohada
y al fin se duerma dichosa
con una mano olvidada
orilla a su oscura rosa.

¿No escarmienta la ilusión?
¡La una de la madrugada
y el tictac del corazón
avanzado, sin dormir
y afanoso,
por el tiempo misterioso
que aún falta para morir!

Felix Grande
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Re: Poemas con cartas

Mensaje por madison »

Carta de una dama

He pensado a menudo en un verso de Eliot;
aquel en que una dama persuasiva y ajada
sirve el té a sus amigos entre efímeras lilas.

Yo la hubiese querido porque, igual que la suya,
mi vida es una inútil e inacabable espera.
Pero he aquí que es tarde, y ella murió hace tiempo,
y de una vieja carta banalmente perfecta
su recuerdo difunde perenne y raro aroma.

«Londres, mil novecientos siete. Querido amigo:
Siempre estuve segura, lo sabes, de que un día...
Mas trata de excusarme si divago; es invierno
y no ignoras cuán poco me ocupo de mí misma.
Te espero. Los enebros han crecido y las tardes
culminan hacia el río y los rojos islotes.
Soy triste y, si no llegas, un tema de suspiros
hundirá al gabinete, de un raso ajedrezado,
en el inmundo estiércol del tedio y la derrota.
Para ti habrá una torre, un jardín afligido
y unas campanas graves húmedas de armonía;
y no habrá té ni libros ni amigos ni advertencias,
pues yo no seré joven ni querré que te vayas...»

Y esta dama de Eliot, tan dúctil y serena,
se habrá desvanecido también entre las lilas,
y el banderín siniestro del suicidio ardería
un instante en la estancia con su opaco alarido.

Vicente Núñez
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madison
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Re: Poemas con cartas

Mensaje por madison »

Te escribo nuevamente desde una tarde helada
de esas en que nos puede el sentimiento
y la obsesión -ese pingajo de la soledad-
te derriba, te ocupa, sienta plaza en tu cuerpo
y, lo más peligroso, te alumbra, te interroga.

Y ves que los renglones se estrechan,
las letras se amontonan
y comprendes el hueco imposible,
el espacio que nunca compartimos
y este bello recurso de contarte la vida
poblando de historia y de sueños
las hojas tibias del dolor
que tanto me recuerdan tus muslos o tu espalda.
Por ellos navegué durante tanto tiempo,
en ellos aprendí tantas cosas extrañas,
tanto golpe de mar,
que parece imposible olvidarte así, de pronto,
como quien tira la luz por la ventana,
como quien se despuebla de golpe de esperanza.

¿Quién puede responder sin ningún truco
a las preguntas viejas, enquistadas,
hechas parte de ti?

¿Quién cruzará de un salto las aguas del olvido
sin sentir cómo quema en la carne la sorpresa de un día,
las sábanas de un día, los cuerpos ofreciéndose,
las ojeras del gozo al amanecer?

¿No volverá el amor ,
aquel juego con náufragos y cofres,
a sorprendernos con su mano abierta,
a dejar en la playa de un hombro
como alga de plata que reposa
la saliva brillante del deseo?

Hay golpes en la vida, tan fuertes... Yo no sé!

Por eso he de decirte -aunque sea por escrito-
f que está la casa abierta para ti,
que te esperan los libros, el té, mi soledad,
las dudas de las tardes de domingo,
la pequeña verdad
que no se tiene en pie sin tus palabras.

No es posible saber cuando todo enmudece
y la vida se ha vuelto una sórdida esquina
si nos falló el presentimiento
o será que el mercado nos fue tragando
con sus comadres y su algarabía,
que no supimos vernos ni hablarnos
entre anuncios de sopas luminosas,
promesas y altavoces
pregonando los últimos saldos
de la felicidad.

Será que llevaremos inevitablemente
un lenguaje podrido que amarga el paladar
y te pone a escupir en mitad de la urgencia
cuando toda la historia apenas si consiste
en decirnos que sí, que nos amamos.

Y los golpes, tan fuertes, las aguas del olvido,
tan hondas... Yo no sé!

Hay cosas en la vida
que sólo se resuelven junto a un cuerpo que ama.

Y cartas que se escriben
cuando la prisa clava su aguijón
y te deja colgando del alero
y te da por pensar
que es posible que no nos conociéramos
aunque fuimos viviendo el mismo frío,
la misma explotación,
el mismo compromiso de seguir adelante
a pesar del dolor.

Javier Egea
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madison
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Re: Poemas con cartas

Mensaje por madison »

Carta

Mi amada
estará pensando en mí:
¡la una de la madrugada!

¿El amor empieza así,
cada uno solo en su lecho,
sin dormir,
y deseando recibir
otro balazo en el pecho?

El camino
clandestino
con rumor de sabia nueva
y tierra sin pisar, ¿ lleva
a buen fin, a buen destino?
¿O es otra vez el ciclón
que empieza con un suspiro
y que acabará de un tiro
partiéndome el corazón?

No lo sé.
Me temo quo lo sabré
cuando estén llenos de azufre
los silos de la memoria:
¿Sólo comprende el que sufre?
¿Sólo el dolor tiene historia?
¿O quizás, y todavía,
será posible inventar
la historia de la alegría?

¡Preguntar y preguntar,
desvelado,
con azufre en el pasado
y fracturas y despojos
en donde ponga los ojos!

Sin embargo, ¡ah, sin embargo,
don Antonio!,
por entre un saber amargo
aguardo como un demonio
que una mujer, desvelada
por un secreto y un hombre,

ponga mi nombre en su almohada
y al fin se duerma dichosa
con una mano olvidada
orilla a su oscura rosa.

¿No escarmienta la ilusión?
¡La una de la madrugada
y el tictac del corazón
avanzado, sin dormir
y afanoso,
por el tiempo misterioso
que aún falta para morir!

Félix Grande
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Re: Poemas con cartas

Mensaje por madison »

Correspondencia de la momia

Esa carne que ya no se tocará en la vida,
esa lengua que ya no logrará abandonar su corteza,
esa voz que ya no pasará por las rutas del sonido,
esa mano que ha olvidado hasta el ademán de tomar, que ya no logra determinar el espacio
en el que ha de realizar su aprehensión,
ese cerebro en fin cuya capacidad de concebir ya no se determina por sus surcos,
todo eso que constituye mi momia de carne fresca da a dios una idea del vacío en que la compulsión
de haber nacido me ha colocado.
Ni mi vida es completa ni mi muerte ha fracasad0 completamente.
Físicamente no existo, por mi carne destrozada, incompleta, que ya no alcanza a nutrir mi pensamiento.
Espiritualmente me destruyo a mí mismo, ya no me acepto como vivo. Mi sensibilidad está a ras del suelo, y poco falta para que salgan gusanos, la gusanera de las construcciones abandonadas.
Pero esa muerte es mucho más refinada, esa muerte multiplicada de mí mismo reside en una especie de rarefacción de mi carne.
La inteligencia ya no tiene sangre. El calamar de las pesadillas da toda su tinta, la que obstruye las salidas del espíritu; es una sangre que ha perdido hasta sus venas, una carne que ignora el filo del cuchillo.
Pero de arriba a abajo de esta carne agrietada, de esta carne no compacta, circula siempre el fuego virtual. Una lucidez enciende de hora en hora sus ascuas que retornan a la vida y sus flores.
Todo lo que tiene un nombre bajo la bóveda compacta del cielo, todo lo que tiene un frente, lo que es el nudo de un soplo y la cuerda de un estremecimiento, todo eso pasa en las rotaciones de ese fuego en el que se asemejan las olas de la carne misma, de esa carne dura y blanda que un día crece como un diluvio de sangre.
La habéis visto a la momia fijada en la intersección de los fenómenos, esa ignorante, esa momia viviente que lo ignora todo de las fronteras de su vacío, que se espanta de las pulsaciones de su muerte.
La momia voluntaria se halla levantada, y a su alrededor se agita toda realidad. La conciencia como una tea de discordia, recorre el campo entero de su virtualidad obligada.
Hay en esa momia una pérdida de carne, hay en el sombrío lenguaje de su carne intelectual toda una impotencia para conjurar esa carne. Ese sentido que recorre las venas de esa carne mística, en la que cada sobresalto es un modo de mundo y otra especie de engendrar, se pierde y se devora a sí misma en la quemadura de una nada errónea.
¡Ah! ser el padre nutricio de esa sospecha, el multiplicador de ese engendrar y de ese mundo en su devenir, en sus consecuencias de flor.
Pero toda esa carne es sólo comienzos y ausencias y ausencias y ausencia...
Ausencias.

De "Oeuvres complètes (Tome I)
Versión de Aldo Pellegrini





Antonin Artaud
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Re: Poemas con cartas

Mensaje por madison »

CARTAS

Construí una casa de refugio y tiempo
Un camino hacia el mar donde estamos escritos
Recibí de otras vidas tus cartas;
hay amantes adentro escribiendo caricias
Me escucho, te escucho
Sé que ahora escribo el lugar más común
como el verso más cursi:
contigo el amor es amor
Apenas termine,
doblaré la ciudad con mi cuerpo en sus calles
Y adentro del sobre,
seguiré construyendo uno a uno el oleaje y sus puestas
Abre entonces despacio esta carta
Hay en ella un hogar, un oleaje, un camino,
estas manos, y un hombre

Fausto Vonbonek
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Re: Poemas con cartas

Mensaje por madison »

A ti, que serás siempre La Ignorada,
a ti, que llegaste a quién sabe qué lugar
cuando yo acababa, ay, de salir de él,
o perdiste aquel tren, no sé cuál, que te hubiera traído
al centro de mi vida,
o estabas en un banco de algún parque
un día que yo no quise pasear entre las hojas verlenianas,
a ti,
por la chacarera de tu mirada que nunca he visto,
por ese corazón que desconozco y es como una playa de
setiembre,
a ti, por todo lo que me habría obligado a amarte,
a ti, que me habrías amado hasta nunca,
que ahora puedes estar llorando
en la luz fría de una habitación de hotel,
o con tus hijos en el British Museum,
o ves el arco iris en una telaraña,
o piensas en mí sin saber que soy yo,
a ti, retrospectiva, condicional, perdida,
dondequiera que estés,
este poema.
Miguel D'Ors
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Re: Poemas con cartas

Mensaje por madison »

A SAN VICENTE FERRER
(Epístola con sello de urgencia)

Solamente, que me sostengas bien caliente, bien humano.
El camino de la espina concluye siempre en la rosa.
Yo soy uno entre tantos: me siento uno entre tantos
que toman el tranvía y lloran, cada día,
silenciosamente, casi sin llorar.
Europa me duele y los días de tristeza.
Europa me duele y me duele bien concreta y caliente,
como el pan que se agria de no llevarlo al horno.
Como un pan, entre las mantas de un miedo inconcreto,
que crece y crece con un tristísimo vacío.
¡Es la hora de cruzarlo con un cuchillo,
es la hora violenta, por fin, de la sazón!
Es la hora, clara y alta, de los corazones y los pies abiertos.
De decir aquello que falta. Y de llevar el pan al horno.
De quemar las palabras y hacer, del humo, el lienzo
que llene el mundo, la tarde, otra vez el mundo.
Es la hora de hablar claro y raso, san Vicente.
(¿O de sentarse en una piedra y callar ya del todo?)
Vincent Andrés Estellé
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