León manso come mierda - Kutxi Romero Lorente
Publicado: 12 Dic 2009 11:19
TÍTULO: León manso come mierda. Poesia completa (1999 - 2004)
AUTOR: Kutxi Romero Lorente (vocalista y compositor del grupo navarro Marea)
AÑO: 2004.
EDITORIAL: Ediciones Del 4 de Agosto.
COLECCIÓN: Días de perros.
PÁGINAS: 161.
FORMATO: Rústica.
ISBN: 978-84-933571-5-4
SINOPSIS:
Leyendo una novela gráfica de Dylan Horrocks me encontré con una idea que, con una pequeña adaptación, bien vendría al caso: los poetas son cartógrafos, dibujan mapas y paisajes. Ahora bien, ¿de qué territorios hablamos? Los que hacen mapas geográficos cuentan con referentes fijos a los que recurrir en todo momento. Los mapas marinos se basan en el cielo. Hay mapas formados únicamente por palabras (nosotros entendemos el mapa estándar en una conjunción de ilustración y texto). Hasta aquí podríamos concluir que un libro de poemas es un mapa sensorial y sentimental, y cada libro sería un mapa distinto. Leer poesía tiene el encanto de explorar territorios vírgenes, la capacidad de sorpresa del descubridor. Así, los poemas de Kutxi Romero seducen con esa exquisitez estética de la otra orilla, son poemas que huyen de la canción (para eso ya están las excelentes letras que escribe para su banda, Marea, y para otras muchas). Los libros son otra cosa, ni mejor ni peor, otra cosa. Hemos hablado de mapas: es una hipótesis. Nos descubren otras inquietudes, un mundo interior mucho menos urgente. Porque los poemas aquí recogidos (tres libros agotados - y mira que es difícil esto en poesía de esa que no lleva marketing-) no son arañazos nada más, en algunos hay verdadera saña, verdadera preocupación por hurgar y que le dé el sol al interior de la herida. Esa actitud es un valor. Pero los libros de Kutxi no son sólo suyos, siempre ha contado con los amigos para colaborar haciéndole un prólogo por aquí, un dibujo por allá. La poesía, si es cercana, si llega a la gente y le hace mella, no necesitará de otras leyes del oficio. Muchos las usaron, muchos abusaron, y duermen cogiendo polvo en las estanterías del olvido. Este libro está vivo, se mueve. Dudo que pierda en la ruleta rusa del mundo editorial. Las cosas pequeñas, humildes, hechas con cariño, dejan mácula en el fondo del lector, de eso se trata. De eso, y de atreverse a leer este mapa que hace inútil la brújula v la experiencia. Piérdanse en él.
Os dejo un par de poesias para que os hagáis una idea:
Sólo mostrando mis bienes convenceré
falto de llaves y abalorios
me muestro ante las dunas de este
mundo
redoblan los tambores
y sólo un hombre solo
sólo el sisear del batir de alas de los
insectos
¿qué esperabais?
claro que no hay nada
he ahí mi fracaso.
¿Amor?
Que sabrán los poetas y sus
míseras bocas de amor,
que doctrina habrá en acariciar pieles
desde sus versos de mierda,
sus falsas vidas,
sus supuestos afligidos semblantes,
de sus torturadas vidas me río yo,
porque yo he visto poesía en las
caras y los días de los míos,
en callos y sudores,
en enfrentadizas miradas a un mundo
que no vereis ni en el más abyecto de
vuestros sonrosados sueños,
en pieles tatuadas por soles navajeros y
vientos del sur,
yo he visto poesía en madrugadas en vela,
en las paredes de mi casa,
he visto poesía huir de papeles, dogmas y
métricas, poesía sin lágrimas,
sin malditismos ni presunción alguna,
una poesía de pan y agua,
de te quiero porque sí,
la que me trajo vida y se la llevará,
la que te ofrezco, mundo de mierda,
mientras viva.
AUTOR: Kutxi Romero Lorente (vocalista y compositor del grupo navarro Marea)
AÑO: 2004.
EDITORIAL: Ediciones Del 4 de Agosto.
COLECCIÓN: Días de perros.
PÁGINAS: 161.
FORMATO: Rústica.
ISBN: 978-84-933571-5-4
SINOPSIS:
Leyendo una novela gráfica de Dylan Horrocks me encontré con una idea que, con una pequeña adaptación, bien vendría al caso: los poetas son cartógrafos, dibujan mapas y paisajes. Ahora bien, ¿de qué territorios hablamos? Los que hacen mapas geográficos cuentan con referentes fijos a los que recurrir en todo momento. Los mapas marinos se basan en el cielo. Hay mapas formados únicamente por palabras (nosotros entendemos el mapa estándar en una conjunción de ilustración y texto). Hasta aquí podríamos concluir que un libro de poemas es un mapa sensorial y sentimental, y cada libro sería un mapa distinto. Leer poesía tiene el encanto de explorar territorios vírgenes, la capacidad de sorpresa del descubridor. Así, los poemas de Kutxi Romero seducen con esa exquisitez estética de la otra orilla, son poemas que huyen de la canción (para eso ya están las excelentes letras que escribe para su banda, Marea, y para otras muchas). Los libros son otra cosa, ni mejor ni peor, otra cosa. Hemos hablado de mapas: es una hipótesis. Nos descubren otras inquietudes, un mundo interior mucho menos urgente. Porque los poemas aquí recogidos (tres libros agotados - y mira que es difícil esto en poesía de esa que no lleva marketing-) no son arañazos nada más, en algunos hay verdadera saña, verdadera preocupación por hurgar y que le dé el sol al interior de la herida. Esa actitud es un valor. Pero los libros de Kutxi no son sólo suyos, siempre ha contado con los amigos para colaborar haciéndole un prólogo por aquí, un dibujo por allá. La poesía, si es cercana, si llega a la gente y le hace mella, no necesitará de otras leyes del oficio. Muchos las usaron, muchos abusaron, y duermen cogiendo polvo en las estanterías del olvido. Este libro está vivo, se mueve. Dudo que pierda en la ruleta rusa del mundo editorial. Las cosas pequeñas, humildes, hechas con cariño, dejan mácula en el fondo del lector, de eso se trata. De eso, y de atreverse a leer este mapa que hace inútil la brújula v la experiencia. Piérdanse en él.
Os dejo un par de poesias para que os hagáis una idea:
Sólo mostrando mis bienes convenceré
falto de llaves y abalorios
me muestro ante las dunas de este
mundo
redoblan los tambores
y sólo un hombre solo
sólo el sisear del batir de alas de los
insectos
¿qué esperabais?
claro que no hay nada
he ahí mi fracaso.
¿Amor?
Que sabrán los poetas y sus
míseras bocas de amor,
que doctrina habrá en acariciar pieles
desde sus versos de mierda,
sus falsas vidas,
sus supuestos afligidos semblantes,
de sus torturadas vidas me río yo,
porque yo he visto poesía en las
caras y los días de los míos,
en callos y sudores,
en enfrentadizas miradas a un mundo
que no vereis ni en el más abyecto de
vuestros sonrosados sueños,
en pieles tatuadas por soles navajeros y
vientos del sur,
yo he visto poesía en madrugadas en vela,
en las paredes de mi casa,
he visto poesía huir de papeles, dogmas y
métricas, poesía sin lágrimas,
sin malditismos ni presunción alguna,
una poesía de pan y agua,
de te quiero porque sí,
la que me trajo vida y se la llevará,
la que te ofrezco, mundo de mierda,
mientras viva.