Antonio Machado
Moderadores: Tessia, lunallena
Hoy he comenzado a leer Campos de Castilla.
He leído ya muchos poemas sueltos, pero me apetece leer esa obra completa...
Apenas llevo 5 o 6 poemas y ya se ve de forma tan clara su estilo en esta obra....
Castilla, Castilla y Castilla. Y nada más, todo paisajes, árboles... y ese tono melancólico tan Machadiano....
Y esa rima... qué musicalidad... bueno, no en todos, pero de los que he leído, alguno tiene una rima que da gusto leer.... por ejemplo, éste:
A orillas del Duero
Mediaba el mes de julio. Era un hermoso día.
Yo, solo, por las quiebras del pedregal subía,
buscando los recodos de sombra, lentamente.
A trechos me paraba para enjugar mi frente
y dar algún respiro al pecho jadeante;
o bien, ahincando el paso, el cuerpo hacia adelante
y hacia la mano diestra vencido y apoyado
en un bastón, a guisa de pastoril cayado,
trepaba por los cerros que habitan las rapaces
aves de altura, hollando las hierbas montaraces
de fuerte olor -romero, tomillo, salvia, espliego-.
Sobre los agrios campos caía un sol de fuego
Un buitre de anchas alas con majestuoso vuelo
cruzaba solitario el puro azul del cielo.
Yo divisaba, lejos, un monte alto y agudo,
y una redonda loma cual recamado escudo,
y cárdenos alcores sobre la parda tierra
-harapos esparcidos de un viejo arnés de guerra-,
las serrezuelas calvas por donde tuerce el Duero
para formar la corva ballesta de un arquero
en torno a Soria. -Soria es una barbacana,
hacia Aragón, que tiene la torre castellana-.
Veía el horizonte cerrado por colinas
oscuras, coronadas de robles y de encinas;
desnudos peñascales, algún humilde prado
donde el merino pace y el toro, arrodillado
sobre la hierba, rumia; las márgenes de río
lucir sus verdes álamos al claro sol de estío,
y, silenciosamente, lejanos pasajeros,
¡tan diminutos! -carros, jinetes y arrieros-
cruzar el largo puente, y bajo las arcadas
de piedra ensombrecerse las aguas plateadas
del Duero. -El Duero cruza el corazón de roble
de Iberia y de Castilla- ¡Oh, tierra triste y noble,
la de los altos llanos y yermos y roquedas,
de campos sin arados, regatos ni arboledas;
decrépitas ciudades, caminos sin mesones,
y atónitos palurdos sin danzas ni canciones
que aún van, abandonando el mortecino hogar,
como tus largos ríos, Castilla, hacia la mar!
Castilla miserable, ayer dominadora,
envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora.
¿Espera, duerme o sueña? ¿La sangre derramada
recuerda, cuando tuvo la fiebre de la espada?
Todo se mueve, fluye, discurre, corre o gira;
cambian la mar y el monte y el ojo que los mira.
¿Pasó? Sobre sus campos aún el fantasma yerra
de un pueblo que ponía a Dios sobre la guerra.
La madre en otro tiempo fecunda en capitanes,
madrastra es hoy apenas de humildes ganapanes.
Castilla no es aquella tan generosa un día
cuando Myo Cid Rodrigo el de Vivar volvía,
ufano de su nueva fortuna y su opulencia,
a regalar a Alfonso los huertos de Valencia;
o que, tras la aventura que acreditó sus bríos,
pedía la conquista de los inmensos ríos
indianos a la corte, la madre de soldados,
guerreros y adalides que han de tornar, cargados
de plata y oro, a España, en regios galeones,
para la presa cuervos, para la lid leones.
Filósofos nutridos con sopa de convento
contemplan impasibles el amplio firmamento;
y si les llega en sueños, como un rumor distante,
clamor de mercaderes de muelles de Levante,
no acudirán siquiera a preguntar: ¿qué pasa?
Y ya la guerra ha abierto las puertas de su casa.
Castilla miserable, ayer dominadora,
envuelta en sus harapos desprecia cuanto ignora.
El sol va declinando. De la ciudad lejana
me llega un armonioso tañido de campana
-ya irán a su rosario las enlutadas viejas-
De entre las peñas salen dos lindas comadrejas:
me miran y se alejan, huyendo, y aparecen
de nuevo ¡tan curiosas!... Los campos se oscurecen.
Hacia el camino blanco está el mesón abierto
al campo ensombrecido y al pedregal desierto.
Un saludo!
He leído ya muchos poemas sueltos, pero me apetece leer esa obra completa...
Apenas llevo 5 o 6 poemas y ya se ve de forma tan clara su estilo en esta obra....
Castilla, Castilla y Castilla. Y nada más, todo paisajes, árboles... y ese tono melancólico tan Machadiano....
Y esa rima... qué musicalidad... bueno, no en todos, pero de los que he leído, alguno tiene una rima que da gusto leer.... por ejemplo, éste:
A orillas del Duero
Mediaba el mes de julio. Era un hermoso día.
Yo, solo, por las quiebras del pedregal subía,
buscando los recodos de sombra, lentamente.
A trechos me paraba para enjugar mi frente
y dar algún respiro al pecho jadeante;
o bien, ahincando el paso, el cuerpo hacia adelante
y hacia la mano diestra vencido y apoyado
en un bastón, a guisa de pastoril cayado,
trepaba por los cerros que habitan las rapaces
aves de altura, hollando las hierbas montaraces
de fuerte olor -romero, tomillo, salvia, espliego-.
Sobre los agrios campos caía un sol de fuego
Un buitre de anchas alas con majestuoso vuelo
cruzaba solitario el puro azul del cielo.
Yo divisaba, lejos, un monte alto y agudo,
y una redonda loma cual recamado escudo,
y cárdenos alcores sobre la parda tierra
-harapos esparcidos de un viejo arnés de guerra-,
las serrezuelas calvas por donde tuerce el Duero
para formar la corva ballesta de un arquero
en torno a Soria. -Soria es una barbacana,
hacia Aragón, que tiene la torre castellana-.
Veía el horizonte cerrado por colinas
oscuras, coronadas de robles y de encinas;
desnudos peñascales, algún humilde prado
donde el merino pace y el toro, arrodillado
sobre la hierba, rumia; las márgenes de río
lucir sus verdes álamos al claro sol de estío,
y, silenciosamente, lejanos pasajeros,
¡tan diminutos! -carros, jinetes y arrieros-
cruzar el largo puente, y bajo las arcadas
de piedra ensombrecerse las aguas plateadas
del Duero. -El Duero cruza el corazón de roble
de Iberia y de Castilla- ¡Oh, tierra triste y noble,
la de los altos llanos y yermos y roquedas,
de campos sin arados, regatos ni arboledas;
decrépitas ciudades, caminos sin mesones,
y atónitos palurdos sin danzas ni canciones
que aún van, abandonando el mortecino hogar,
como tus largos ríos, Castilla, hacia la mar!
Castilla miserable, ayer dominadora,
envuelta en sus andrajos desprecia cuanto ignora.
¿Espera, duerme o sueña? ¿La sangre derramada
recuerda, cuando tuvo la fiebre de la espada?
Todo se mueve, fluye, discurre, corre o gira;
cambian la mar y el monte y el ojo que los mira.
¿Pasó? Sobre sus campos aún el fantasma yerra
de un pueblo que ponía a Dios sobre la guerra.
La madre en otro tiempo fecunda en capitanes,
madrastra es hoy apenas de humildes ganapanes.
Castilla no es aquella tan generosa un día
cuando Myo Cid Rodrigo el de Vivar volvía,
ufano de su nueva fortuna y su opulencia,
a regalar a Alfonso los huertos de Valencia;
o que, tras la aventura que acreditó sus bríos,
pedía la conquista de los inmensos ríos
indianos a la corte, la madre de soldados,
guerreros y adalides que han de tornar, cargados
de plata y oro, a España, en regios galeones,
para la presa cuervos, para la lid leones.
Filósofos nutridos con sopa de convento
contemplan impasibles el amplio firmamento;
y si les llega en sueños, como un rumor distante,
clamor de mercaderes de muelles de Levante,
no acudirán siquiera a preguntar: ¿qué pasa?
Y ya la guerra ha abierto las puertas de su casa.
Castilla miserable, ayer dominadora,
envuelta en sus harapos desprecia cuanto ignora.
El sol va declinando. De la ciudad lejana
me llega un armonioso tañido de campana
-ya irán a su rosario las enlutadas viejas-
De entre las peñas salen dos lindas comadrejas:
me miran y se alejan, huyendo, y aparecen
de nuevo ¡tan curiosas!... Los campos se oscurecen.
Hacia el camino blanco está el mesón abierto
al campo ensombrecido y al pedregal desierto.
Un saludo!
Hoy he leído por vez primera a Antonio Machado.
Su poesía me ha cautivado: la tristeza y melancolía que desprende todas y cada una de sus estrofas... me han dejado sin aliento.
Mi estado anímico casa muy bien con lo que él refleja, siento muchos de sus versos como si fuese yo quien los hubiese escrito. Esto es una experiencia que muy pocas veces se da, y cuando se da, la sensación es maravillosa.
Ahora que pretendo adentrarme un poco en el mundo de la poesía, tengo claro que también leeré a Manuel Machado.
Su poesía me ha cautivado: la tristeza y melancolía que desprende todas y cada una de sus estrofas... me han dejado sin aliento.
Mi estado anímico casa muy bien con lo que él refleja, siento muchos de sus versos como si fuese yo quien los hubiese escrito. Esto es una experiencia que muy pocas veces se da, y cuando se da, la sensación es maravillosa.
Ahora que pretendo adentrarme un poco en el mundo de la poesía, tengo claro que también leeré a Manuel Machado.
y a Baudelaire, y a Byron y a Whitmann...
Última edición por Goethe el 28 Ago 2008 22:31, editado 1 vez en total.
Re: Antonio Machado
Ufff... a mi Dario no me gusta... demasiado modernista, demasiada princesa y demasiados cisnes...Un ser que sin duda no encontró la respuesta a la pregunta que se planteaba.
Jiménez sin embargo me gusta, uno de los Egos más grandes de la literatura...
Y Machado, ¡qué decir!, adoro su tono melancólico...
Jiménez sin embargo me gusta, uno de los Egos más grandes de la literatura...
Y Machado, ¡qué decir!, adoro su tono melancólico...
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Re:
así es, lo escribió estando su esposa enferma y se puede ver que jamás perdió la esperanza... siempre creyó que se iba a recuperar...Goethe escribió:De nada nosin
A mi me habían dicho que trata sobre su mujer, que estaba en su lecho de muerte...
Estando su esposa enferma es cuando escribe "A un Olmo Seco" (4 de mayo de 1912), inspirándose en un olmo de la ribera del Duero, entre San Polo y San Saturio seguramente. Allí denota su tristeza y su esperanza por un retorno de la "vida" para su joven esposa. Pero esto no acaeció así.
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
Por ejemplo, ahí se ve que Machado veía que su mujer estaba realmente mal, pero que aun había una esperanza, el miraba una mejora "algunas hojas verdes"...
Un saludo!
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Re: Antonio Machado
De nuevo estoy con Machado, con una antología, creo que lo he leído todo sobre él, pero me encanta releer y la mayoría de las veces recitar de memoria. Algunos poemas tienen tanta musicalidad que casi se cantan. Es maravilloso. Tan simple y a la vez tan profundo. Tan arraigado a su tierra y sus costumbres. Me encanta este hombre. Uno de mis poemas prefes El mañana efímero.
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- Aben Razín
- Vivo aquí
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- Registrado: 19 Feb 2009 14:28
- Ubicación: Al lado del Torico.
Re: Antonio Machado
Tengo pendiente de leer Ligero de equipaje de Ian Gibson... Lo compré en el viaje de hace tres años a Girona, después de haber pasado a Coilloure...
Su tumba, su vida, su poesía y su final... Todo lo suyo, me encanta... Como siempre la generación de poetas de la primera mitad del siglo XX (98 y 27) persiguen mi corazón y mis asuntos...
Leer, meditar, sumergirse en Antonio Machado es un lujo que no se puede desperdiciar...
Su tumba, su vida, su poesía y su final... Todo lo suyo, me encanta... Como siempre la generación de poetas de la primera mitad del siglo XX (98 y 27) persiguen mi corazón y mis asuntos...
Leer, meditar, sumergirse en Antonio Machado es un lujo que no se puede desperdiciar...
Pasado: Sueño del origen de Eloy Sánchez Rosillo.
Presente: Por qué miramos a los animales de John Berger.
Futuro: Los Evangelios y la historia de Jesús de Xavier León-Dufour.
Presente: Por qué miramos a los animales de John Berger.
Futuro: Los Evangelios y la historia de Jesús de Xavier León-Dufour.
Re: Antonio Machado
A continuación quiero leer una biografía que tengo de Bernard Sesé que pinta muy bien.
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