Maravillosa. Una obra maestra. Emocionante y preciosa. Me ha encantado.
Todo es belleza, no creo que se pueda hacer mejor. Representada debe ser para quitar el aliento, pero es que leída es para releer constantemente. Todo, hasta las acotaciones, es magia pura.
PEDROSA.
¡Qué manera de llover!
(Pausa. En esta escena habrá pausas imperceptibles y rotundos silencios instantáneos, en los cuales luchan desesperadamente las almas de los dos personajes. Escena delicadísima de matizar, procurando no caer en exageraciones que perjudiquen su emoción. En esta escena se ha de notar mucho más lo que no se dice que lo que se está hablando. La lluvia, discretamente imitada y sin ruido excesivo, llegará de cuando en cuando a llenar silencios).
MARIANA.
(Con intención). ¿Es muy tarde? (Pausa).
Porque has amado mucho, Dios te abrirá su puerta. ¡Ay, triste Marianita! ¡Rosa de los rosales!
Ya no verán tus ojos las naranjas de luz que pondrá en los tejados de Granada la tarde.
Ni sentirás la dulce brisa de primavera pasar de madrugada tocando tus cristales.
¡Clavellina de mayo! ¡Luna de Andalucía!, en las altas barandas tu novio está esperándote.
¡Mariana, Marianita, de bello y triste nombre, que los niños lamenten tu dolor por la calle!