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Kenneth Rexroth

Publicado: 19 Oct 2013 00:13
por madison
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Kenneth Rexroth (22 de diciembre de 1905 - 6 de junio de 1982) fue un escritor, poeta y artista estadounidense. Es considerado uno de los padres de la Contracultura norteamericana.
Rexroth tuvo dos hijas, Mary (quien más tarde cambió su nombre a Mariana) y Katharine, con su tercera esposa, Marthe Larsen.

Re: Kenneth Rexroth

Publicado: 19 Oct 2013 00:16
por madison
Fugitiva

Traes destellos de lluvia en los cabellos
Brillantes que te cubren la frente;
Tienes húmedos los ojos, los labios mojados
Y gélidas y rígidas las mejillas del
Frío. ¿Por qué has estado ausente tanto tiempo?
¿Por qué no has venido a mí hasta las
Tantas de la noche, tras caminar durante horas
Contra viento y lluvia? Quítate el vestido
y las medias, siéntate en este sillón profundo
Junto al fuego. Te voy a calentar los
Pies en mis manos. Te voy a calentar senos y
Muslos a besos. Ojalá pudiese encender
Un fuego en tu interior que nunca se extinguiese.
Ojalá pudiera estar seguro de que llevas
Bien dentro un imán que siempre te traerá a casa.

Re: Kenneth Rexroth

Publicado: 19 Oct 2013 00:17
por madison
Otras ventajas de la cultura

Un día en la biblioteca,
Perplejo y distraído,
Hojeando un libro tedioso, me
Encontré con una foto
De la vasija en que reposan
Los restos de Buda.
Sentí un escalofrío. Me desasosegó
Ese mínimo contacto con
Una calma que no puedo conocer,
La apertura a ese paraje
Recargado de un mundo mejor.

Traducción de Carlos Manzano

Re: Kenneth Rexroth

Publicado: 19 Oct 2013 00:20
por madison
Entre yo y la muerte

Un fervor te abrasa a veces,
Y tú te inclinas ante él, silenciosa,
Cruel y tímida, y a veces
Estás loca de miedo
Y tu desesperación es contagiosa.
La mayor parte del tiempo nos escondemos en nuestros refugios,
Protegiendo nuestros espleens, pretendiendo
Que nuestros vendajes son nuestras heridas.
Pero a veces la rueda del cambio se detiene;
La ilusión se desvanece en paz;
Y de pronto el orgullo ilumina tu carne -
Lúcida como el diamante, sabia como la perla -
Y tu cara, remota, absoluta,
Perfecta y final como la de una bestia.
Es maravilloso mirarte,
Una mujer viva en una habitación
Llena de gente frenética y estéril,
Y pensar en tu encorvado trasero
Bajo tu vestido de terciopelo,
Y el hermoso fuego expandiéndose
Desde tu sexo, quemando la carne y el hueso,
Los increíblemente complejos
Tejidos de tu cerebro vivos
Bajo tu rizado, espléndido pelo.

Me gusta imaginarte desnuda.
Pongo tu cuerpo desnudo
Entre yo y la muerte.
Si me pongo a pensar
Y prendo fuego a tus dulces pezones
Hasta los tendones bajo tus rodillas,
Puedo ver muy lejos a través de tu cuerpo.
Lo que miro está vacío,
Pero al menos está iluminado.
Sé cómo tus hombros relucen,
Cómo tu rostro cae en trance,
Y tus ojos se ponen como los de un sonámbulo,
Y tus labios de mujer
Que es cruel consigo misma.
Me gusta
Imaginarte vestida, tu cuerpo
Cerrado al mundo y contenido,
Su maravillosa arrogancia
Que hace que todas las mujeres te envidien.
Puedo recordar cada vestido,
Cada uno más orgulloso que una monja desnuda.
Cuando me voy a dormir mis ojos
Se cierran en una red de memoria.
Su nube de íntimo olor
Sueña en vez de mí.

Versión de Marcelo Pellegrini y Armando Roa Vidal

Re: Kenneth Rexroth

Publicado: 19 Oct 2013 00:21
por madison
Tendido tranquilamente junto a ti,
Mi mejilla contra tu firme, quieto muslo,
La callada música de Boccherini
Bañándonos en la quietud,
Mientras el sol abandona los altos de la casa y se aleja
Por el Pacífico, en calma -
Tan calmado se mueve el sol sobre nosotros,
Tan calmado como siempre,
Tan calmados, nuestros cuerpos, agotados
Por el tiempo y las penitencias del amor, nuestros
Cerebros ovillados, quietos en sus conchas, adormecidos,
Nuestros corazones lentos, tranquilos, confiados
En sus ritmos entrelazados, el pulso
En tu muslo acariciando mi mejilla. Tranquilo.

Re: Kenneth Rexroth

Publicado: 19 Oct 2013 00:29
por madison
IV
Me preguntas en qué pensaba
Antes de que fuéramos amantes.
La respuesta es fácil.
Antes de conocerte
No tenía nada en qué pensar.

VI
Sólo nosotros.
En nuestra pequeña casa
Lejos de todos,
Lejos del mundo,
Sólo el sonido del agua sobre la piedra.
Y entonces te digo:
"Escucha: el viento pasa entre los árboles".

VII
Hacer el amor contigo
Es como beber agua de mar.
Mientras más bebo
Más sedienta me pongo,
Hasta que nada puede saciar mi sed
Sino beberme todo el océano.

IX
Me despiertas,
Apartas mis muslos, y me besas.
Te regalo el rocío
De la primera mañana del mundo.

XIII
Tendida sobre la paradera, abierta a ti
Bajo el sol de la tarde,
Una vaga neblina esconde a medias
Mis pétalos de rosa.

XV
Porque sueño
Contigo cada noche,
Mis días de soledad
son sólo sueños.

XVIII
El fuego
Quema mi corazón.
No levanta ningún humo.
Nadie lo sabe.

XX
¿Quién está ahí? Yo.
¿Quién yo? Yo soy yo. Tú eres tú.
Tomas mi pronombre,
Y somos nosotros.

XXV
Tu lengua borda y se desliza
Dentro de mí,
Y me vuelvo sorda y resplandezco
Con una luz inestable
como el interior
De una expansiva
Y dilatada perla.

XLII
Cuántas vidas hace
que nadé por vez primera en el torrente del amor,
Para descubrir al fin
Que la orilla es inalcanzable.
Y sin embargo sé
Que voy a seguir nadando y nadando.

XLIV
El desorden de mi pelo
Se debe a mi almohada insomne y solitaria.
Mis ojos hundidos y mi rostro demacrado
Son tu culpa.

L
En el parque un cuervo despierta
Y se lamenta bajo la luna llena.
Y yo me despierto y lloro
Por los años que se han ido.

LI
¿Me hiciste tuya porque me amabas?
¿Me hiciste tuya sin haberme amado?
¿O solamente me hiciste tuya
para poner a prueba mi corazón?

De "Los poemas de amor de Marichiko" 1978
Versión de Pablo Boullosa
Ed. Verdehalago julio de 2005