Correspondencia con el exilio español de Cela

Aquellas maravillosas cartas.

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Correspondencia con el exilio español de Cela

Mensaje por bookhere »

CORRESPONDENCIA CON EL EXILIO
CAMILO JOSE CELA
Imagen
DESTINO 2008
14.0x22.0 cm
896 pags
Lengua: CASTELLANO
Encuadernación: Tapa dura
ISBN: 9788423340231
Colección:
Nº Edición:1ª
Año de edición:2008
Plaza edición: BARCELONA 30.00€
Un testimonio indispensable sobre la actividad intelectual de Cela y sobre sus vínculos con la "otra mitad" de la cultura española.
Este libro recoge la correspondencia completa (casi mil cartas), y hasta ahora inédita, entre Camilo José Cela y trece escritores españoles que vivieron el exilio, entre ellos Rafael Alberti, Francisco Ayala, Jorge Guillén, Ramón J. Sender o María Zambrano, voces indispensables de la cultura española del siglo XX.
Cartas inéditas de Camilo José Cela, el último Nobel de las letras españolas y uno de los escritores más populares en vida.
Los corresponsales de Cela son igualmente figuras gigantescas dela cultura española.
El libro muestra, a través de las cartas, el desgarro del exilio tras la guerra civil.
Supone una información de primera mano sobre todos estos personajes, que percibimos en su vivir cotidiano y sus relaciones humanas.
La publicación del libro será un acontecimiento cultural de primer orden, muy valorado por toda la prensa.

casa del libro


En la Fundación que Camilo José Cela constituyó en su aldea natal se conserva un sobre abultado que, de puño y letra del escritor, anuncia su contenido: las barbas que se afeitó inmediatamente después de su ingreso en la Real Academia Española en mayo de 1957. Tan sorprendente pieza de archivo habla de las “aficiones de chamarilero” que Cela le confesará a Max Aub por carta trece años más tarde, del mismo modo que se disculpa con que “uno cultiva sus manías” al reclamarle a Alberti, como hacía a cada uno de los colaboradores de Papeles de Son Armadans, una separata dedicada de sus poemas allí publicados. Semejantes documentos han ido a recalar finalmente en el puerto seguro de Iria Flavia donde pueden ser consultados junto a un impresionante epistolario de casi cien mil cartas, de entre las cuales el presente volumen reproduce las 839 que nuestro Nobel de Literatura cruzó con trece figuras del exilio literario español. Una de ellas, a Arrabal, representa la excepción, por su juventud y por su residencia francesa.

En 1979, Cela firmaba unas serenas “Breves palabras de despedida” para los Papeles de Son Armadans que había lanzado en abril de 1956, y desde entonces el balance de esta revista “de literatura y pensamiento” puede resumirse en una serie de aportaciones decisivas para nuestra cultura bajo el franquismo. Pero la divisa que mejor identifica aquella empresa es la lucha contra la discontinuidad en una sociedad quebrada en su médula por el drama histórico de la guerra civil. Papeles porfió, en efecto, por lograr la conexión entre generaciones, con las presencias, hombro con hombro, de escritores que van desde el 98 hasta los novísimos, al tiempo que favorecía la alianza entre las lenguas de España, con frecuentes colaboraciones en gallego y catalán. Sus páginas significaron también una notable apertura cultural hacia el exterior. En ellas, además de los europeos y norteamericanos, todos los grandes escritores de Latinoamérica se adelantan al “boom”, y en ellas luce igualmente un confortable abanico multidisciplinar: literatura, historia, filosofía, cine, música y pintura.

Pero el aporte mayor que le debemos es el enlace que propició con la España peregrina, pues allí tuvieron su casa nuestros exiliados desde una primera presencia de José Ferrater Mora en 1956. De entre los autores incluidos en esta Correspondencia con el exilio, Américo Castro y Cernuda se incorporaron a Papeles en 1957. En 1958, Emilio Prados, Rafael Alberti, Jorge Guillén y Max Aub. Y en años inmediatamente posteriores, Altolaguirre, Francisco Ayala, Sender, Corpus Barga, León Felipe, María Zambrano, y tantos exiliados más. Que en ello había un designio deliberado lo podemos deducir de varias de las cartas ahora reunidas. Muy al principio de su andadura, Cela le escribe a Max Aub que “desde mi retiro voluntario de Mallorca quiero organizar, ignoro si insensatamente, la unión de los españoles por vía de la inteligencia”; a Cernuda le confiesa: “me he impuesto la tarea, no siempre grata, de ser la cabeza de puente -y a veces, la cabeza de turco- de lo que creo más auténtico y sano de los españoles de nuestro amargo tiempo”, y a Emilio Prados le confirma que ha fundado la revista “para que fuesen la sosegada -aunque minúscula- esquina de la historia de España en la que los españoles de buena voluntad (que si vamos a contarlos a lo mejor no somos tan pocos como pensamos) podamos hablar, sin gritar, y entendernos y hacernos entender”.


Cela fue un autor a menudo polémico, pero en estas cartas con los exiliados españoles se revela como un partidario de la reconciliación democrática entre las llamadas "dos Españas". Puede ser interesante para ver cómo los escritores exiliados veían y sentían España en la posguerra y viceversa.
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