Re: Cartas del verano de 1926 - Tsvietáieva, Pasternak y Rilke
Publicado: 05 May 2021 20:12
He pasado el ecuador de esta relación epistolar triangular.
Los poetas son la hostia. Qué forma de sentir y de sufrir, y de escribir. Parecen del Atleti de cuando antes. Daba igual que el mundo pudiera derrumbarse, ellos se escribían en un lenguaje que es como una borrachera de palabras que solo ellos podían entender. Porque yo hay cosas que leo y no entiendo lo que se dicen, y son muchas. Pero leo y sigo, tampoco me torturo. Se escriben acerca de la poesía -de lo que escriben-, pero también acerca de algo que uno, ingenuamente, llamaría amor, pero no lo es; es como otra dimensión. Se dicen unas cosas flipantes. Vamos, que a mi me escriben así y no sé qué decir. Es como si se hubieran metido algo, de verdad.
Boris Pasternak era el mas “chalao” de los tres. Le escribe cosas a Marina Tsvietáieva que rozan la locura del sentir. Pasa de todo, de su mujer e hija, menos de la poesía y de Marina, que es como un faro de necesidad para él, una droga. Y de Rilke, que para él es como un dios. No os cuento lo que le dice a Marina porque hay cosas que no entiendo, pero son cosas a lo bestia. Yo creo que si se vieran en persona la magia desaparecería, así son estos poetas que sufren.
Marina parece más cuerda, pero lleva también la emoción en vena, pero es lista la tía. Además su ánimo parece cambiante, a mi me despistaría. Lo que pasa es que me conozco la vida tan perra que tuvo, y la quiero. Quiero a Marina.
El más cuerdo de los tres parece Rilke. Es verdad que les saca unos cuantos años a los otros dos, y se nota (aunque los otros ya han pasado la treintena) pero es el único que parece poner algo de sensatez. Sensatez a mis ojos, claro, que para los poetas es al revés. También porque Rainer ya está enfermo (morirá pronto) y no le dan tantos subidones. Marina se coge un globo porque cree que Rainer pasa de ella, pero él se lo aclara y vuelven a las andadas. Y eso que no se conocen ni llegaron a conocerse (quiero decir “en persona”). A Rilke como que le mola lo que le escribe Tsvietáieva, y se entiende, porque es como una adoración tremenda y él ya es mayorcete.
Luego yo leo algunas de los poemas que escriben y citan en sus cartas (y que están en internet), sobre todo Boris y Marina, y no entiendo nada, son raros, pero yo es que no estoy muy entrenado para la poesía. A Rilke tengo que leerlo.
Por ahora lo voy a dejar reposar, para no saturarme, pero me está gustando.
Los poetas son la hostia. Qué forma de sentir y de sufrir, y de escribir. Parecen del Atleti de cuando antes. Daba igual que el mundo pudiera derrumbarse, ellos se escribían en un lenguaje que es como una borrachera de palabras que solo ellos podían entender. Porque yo hay cosas que leo y no entiendo lo que se dicen, y son muchas. Pero leo y sigo, tampoco me torturo. Se escriben acerca de la poesía -de lo que escriben-, pero también acerca de algo que uno, ingenuamente, llamaría amor, pero no lo es; es como otra dimensión. Se dicen unas cosas flipantes. Vamos, que a mi me escriben así y no sé qué decir. Es como si se hubieran metido algo, de verdad.
Boris Pasternak era el mas “chalao” de los tres. Le escribe cosas a Marina Tsvietáieva que rozan la locura del sentir. Pasa de todo, de su mujer e hija, menos de la poesía y de Marina, que es como un faro de necesidad para él, una droga. Y de Rilke, que para él es como un dios. No os cuento lo que le dice a Marina porque hay cosas que no entiendo, pero son cosas a lo bestia. Yo creo que si se vieran en persona la magia desaparecería, así son estos poetas que sufren.
Marina parece más cuerda, pero lleva también la emoción en vena, pero es lista la tía. Además su ánimo parece cambiante, a mi me despistaría. Lo que pasa es que me conozco la vida tan perra que tuvo, y la quiero. Quiero a Marina.
El más cuerdo de los tres parece Rilke. Es verdad que les saca unos cuantos años a los otros dos, y se nota (aunque los otros ya han pasado la treintena) pero es el único que parece poner algo de sensatez. Sensatez a mis ojos, claro, que para los poetas es al revés. También porque Rainer ya está enfermo (morirá pronto) y no le dan tantos subidones. Marina se coge un globo porque cree que Rainer pasa de ella, pero él se lo aclara y vuelven a las andadas. Y eso que no se conocen ni llegaron a conocerse (quiero decir “en persona”). A Rilke como que le mola lo que le escribe Tsvietáieva, y se entiende, porque es como una adoración tremenda y él ya es mayorcete.
Luego yo leo algunas de los poemas que escriben y citan en sus cartas (y que están en internet), sobre todo Boris y Marina, y no entiendo nada, son raros, pero yo es que no estoy muy entrenado para la poesía. A Rilke tengo que leerlo.
Por ahora lo voy a dejar reposar, para no saturarme, pero me está gustando.